Sin duda alguna, las alitas de pollo son la forma más divertida de comer esta ave. Se disfrutan con las manos, a pequeños bocados y el objetivo siempre primordial es dejar todos los huesos impolutos y sin restos de carne en ellos.

¿Quién no adora las alitas de pollo?  Pueden ser a la barbacoa, fritas o en el horno y se pueden disfrutar tal cual o acompañadas por diferentes salsas como las alitas de pollo a la parmesana, las alitas de pollo agridulces o las míticas Buffalo wings picantes. Las posibilidades pueden ser infinitas porque hay una creatividad latente en cuanto a las salsas en las que se pueden ir mojando, pero todo empieza mejor si quitamos los huesos de las alitas de pollo y así tenemos que preocuparnos menos.

Para hacer alitas de pollo deshuesadas, quitando todos los pequeños huesos que las mantienen rígidas sin estropear la carne, será importante cocinar primero las alitas para que se queden muy tiernas y los huesos salgan solos. La mejor manera y más rápida es utilizando la olla exprés. Una vez que las tengamos deshuesadas lo ideal es freírlas para darles un toque crujiente en el exterior que también ayude a contener la carne y que no se desmoronen. A partir de ahí, las opciones son a gusto de cada uno como se ha mencionado anteriormente.

Tienen que quedar doradas por fuera, crujientes, y tiernísimas por dentro y después se puede agregar la salsa por encima o disponerla en un cuenco para ir mojando y que así cada uno decida qué hacer al respecto. Lo más tedioso de esta receta es dedicar el tiempo necesario para ir sacando los huesos del pollo. Es importante secar bien las alitas de pollo antes de freírlas para que no estallen en el aceite. Otra opción de fritura se podría hacer en una freidora de aire a máxima potencia, pero no quedarán igual de doradas.

Hacer alitas de pollo deshuesadas nos permite disfrutar de ellas dentro de otras preparaciones como, por ejemplo, en unos tacos o en una hamburguesa porque ya no habrá que preocuparse en los huesos a la hora de morder.

Cómo deshuesar alitas de pollo fácilmente

Alitas de pollo deshuesadas Clara Villalón

Ingredientes

  • Alitas de pollo, 16 ud
  • Sal, c/s
  • Harina de trigo, 100 g
  • Fécula de maíz, 100 g
  • Aceite de oliva, abundante para freír
  • Salsa tonkatsu, o la que cada uno quiera

Paso 1

Cortar las alitas de pollo y cocerlas

Paso 2

Secar bien las alitas

Paso 3

Deshuesar las alitas

Paso 4

Freír las alitas

Paso 1

Cortar las alitas por la mitad si no vienen ya separadas. Disponer un dedo de agua en una olla exprés y poner las alitas de pollo dentro de la olla. Cerrar y esperar a que suba la presión con el fuego al máximo. Una vez que suba la presión, bajar el fuego al mínimo y dejar cocinar 15 minutos. Apagar entonces el fuego y dejar que la presión se pierda por sí sola.

Paso 2

Entonces, sacar con cuidado las alitas del caldo y disponerlas sobre una rejilla para que se sequen y se enfríen bien. Se puede engrasar ligeramente la rejilla primero para que las alitas no se peguen a ella.

Paso 3

Por el otro lado, secar las alitas con un poco de papel. Dejar enfriar.

Paso 4

Cuando las alitas estén manejables ir quitando, con cuidado y paciencia, los huesecillos de su interior. Lo mejor es apretar de un borde hacia el otro para que el hueso vaya "escurriendo". Hay que tener en cuenta que una zona de la alita tiene dos huesecillos.

Paso 5

Añadir un poco de sal por encima y pasar las alitas por la mezcla de harina y fécula de maíz. En ese momento ya podremos freírlas. Se podrán meter en la freidora de aire precalentada a máxima potencia durante 10 minutos o bien freírlas en una sartén con abundante aceite de oliva muy caliente hasta que se doren por fuera. Lo bueno es que las alitas ya están cocinadas así que sólo buscaremos el crujiente exterior con esta fritura.

Paso 6

Retirar, con la ayuda de una espumadera, a un plato con papel absorbente. Servir glaseando con la salsa que se desee o sin ella. ¡Se comen como pipas!