La obesidad es un problema de salud que cada vez es más común en nuestro país y de los países desarrollados. Tal es la magnitud que está alcanzando que se ha llamado la pandemia del siglo XXI. De todos es sabido que en EEUU la obesidad es un gran problema y, en efecto, está asociado al alto consumo de comida rápida y de refrescos. En nuestro país, esta tendencia es cada vez más creciente. Esto, unido a que cada vez nos movemos menos, favorece que en España la obesidad sea un problema al alza. Es especialmente preocupante en los niños en los que cada vez nos encontramos con más sobrepeso y obesidad. Por ello, se han puesto en marcha (o por lo menos se intenta) estrategias para poder solucionar este problema en los niños y reducir la población obesa adulta del futuro.
Definición de la obesidad
La obesidad, definida de forma estricta, es cuando el IMC está por encima de 30 Kg por metro cuadrado. Surge cuando se produce un desequilibrio entre la cantidad de kilocalorías consumidas y las kilocalorías que nuestro organismo gasta. Si como más de lo que gasto acumularé esa energía (esas kilocalorías) en mi organismo en forma de grasa, con un consecuente aumento de peso y de volumen.
¿En qué consiste la obesidad?
Según lo que acabamos de decir la obesidad, de una forma más específica, consiste en un aumento de la masa grasa en el organismo producida por un consumo de energía superior a la que necesitamos.
Pero la obesidad, en su trasfondo, conlleva una serie de cambios en nuestro organismo. Estos cambios, van a provocar la aparición de una serie de enfermedades asociadas a la obesidad, que os explicaré en una futura entrada.
Tipos de obesidad
Existen dos tipos de obesidad, la androide y la ginecoide.
- La androide se llama también en forma de manzana. Se caracteriza por un mayor acúmulo de la masa grasa en el abdomen. Es la que tiene mayores riesgos para la salud y, de hecho, la circunferencia abdominal, es un marcador de riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
- La ginecoide también se llama en forma de pera. Se caracteriza por un mayor acúmulo en la zona de las caderas, glúteo y muslos. Es más propio de las mujeres, pero ello no quita para encontrarnos a mujeres con obesidad androide.
A continuación os pongo una foto con ambos tipos de obesidad.
Los cambios de la obesidad
Estos cambios se producen a todos los niveles. Desde mi punto de vista, el principal cambio sea el que se produce a nivel inmunológico. Explicado de forma breve y que todos los lectores podáis entenderlo, a nivel inmunológico ocurre que habrá una serie de factores que median la inflamación que van a estar aumentados. De ahí que digamos que la obesidad es una enfermedad de base inflamatoria. Pero no sólo eso. Estos cambios inmunológicos son los que van a favorecer que aparezcan las enfermedades asociadas, que todas o la mayoría son también de base inflamatoria (diabetes mellitus tipo II, artritis reumatoide, síndrome metabólico, hipertensión arterial…). Por ello, padecer de obesidad es un factor de riesgo para padecer estas otras enfermedades. Dicho de otra manera, la obesidad predispone a padecer diabetes, artristis, hipertensión…
En realidad, la obesidad aparece por una interacción entre distintos factores que provocan su aparición. Por lo tanto, la obesidad hay que entenderla como algo complejo, que incluso, hoy en día, no se conocen con exactitud las causas. Al estudiar y leer en profundidad sobre el tema, te das cuenta que hay algo más allá que es lo que provoca que se empiecen a dar esos cambios y, eso, es lo que a día de hoy no se sabe. Un día llegará a conocerse esta cara oculta y nos abrirá puertas para abordar este problema de una manera más eficaz.
Como os acabo de explicar, la obesidad aparece por la interacción entre distintos factores. Se sabe que en la aparición de la obesidad influyen otros factores como, por ejemplo, factores genéticos o, por ejemplo, se sabe que los niños que han sido alimentados a biberón tienen una mayor predisposición a padecer obesidad que los que han sido alimentados con lactancia natural.
¿Qué hacer si tengo obesidad?
Cuando una persona se pesa en casa, piensa que le sobran algunos kilos y quiere perderlos, lo que tiene que hacer es consultar a un profesional. Como ya dije en el artículo donde os hablaba de la dieta Dukan, el profesional más adecuado es el dietista. El dietista te hará una valoración completa, resolverá tus dudas, adaptará la alimentación a tus gustos, necesidades y sabrá como sustituir alimentos en caso de que tengas alguna alergia, seas celiaco, tengas alguna intolerancia…
No es recomendable que busquéis dietas por Internet o hagáis la dieta de “mi vecina”, puesto que podréis bajar de peso, pero lo más probable es que con el paso del tiempo os resulten repetitivas, los consejos que dan no son lo recomendable, no estarán adaptadas a vuestros gustos y necesidades evitando deficiencias en nutrientes. Es decir, no serán personalizadas. No tendréis el seguimiento adecuado y no tendréis una persona cualificada para resolver vuestras dudas. La experiencia dice que cuando se hacen este tipo de dietas, al final se produce el temible efecto rebote, haciendo que recuperéis el peso inicial o, incluso, más.
¿Cómo saber si estoy haciendo una buena “dieta”?
Una dieta de adelgazamiento es aquella que es equilibrada, saludable y personalizada. No hay alimentos prohibidos ni tampoco es necesario comprar esos caros “suplementos”, por llamarlos de alguna manera, que se venden en ciertas tiendas. Con una “dieta” se aprende a comer, se incluyen alimentos de todos los grupos y el dietista te enseñará cómo hay que comerlos, con que frecuencia, algunas posibles combinaciones para favorecer la absorción de algunos nutrientes (del hierro, por ejemplo) entre otras cosas.
Por lo tanto, si acudís a una persona porque queréis adelgazar y empieza con alimentos prohibidos y/o os intenta vender algún producto, hay que huir; no será una dieta equilibrada, saludable.
Entonces, ¿con hacer “dieta” me vale?
La respuesta es clara: NO. Hay que moverse, hacer ejercicio y, por lo que veo en prácticas cuando he estado en consulta, esta es la parte que más cuesta. Hay que moverse pero no sólo es recomendable para evitar ganar peso o para perder kilos, sino que es recomendable para todo el mundo por los múltiples efectos beneficiosos que tiene. El ejercicio recomendado es un ejercicio que podamos llevar a cabo sin que nos cueste mucho esfuerzo. Por ello, andar (que no pasear) es el mejor de todos. Pero no tiene que ser andar sí o sí; si te gusta la bicicleta, patinar, correr, hacer aerobic…. esa actividad estará bien. El caso es moverse, nos distraeremos y ayudará a que bajemos de peso.
En conclusión: una buena alimentación seguida por el profesional adecuado (dietista) junto con la práctica de ejercicio de forma regular hará que bajemos de peso de forma adecuada y sin peligros para nuestra salud.
¿Te ha quedado alguna duda? Te animamos a que nos comentes tus dudas o cualquier otra cosa que quieras comentar.