La receta más deliciosa con sobras de cochinillo

La receta más deliciosa con sobras de cochinillo DronG iStock

Carne

Ni croquetas ni ropa vieja: la receta con sobras de cochinillo con la que siempre triunfo

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Terminar el año por todo lo alto, empezar el siguiente comiendo sobras. Dicho así puede sonar un poco deprimente, aunque ¡quién pillara sobras de cochinillo todos los días! y poder tenerlo así de fácil para preparar recetas como la de hoy.

Preparar nuevos bocados con sobras no solo es una medida clave para luchar contra el desperdicio alimentario, sino que es sumamente agradecido, pues partimos con una buena parte del trabajo ya hecho y solo tendremos que dar unos pocos pasos finales.

Muchas generaciones de abuelas han optado por convertir en croquetas las sobras de todo y toda casa en la que se cocine tiene "sus" croquetas con sus propios trucos, otros prefieren comerse la carne fría en un trozo de pan para salir del paso, otros, simplemente, prefieren repetir, recalentando la carne con un golpe de horno y, a algunos, nos gusta ponernos creativos y darles un toque diferente como buenos cocinillas que somos.

En mi casa siempre ha triunfado hacer tacos, kebabs o esta receta que os propongo hoy, que es un clásico siempre que sobra cochinillo en mi casa y que está para relamerse. Se trata de hacer baos de cochinillo al estilo pekinés, unos pequeños bocadillos asiáticos hechos en un panecillo al vapor muy tierno y esponjoso que envuelve a la carne con una salsa de potente sabor umami.

El pan para los baos puede comprarse congelado en cualquier tienda de productos asiáticos, pero también se puede hacer en casa de manera bastante sencilla.

Un bocadillo milenario que se conoce desde hace poco en Europa

Los baos tienen su origen en la gastronomía china y se conocen tradicionalmente como baozi. Son panes que no se cuecen en un horno, sino en una vaporera; el resultado es un delicado pan sin corteza con una miga tierna y muy esponjosa. Una vez cocido el pan, puede servirse así solo, se puede freír para que se forme una corteza dorada -sería el mantou, que es el pan chino que vemos en los restaurantes-, o se puede rellenar con diversos ingredientes como carne, vegetales o dulces (baozi).

Su historia se remonta a más de mil años atrás en China, donde se popularizaron como una comida práctica y nutritiva. Según una leyenda, fueron creados por el estratega militar Zhuge Liang durante la era de los Tres Reinos (220-280 d.C.), como una forma de ofrenda. Desde entonces, los baos se han convertido en un alimento básico de la cocina china, especialmente en la región del sur, donde el vapor es una técnica de cocción común.

A pesar de su larga historia, los baos no empezaron a ser conocidos en Europa hasta la década de 2010 cuando comenzó el auge de la comida callejera y la globalización de la gastronomía. Los baos, bocados sabrosos, saciantes y fáciles de comer han acabado convirtiéndose en un icono del movimiento de la street food. Los food trucks y mercados gastronómicos europeos comenzaron a ofrecerlos con todo tipo de rellenos, desde la clásica carne de cerdo desmenuzada hasta mariscos o, incluso, opciones vegetarianas y veganas, que acabó conquistando a un público considerable.

A esto hay que sumar que restaurantes contemporáneos de fusión asiática, como el famoso Momofuku de David Chang en Nueva York, introdujeron versiones creativas de baos en sus menús, reinterpretándolos con ingredientes locales y modernos. Esto posicionó a los baos como una opción innovadora que no tardó en despertar el interés de otros cocineros en Europa que comenzaron a experimentar con nuevos rellenos fusionando ingredientes asiáticos y europeos.

