Recientemente he vuelto de pasar un año de Erasmus en Italia, concretamente en Florencia, y he regresado totalmente prendada de la gastronomía italiana. No es sólo por sus platos estrella, la materia prima es espectacular, las frutas y verduras son de una calidad impresionante, los cárnicos son excelentes y qué decir de la pasta. Es precisamente ésta última con la que más he experimentado y aprendido en este último año, tanto en preparaciones elaboradas como en su forma más simple.
Ingredientes
- 400 gr de espaguetis
- 160 gr de queso pecorino romano o parmesano
- Pimienta negra, preferiblemente recién molida
- 1 hoja de laurel (opcional)
La receta que os traigo hoy es la receta más fácil que he hecho nunca, no tiene ningún misterio y precisamente por esto se convirtió rápidamente en uno de mis platos estrella cuando volvía a casa muerta de hambre de la universidad y necesitaba energías. Es crucial la calidad de los ingredientes, porque al ser extremadamente simple, una pimienta muy aromática o un queso bien curado marcará la diferencia. Sería una pena elegir un paquete de queso rallado cualquiera, pues se perdería gran parte del encanto de la receta.
Preparación
- Ponemos a cocer una cazerola con abundante agua salada, a la que podemos añadir opcionalmente una hoja de laurel.
- Mientras tanto, rallamos el queso lo más fino posible.
- Cuando el agua hierva, introducimos la pasta, forzándola a sumergirse y moviéndola de vez en cuando para que no se pegue entre si. Procurar que quede “al dente”, que suele ser a los 10 minutos de cocción (el fabricante en el envase de la pasta suele indicar el tiempo adecuado).
- Antes de escurrir la pasta, en un cuenco, apartar un par de cazos del agua de cocer, que utilizaremos después para aportar cremosidad.
- Un vez escurrida la pasta, ir añadiendo poco a poco chorritos del agua de cocer y puñados de queso, y mover constantemente de forma que quede como un crema de queso suave.
- Finalmente, añadir la pimienta al gusto. No os cortéis en la cantidad, tened en cuenta que es lo único que tiene el plato de especial junto con el queso, no pasa nada por echar un poco más de lo normal. Servir inmediatamente, ¡si se enfría no está tan bueno!
Resultado
Están increíblemente ricos, y son tan rápidos y sencillos que te apañan una comida en un periquete. Os recomiendo encarecidamente que, ya que el plato es muy barato, invirtáis en un buen queso, sea parmesano o pecorino, porque le dará el toque de gracia al plato. Para obtener un mejor resultado, lo ideal es justo antes de emplatar, calentar un poco los platos, de forma que el propio calor del plato favorezca a que la textura final sea cremosa y suave. ¡Buen provecho!
Tiempo: 15 minutos
Dificultad: 1/5
Digestión: 2/5
Precio: 2,5 € (depende de lo que quieras gastarte en el queso y la pimienta)