Si hay algo que me gusta en esta vida son las salsas. Sí, soy muy panarra y claro el untar las salsas me pierde. Este solomillo con salsa de aguacate y patatas a la mantequilla es una autentica delicia que necesita pan urgentemente.

Ingredientes para el solomillo con salsa de aguacate y patatas a la mantequilla

  • Solomillo de cerdo, 900 g
  • Aguacate maduro, 1 ud
  • Limón mediano, 1 ud
  • Sal
  • Pimienta negra
  • Cebolla escalonia, 3 uds
  • Nata para cocinar, 350 ml
  • Cilantro fresco, 20 g
  • Vino dulce, 40 ml
  • Patatas Kennebec, 350 g
  • Mantequilla, 50 g
  • Perejil fresco, 1 puñado
  • Romero molido, una pizca
  • Orégano molido, una pizca
  • Aceite de oliva virgen extra, 4 cucharadas

Elaboración del solomillo con salsa de aguacate y patatas a la mantequilla

01: Elaboración de la salsa de aguacate

En una cazuela pequeña disponemos 1 chorreoncito de aceite de oliva virgen extra -unas dos o tres cucharadas-. Mientras se calienta el aceite, cortaremos la cebolla escalonia -no hace falta que los trozos sean especialmente finos y regulares ya que luego la vamos a triturar para presentar la salsa-. Echamos ésta en la cazuela y a fuego medio dejamos que se poche y dore un poquito. A continuación agregamos el vino dulce y dejamos que reduzca un poco. Añadimos el zumo de limón exprimido, el aguacate machacado, el cilantro troceado, la nata, una pizca de sal y una pizca de pimienta negra.

Dejamos cocinar unos 15 minutos a fuego medio removiendo de vez en cuando y emulsionando bien el aguacate con la nata. Retiramos del fuego y trituramos bien fino o pasamos por un pasapurés. Si la textura es muy densa podéis rectificar con algo mas de nata. Reservamos hasta su uso con papel film tapándola a piel para que no se forme costra. Recordad que podéis conservarla en la nevera de un día para otro.

02: Elaboración de las patatas a la mantequilla

En este caso quise hacerlas de forma tubular con ayuda de un descorazonador. Normalmente las hago con patatas pequeñas enteras. Pelamos las patatas y las lavamos bien. En una cazuela disponemos la mantequilla que dejaremos derretir a fuego bajo para que no se queme. Una vez disuelta, echaremos las patatas y taparemos. Las dejaremos unos 40 minutos a fuego medio que se vayan haciendo. Cada 15 minutos debéis moverlas con cuidado y sin destapar. Una vez comprobado el punto de cocción espolvorearemos el romero, el orégano, el perejil y la sal. Dejaremos 4 minutos más para que adquieran el sabor de los condimentos.

03: Cocinado del solomillo

Cortaremos el solomillo en trozos de unos 5 cm aproximadamente. En una parrilla bien caliente y con el resto del aceite de oliva virgen extra marcaremos las piezas por ambos lados. Una vez sellada la carne, bajaremos la temperatura para que se vaya cocinando correctamente. Recordad que son trozos gruesos y deben quedar bien cocinados pero no secos.

04: Servir

Retiramos las patatas y escurrimos el exceso de mantequilla con un papel absorbente y las disponemos en el plato. Una vez asada la carne sazonamos al gusto y emplatamos. Servimos con un poco de salsa por encima que teníamos previamente preparada.

Como veis no podéis dejar escapar ni un solo segundo desde que el plato sale de la cocina hasta que llega a vuestra mesa. La jugosidad del solomillo junto con la salsa de aguacate y el olor de las patatas a la mantequilla ¡no admiten esperas!

Resultado

Un espectáculo de sabores y de jugosidad. Una carne jugosa a la que se acompaña con una agradable salsa de aguacate que es muy suave y fresca en boca. A todo esto, no podemos descuidar el acompañamiento de esta carne; las patatas a la mantequilla. Son deliciosas y muy tiernas. Gracias a la cocción lenta en mantequilla y al especiado, quedaran para chuparse los dedos. Os recomiendo comprar un buen pan porque lo vais a necesitar. ¡Ah y dejad la salsera a mano!

Esta receta de solomillo en salsa de aguacate yo la suelo preparar los días señalados o cuando tengo invitados en casa. Siempre se sorprenden de lo deliciosa que está la salsa de aguacate así como la jugosidad y untuosidad de las patatas a la mantequilla. Una de las primeras veces que la hice, recuerdo que teníamos invitados en casa. Tras probar la salsa no dudaron en pedirme más pan y ¡me pidieron por favor que si había sobrado salsa les echase más! No daba crédito ante tal demanda. Desde aquel día siempre hago un poco más por si acaso. Con este plato como veis el éxito está asegurado tanto para los que son de untar en salsa como para los que no. ¡Se come sola! Además es una salsa fácil de hacer y que podemos tener reservada en el frigorífico bien tapada a falta de hacer la carne en el momento y las patatas.