Al surimi lo conocemos en España principalmente como palitos de cangrejo, pero esta pasta hecha con los recortes de pescado que no se pueden aprovechar para otra cosa y que ni mucho menos lleva cangrejo ni nada que se le parezca, también se usa para otros productos procesados como las angulas falsas que se venden en bandejitas en el supermercado. 

Tampoco hay bol de ramen, especialmente en los que vemos en las películas de anime, en el que no aparezca bien visible una rodaja de algo blanco con una espiral rosa, es el narutomaki y, aunque pueda parecer una cosa extrañísima, en realidad no es más que otra forma de surimi -que también se llama kamaboko-.

Pues bien, preparar palitos de cangrejo o surimi en casa es muy, muy sencillo, puede ser una solución perfecta para que los más peques de las casa coman pescado de una forma muy divertida, pues se lo pasarán en grande incluso ayudando a prepararlo, ya que no hacen falta ingredientes raros ni técnicas complicadas. Y lo mejor de todo, sabremos qué pescado estamos comiendo.

Cómo hacer surimi casero

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Ingredientes

  • Pescado blanco sin piel ni espinas, 400 g (*)
  • Harina de trigo, 2 cucharadas rasas
  • Fécula de maíz, 2 cucharadas rasas
  • Clara de huevo, 1 (de un huevo M)
  • Sal, ½ cucharadita
  • Mirin, 1 cucharada (opcional)
  • Colorante alimentario rosa

Paso 1

Nos aseguraremos de que el pescado está limpio de pieles y espinas. Lo lavamos bien y lo escurrimos y secamos bien con papel absorbente para eliminar cualquier resto de humedad. Lo troceamos y lo ponemos en un robot de cocina o en un procesador de alimentos. Añadimos la harina, la fécula de maíz, la sal, la clara de huevo y el mirin. Trituramos bien hasta tener una pasta.

Paso 2

Este paso es opcional, pues solo nos servirá para que el aspecto sea más parecido al de los productos comerciales. Separamos un tercio de la pasta de pescado y añadimos una pizca de colorante alimentario rosa. Lo más fácil es usar un colorante líquido o en gel, pero si el que tenemos es en polvo también podemos usarlo. Aconsejable hacerlo con guantes para que las manos no se nos queden hechas un carnaval y, si no tenéis guantes, podéis meter la pasta en una bolsa de plástico y amasarla dentro de ella. Amasamos bien hasta conseguir que el color quede lo más uniforme posible. También se puede hacer sin utilizar colorante y aún así conseguir un remolino de color si utilizamos distintos pescados, pues podemos hacer una pasta de pescado blanco con merluza o bacalao fresco y una pasta de color para el remolino interior utilizando salmón fresco al que le podemos reforzar el color añadiendo un poco de zumo de zanahoria, con eso tendremos una opción incluso más saludable.

Paso 3

Para estirar la pasta usaremos una esterilla de bambú -o makisu– forrada con papel film. Si queremos hacer un narutomaki, primero estiramos toda la pasta blanca y, a continuación, estiramos la pasta rosa sobre la parte central, tal como veis en la foto. Enrollamos la pasta de pescado estirada hasta tener un rollo compacto. Si es necesario lo cortaremos en un par de trozos para que nos quepa en la vaporera. Si queremos hacer palitos de cangrejo, lo que haremos será estirar la pasta rosa hasta tener una lámina grande muy fina y a la blanca le daremos forma de cordón que envolveremos con la pasta rosa y después cortaremos en piezas de unos diez centímetros.

Paso 4

Envolvemos las piezas en papel film y retorcemos bien los bordes como si fuesen caramelos. Los cocinamos al vapor durante unos 45 o 50 minutos, en el caso de los rollos de narutomaki o unos 20 o 25 en el caso de palitos de surimi más pequeños, y los dejamos enfriar. Una vez fríos ya podemos consumirlos.

Paso 5

El narutomaki es habitual servirlo como acompañamiento del ramen, pero en general el surimi también está rico si se utiliza en ensaladas o incluso en sándwiches como si de un fiambre se tratase. Una vez cocido el surimi, se conserva bien durante dos o tres días en la nevera.

(*) Yo he utilizado merluza, pero serviría cualquier pescado blanco como bacalao fresco tipo skrei, fogonero, congrio, corvina, dorada, lubina, incluso se podrían hacer con rape. Si no nos importa que el sabor a pescado sea más intenso, podríamos hacerlos también con salmón, que nos quedarían de un bonito color rosado, o con pescados azules como sardinas o caballas. Por supuesto, también se pueden hacer con carne de auténtico cangrejo, pero ahí se nos dispararía el presupuesto.

Paso 1

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Nos aseguraremos de que el pescado está limpio de pieles y espinas. Lo lavamos bien y lo escurrimos y secamos bien con papel absorbente para eliminar cualquier resto de humedad. Lo troceamos y lo ponemos en un robot de cocina o en un procesador de alimentos. Añadimos la harina, la fécula de maíz, la sal, la clara de huevo y el mirin. Trituramos bien hasta tener una pasta.

Paso 2

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Este paso es opcional, pues solo nos servirá para que el aspecto sea más parecido al de los productos comerciales. Separamos un tercio de la pasta de pescado y añadimos una pizca de colorante alimentario rosa. Lo más fácil es usar un colorante líquido o en gel, pero si el que tenemos es en polvo también podemos usarlo. Aconsejable hacerlo con guantes para que las manos no se nos queden hechas un carnaval y, si no tenéis guantes, podéis meter la pasta en una bolsa de plástico y amasarla dentro de ella. Amasamos bien hasta conseguir que el color quede lo más uniforme posible.

También se puede hacer sin utilizar colorante y aún así conseguir un remolino de color si utilizamos distintos pescados, pues podemos hacer una pasta de pescado blanco con merluza o bacalao fresco y una pasta de color para el remolino interior utilizando salmón fresco al que le podemos reforzar el color añadiendo un poco de zumo de zanahoria, con eso tendremos una opción incluso más saludable.

Paso 3

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Para estirar la pasta usaremos una esterilla de bambú -o makisu– forrada con papel film. Si queremos hacer un narutomaki, primero estiramos toda la pasta blanca y, a continuación, estiramos la pasta rosa sobre la parte central, tal como veis en la foto. Enrollamos la pasta de pescado estirada hasta tener un rollo compacto. Si es necesario lo cortaremos en un par de trozos para que nos quepa en la vaporera.

Si queremos hacer palitos de cangrejo, lo que haremos será estirar la pasta rosa hasta tener una lámina grande muy fina y a la blanca le daremos forma de cordón que envolveremos con la pasta rosa y después cortaremos en piezas de unos diez centímetros.

Paso 4

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Envolvemos las piezas en papel film y retorcemos bien los bordes como si fuesen caramelos. Los cocinamos al vapor durante unos 45 o 50 minutos, en el caso de los rollos de narutomaki o unos 20 o 25 en el caso de palitos de surimi más pequeños, y los dejamos enfriar. Una vez fríos ya podemos consumirlos.

Paso 5

El narutomaki es habitual servirlo como acompañamiento del ramen, pero en general el surimi también está rico si se utiliza en ensaladas o incluso en sándwiches como si de un fiambre se tratase. Una vez cocido el surimi, se conserva bien durante dos o tres días en la nevera.