Si hay algo que me gusta cocinar son recetas prácticas y versátiles, esas que te valen lo mismo pa un roto que pa un descosío y te resuelven la papeleta en más de una ocasión.

Ingredientes

  • 1 lomo de cerdo de un kilo aproximadamente
  • Hierbas aromáticas a tu gusto y “a tutiplén”
  • 2 kilos de sal gorda

La receta de hoy es una de ellas, una receta llena de ventajas.

La primera ventaja es que los ingredientes son sencillísimos (sólo 3). La segunda es que se hace prácticamente sóla, apenas requiere preparación ni conocimientos. La tercera es que es sanísima, ya que usamos una carne magra sin apenas grasa y como se hace en su propio jugo no necesita grasas adicionales. Y por último, la mejor ventaja es que está buenísima y nos queda una carne que está igual de buena tanto caliente como fría, que vale como segundo plato, como relleno de bocadillos o como lo que tú quieras.

Vamos, que no se le puede pedir más!

 

 

Preparación

Aderezamos el lomo con nuestras hierbas preferidas (tomillo, romero, orégano…), eso sí, hay que echar muuucho, ¡con alegría! de tal forma que recubra todo el lomo, cuando esté hecho se quedará durito y debe quedar como una especie de “costra herbácea”

Sobre una fuente apta para horno (yo uso de esas de aluminio desechables y una cosa menos que fregar luego) se hace una cama gruesa de sal. Colocamos nuestro lomo sazonado sobre la cama y recubrimos bien con más sal. Tened en cuenta que con un lomo de un kilo se suelen gastar 2 kilos de sal, o sea que haceos a la idea de que no tiene que verse ni un huequito por el que se asome la carne y la capa de sal tiene que ser bastante gruesa.

Para que el “amontonamiento” de sal sobre el lomo sea más fácil y no se desmorone, id poniendo montoncitos de sal y humedezlo un poco con la mano un poco mojada. Vamos tapando poco a poco, aplastando la sal contra el lomo y humedeciendola un poquito; eso facilitará el trabajo y hará que la sal agarre mejor y no se caiga.

Una vez que tenemos nuestro lomo bien envuelto en sal lo metemos al horno alrededor de una hora, a unos 200º.

Pasado este tiempo, sacamos el lomo y observareis que la sal se ha quedado solidificada, hecha una piedra, vaya!, pero vereis que quitarla es facilísimo porque una vez hayas abierto por algún sitio, la capa de sal saldrá de una pieza. Retiramos todos los restos de sal y rescatamos nuestro lomo que ahora tiene su capita de hierbas crujientitas por fuera y su interior blandito blandito!!

Resultado

El resultado es una carne tierna, cocinada en su propio jugo.

Se degusta, tal cual, como segundo plato con un poco de alioli y/o puré de patatas. Si sobra, se mete al frigorífico y puede degustarse frío a modo de embutido. Unas lonchas de lomo con un poco de mayonesa es el relleno perfecto para un superbocadillo!

 

Tiempo: 10 minutos + 1 hora

Dificultad: 2/5

Digestión: 2/5

Precio: 7 €

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