Ingredientes para hacer baos con sobras de cochinillo asado

  • Carne de cochinillo asado, 300 g (sobras desmenuzadas)
  • Panes bao congelados, 8 unidades (se pueden comprar en supermercados asiáticos)
  • Salsa hoisin, 4 cucharadas
  • Salsa de soja, 2 cucharadas
  • Miel, 1 cucharada
  • Jengibre fresco rallado, 1 cucharadita
  • Pepino, 1 unidad, cortado en tiras finas
  • Cebolleta tierna, 2 unidades, cortadas en juliana
  • Cilantro fresco, al gusto (opcional)
  • Aceite vegetal, 1 cucharada

Paso 1

Preparamos los panes bao siguiendo las instrucciones del paquete. Normalmente se cocinan al vapor durante 8-10 minutos en una vaporera o cesto de bambú. Cubrimos la vaporera con papel de hornear para que no se peguen al fondo y los dejamos listos para rellenar. Si no tenemos vaporera, podemos usar un colador grande o, incluso, una rejilla sobre la que podamos colocar los panes para que éstos no toquen el agua.

Paso 2

En una sartén, calentamos el aceite vegetal y añadimos el jengibre rallado. Salteamos unos segundos hasta que suelte su aroma. Incorporamos las sobras de cochinillo desmenuzado y cocinamos a fuego medio durante 3 minutos para que coja temperatura.

Paso 3

Agregamos la salsa hoisin, la salsa de soja y la miel al cochinillo. Removemos bien para que la carne se mezcle con todos los ingredientes y cocinamos durante 3-4 minutos hasta que se caramelice ligeramente. Retiramos del fuego y reservamos.

Paso 4

Montamos los baos. Abrimos cada pan y colocamos una base de pepino y cebolleta tierna cortados en tiras finas y sazonados al gusto. Añadimos una porción generosa del cochinillo caramelizado.

Paso 5

Si lo deseamos, decoramos con hojas de cilantro fresco para un toque de frescura. Servimos de inmediato mientras los baos están calientes y esponjosos.

Más ideas creativas para aprovechar las sobras del cochinillo

  • Tacos de cochinillo con kimchi y crema de aguacate. Desmenuzamos la carne del cochinillo y la doramos en una sartén hasta que quede ligeramente crujiente. Servimos en tortillas de maíz con una base de crema de aguacate sazonada con sal y pimienta, un poco de kimchi picado, un toque de mayonesa de chipotle y cebolla encurtida. Finalizamos con cilantro fresco y un chorrito de lima.
  • Croquetas líquidas de cochinillo y compota de manzana. Utilizamos la carne para hacer una masa de croquetas que no sea muy densa (80 g de mantequilla y 80 g de harina por cada litro de leche), mezclamos con 150 g de compota de manzana y un poco de jugo del asado concentrado. Congelamos bolitas pequeñas de esta masa y, cuando adquieran consistencia, las rebozamos en harina, huevo y panko. Otra opción sería añadir un poco de gelatina a la masa. dejarla enfriar y bolear las croquetas normalmente.
  • Ramen ibérico con cochinillo confitado. Preparamos un caldo de sabor intenso con los huesos del cochinillo, soja, miso y kombu. Usamos la carne sobrante para dorarla en su propia grasa y la servimos sobre unos fideos ramen junto con huevo cocido marinado en soja -ajitama-, brotes de bambú, cebolleta y setas shiitake. 
  • Pizza de cochinillo con alioli de ajo negro. Usamos una base de masa fina -puede ser precocinada- y la cubrimos con mozzarella, trozos de cochinillo y cebolla caramelizada. Al salir del horno, ponemos unas hojas de rúcula fresca y terminamos con unos 'hilos' de alioli de ajo negro.
  • Ensalada templada de cochinillo con granada y cítricos. Cortamos el cochinillo en tiras finas y lo doramos rápidamente en un sartén. Lo mezclamos con brotes verdes (espinacas, canónigos, rúcula...), granos de granada, gajos de naranja pelados y nueces caramelizadas. Aliñamos con una vinagreta de mostaza y miel.
  • Gyozas de cochinillo con emulsión de trufa. Picamos la carne sobrante muy fina y la mezclamos con un poco de repollo cortado muy fino, salsa de ostras y una pizca de almidón de maíz. Rellenamos obleas de gyoza, las sellamos y las cocinamos al vapor antes de dorarlas por un lado. Las servimos con una emulsión de trufa y soja para mojar.
  • Sandwich crujiente de cochinillo con chutney de tomate. Tostamos pan de masa madre y lo rellenamos con trozos de cochinillo crujiente, un chutney de tomate especiado, queso brie fundido y unas hojas de rúcula.