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¿Quién no se ha tomado alguna vez una taza de chocolate caliente tan típica en España? Es verdad que muchas veces ha podido ser bastante decepcionante la experiencia si lo que se buscaba era un marcado sabor a chocolate y poco espesante de por medio - que suele ser la tónica - pero la solución ha llegado con esta receta infalible de chocolate caliente a la taza, como ese que recuerdo de las cafeterías Valor que siempre me ha gustado tanto, el que Paco Torreblanca vendía en botellas junto a sus espléndidos panettones o ese novedoso chocolate caliente al vino tinto que tanto se puso de moda hace unos años.
Hacer chocolate a la taza en casa es mucho más sencillo de lo que podríamos pensar y en realidad no implica mucha más faena que los insípidos preparados industriales a los que sólo agregas leche con un resultado bastante anodino. La diferencia entre si hablamos de chocolate caliente o de chocolate a la taza básicamente radica en la fécula de maíz empleada para espesar el segundo, que queda más denso que el primero siendo el que recordamos tradicionalmente para los churros o los picatostes.
Cómo hacer chocolate caliente
Ingredientes
- Chocolate negro para fundir 70%, 250 g
- Leche entera, 1 litro
- Fécula de maíz tipo maizena, 20 g
- Cacao puro en polvo, 15 g
- Azúcar, 2 cucharadas
- Pimienta negra molida, 1/2 cucharadita
- Curry en polvo, una pizca
- Ralladura de 1 naranja
- Nata para montar, 200 ml
- Azúcar glas, 60 g
Paso 1
Fundir el chocolate con la leche y mezclar la maicena con un poco de leche fría
Paso 2
Añadir el cacao y el azúcar y la maicena diluida. Llevar a hervor mezclando con varillas.
Paso 3
Incorporar las especias y cocinar removiendo hasta alcanzar la temperatura deseada.
Paso 4
Montar la nata con el azúcar glas.
Paso 1
Para derretir bien el chocolate es siempre recomendable trocearlo lo más fino posible, con cuidado encima de una tabla que no se mueva con un cuchillo afilado. También podríamos introducirlo en una trituradora y darle unos cuantos golpes rápidos de máquina, para hacer polvillo.
Paso 2
En un vaso poner cuatro cucharadas de leche y mezclar con la fécula de maíz hasta conseguir un líquido homogéneo sin grumos.
Paso 3
Situar el chocolate en una olla con la leche y calentar a fuego medio, removiendo constantemente con la ayuda de unas varillas ya que el chocolate se irá al fondo y no queremos que se pegue.
Paso 4
Cuando el chocolate ya se haya derretido completamente incorporar el cacao mezclado con el azúcar previamente - lo que nos ayudará para que no queden grumos - y remover muy bien incorporando también la mezcla de la fécula de maíz con la leche. Llevar a ebullición removiendo constamtemente para que no se formen grumos ni se peque al fondo.
Paso 5
Añadir las especias y seguir removiendo hasta que el chocolate caliente adquiera la consistencia deseada. Cuanto más cocinemos, más denso quedará. Cuidado porque en cuanto se enfríe ligeramente coge más consistencia todavía.
Paso 6
Montar la nata, que tendrá que estar bien fría, con la ayuda de unas varillas (mejor eléctricas para que sea una tarea más sencilla). Cuando la nata esté semimontada, que ya tenga consistencia, añadir el azúcar glas poco a poco hasta que esté bien firme. Cuidado con no batir de más porque se haría mantequilla la preparación.
Paso 7
Servir el chocolate caliente opcionalmente con un poco de nata montada y por encima un poco de chocolate rallado o cacao espolvoreado o la especia que a cada uno más le guste.
Trucos y sugerencias
Si no nos gusta el chocolate muy oscuro podremos eliminar el cacao o incluso añadir un chocolate para fundir de menos porcentaje de pureza. También podríamos hacer un chocolate blanco a la taza utilizando esta variedad de manteca. Aquí podríamos investigar con otras especias y aromáticos como la vainilla, el limón, la nuez moscada o el clavo.
Podremos preparar el chocolate caliente con antelación pero os recomiendo que no lo dejéis muy denso ya que en ese caso en la nevera se hará un engrudo muy sólido. Si os sucede eso siempre podréis añadir un poco más de leche caliente y así derretirlo bien, mezclando siempre con unas varillas que os ayudarán a que no queden grumos. Al lado de vuestro chocolate caliente siempre podréis preparar unos churros, unas tortitas, o unos gofres fáciles.