Mousse de coco ligera y muy fácil, receta paso a paso

Con la llegada del buen tiempo apetecen postres más fresquitos y ligeros. Es tiempo para dejar descansar los bizcochos y las galletas -especialmente por la pereza de encender el horno cuando hace calor- y que los helados, sorbetes y demás vayan tomando el relevo.

Hoy os propongo uno de esos, una mousse de coco ligera que está riquísima, y eso que no tiene ni lactosa, ni azúcar de ningún tipo. A mí me encanta servirla con unos cuantos frutos rojos congelados, que se van descongelando a medida que nos vamos tomando el postre y, de paso, ayudan a que esté fresquita hasta la última cucharada.

Preparación de la mousse de coco ligera y fácil

1: Hidratar las hojas de gelatina

Lo primero que haremos, como siempre que necesitemos usar este tipo de gelatina en un postre, es hidratar las láminas en agua fría. Asegúrate bien de que el agua está fría o, de lo contrario, la gelatina se disolverá en ella.

2: Preparar la mezcla de yogur

En un bol lo suficientemente amplio ponemos los yogures, el coco rallado y el azúcar o el edulcorante que hayamos elegido. Batimos bien hasta tener una mezcla homogénea.

3: Incorporar la gelatina

Calentamos la leche de coco sin que llegue a hervir y disolvemos en ella las hojas de gelatina bien escurridas. Incorporamos poco a poco esta mezcla en la de yogur mientras vamos mezclando con las varillas para que se incorpore de manera uniforme. Cuando lo tengamos todo bien mezclado, incorporamos una clara montada a punto de nieve.

4: Reposar

Una vez hayamos incorporado la clara de huevo a punto de nieve solo falta esperar a que la mezcla cuaje, para ello podemos repartirla en vasos separando desde ya las raciones o, podemos dejarla en el mismo bol, para luego servirla en bolas o quenelles como si fuese un helado. En ambos casos, la dejaremos en la nevera -preferiblemente de un día para otro- hasta que nuestra mousse tenga consistencia.

Notas

En el momento de servir se puede adornar con unos trozos de fruta fresca o algunos frutos rojos frescos o congelados.

Se puede conseguir un sabor a coco aún más intenso si en vez de yogures naturales se usan yogures con sabor a coco o, si solo queréis que el coco sea un toque, podéis sustituir la leche de coco por la leche que toméis habitualmente.