0 votos

Las ensaladas son ese cajón de sastre donde todo lo que tenemos por la nevera tiene cabida. Todo el mundo sabe que son una opción fantástica cuando se quiere recuperar la línea perdida con las comilonas familiares y, aunque no sea lo propio, son perfectamente válidas para el invierno o cualquier otra época del año distinta del verano.

A todos nos encanta, pero no podemos vivir solamente a base de fabadas, cocidos, callos y estofados cuando hace frío. Las ensaladas son la opción perfecta para desgrasar un plato contundente, acompañar un guiso o, por qué no, servir como primer plato. Es el caso de la ensalada de pasta; una preparación que parece relegada a los meses más calurosos, pero que perfectamente sirve para meterla en un táper y alimentarnos en casa o en el trabajo. Porque no todas las ensaladas son de lechuga y tomate, esta receta os encantará.

La segunda preparación de la receta son unos magníficos mejillones en escabeche. Una elaboración que, a la vez, se trata de una forma de conservación y un método de preparación. Lleva entre nosotros muchísimos años (se dice que fueron los árabes quienes lo introdujeron en nuestro país y, posteriormente, los judíos residentes en España quienes lo popularizaron), camuflados entre estanterías de los supermercados y acompañando nuestros picoteos más intensos.

Pero lo cierto es que hacer mejillones en escabeche en casa es tremendamente sencillo y satisfactorio. Basta con poner a pochar y caramelizar mucha cebolla y 1 zanahoria, seguir la proporción de 1 vaso de vinagre + 1 vaso de vino + 1 vaso de aceite y añadir las especias que más os gusten (laurel, pimienta negra…). Aguantan una infinidad de tiempo en la nevera y, si se quiere, siempre se pueden hacer conservas caseras libres de aditivos innecesarios. Ahora bien, como siempre estamos liados, si no podemos liarnos la manta a la cabeza, siempre se puede aprovechar ese escabeche que sobra de una buena lata de mejillones para aderezar nuestras mejores ensaladas.

La clave de cualquier ensalada es contar con el mejor aliño y no se me ocurre mejor vinagreta que la que resulta de hacer un estupendo escabeche.

Cómo hacer ensalada de pasta con mejillones en escabeche

Ingredientes

  • Pimiento rojo, 1/2 ud
  • Pimiento verde, 1/2 ud
  • Lacitos o farfalle Garofalo, 400 g
  • Naranja, 1 ud
  • Parte verde de cebolleta, 1 ud
  • Mejillones en escabeche, 15 ud
  • Escabeche de mejillones, 1/2 vaso
  • Sal, c/s
  • Pimienta negra molida, 1/2 cucharadita
  • Comino, 1/4 cucharadita
  • Aceite de oliva virgen extra, 2 cucharadas
  • Cilantro fresco, unas hojas al gusto

Paso 1

Cocer la pasta.

Paso 2

Cortar los pimientos y la cebolleta.

Paso 3

Pelar y cortar la naranja

Paso 4

Mezclar todo.

Paso 1

Poner una cazuela con agua y abundante sal a hervir. Cuando empiece a borbotear, agregar la pasta y seguir el tiempo indicado en el paquete. Lo recomendable es dejarlo un minuto menos de lo que indica para que quede al dente. Escurrir y pasar por el chorro del agua fría para que se corte la cocción. Echar un chorrito de aceite para que no se pegue y remover bien.

Paso 2

Limpiar los pimientos de venas y pepitas. Cortarlos en tiras y después en cuadrados pequeños. Hacer lo propio con la parte verde de la cebolleta.

Paso 3

Pelar la naranja y quitar las partes blancas si las tuviera y fueran muy grandes, el albedo es la parte que amarga más y no nos interesa. Lo ideal es pelarlas "en vivo" con un cuchillo quitando toda la película exterior. Cortar en gajos y después en dados

Paso 4

Mezclar los pimientos con la naranja. Aliñar con ese escabeche que nos ha sobrado de hacer unos estupendos mejillones escabechados o de la lata del escabeche que tengamos a mano. Añadir un poco de sal y pimienta negra, rectificar de sazón pudiendo incorporar un poco de vinagre más o de aceite de oliva virgen extra. 

Paso 5

Agregar la pasta e integrar todo muy, pero que muy bien. Terminar el plato con unos mejillones con cuidado de no romperlos al removerlo todo bien y unas pocas hojas de cilantro. Podríamos añadir a la ensalada también unos brotes de rúcula o unos canónigos para que tenga una parte de lechuga, también nos admitiría muy bien un poco de beicon crujiente que contrarrestaría de maravilla con los mejillones haciendo un auténtico mar y montaña.