Actualmente, en un mundo donde la Dieta Occidental domina casi todos los ámbitos de la salud general, es de sobra conocida la necesidad de aumentar el consumo de frutas y verduras, en otros alimentos. Sin embargo, los ultraprocesados continúan siendo más fáciles de obtener, dado su precio y disponibilidad en los supermercados, además de precisar una preparación menos elaborada.
Sin embargo, este tipo de alimentación ha demostrado multitud de perjuicios, y es evidente que no debería perdurar en el tiempo. De hecho, la Dieta de Salud Planetaria debería ser nuestra nueva forma de alimentación, según un reciente estudio publicado en The Lancet. En dicha dieta no solo sugieren los típicos consejos ya conocidos, sino que se vuelven más específicos: hay que duplicar el consumo general de verduras, frutas, frutos secos y legumbres, y reducir a la mitad el consumo de carne y azúcares añadidos. Sino, en el año 2050, será imposible mantener a una población saludable en el mundo.
Dieta de Salud Planetaria, o cómo evitar más de once millones de muertes al año
Según los resultados de los investigadores, dirigidos por Tim Lang, de la Universidad de Londres, la Dieta de Salud Planetaria sería capaz de evitar 11.6 millones de muertes prematuras cada año, además de ser ambientalmente más sostenible, pudiendo reducir las emisiones de efecto invernadero y preservando mayor cantidad de tierra, agua y biodiversidad.
Actualmente se sabe que enfermedades relacionadas con la alimentación, como la obesidad, desnutrición y diversos tipos de cáncer, son cada vez más prevalentes que otras patologías relacionadas con el sexo inseguro o el consumo de sustancias tóxicas como el alcohol, tabaco u otras drogas.
Según Lang, la alimentación y las formas que tenemos de producir alimentos determinan tanto la salud de los humanos como del planeta en general, y en el momento actual ambas situaciones se encuentran en un mal momento, por lo que una revisión generalizada del sistema alimentario global sería esencial según el investigador. Y esa “revisión” sería la Dieta de Salud Planetaria.
Cómo es la Dieta de Salud Planetaria
En la revisión dirigida por Lang hubo hasta 37 científicos especializados de 16 países diferentes. Todos ellos llegaron a la conclusión de que el consumo mundial de carne roja y azúcares añadidos debe reducirse un 50% de forma general, mientras que el consumo de frutos secos, frutas, verduras y legumbres debe duplicarse respecto a la media. Eso implicaría cambios drásticos en las dietas de todo el mundo.
Según Walter Willet, de la Universidad de Harvard y co-comisionado principal de este trabajo, actualmente hasta 800 millones de personas carecen de la alimentación suficiente para sobrevivir, mientras que muchos otros consumen una dieta poco saludable a pesar de disponer de los alimentos necesarios para ello. En ambos casos, la muerte prematura y las enfermedades derivadas por la alimentación han ido aumentando progresivamente en los últimos años.
La Dieta de Salud Planetaria, según este estudio, permitiría una mayor flexibilidad tanto a nivel de la agricultura como en las tradiciones culturales o preferencias alimentarias, incluyendo dietas más estrictas como el vegetarianismo y sus múltiples variantes, hasta el veganismo.
Según este mismo estudio, solo en Estados Unidos se consume hasta 6,5 veces más carne roja de la que recomienda la Organización Mundial de la Salud, mientras que en zonas del sur de Asia solo comen la mitad de la cantidad sugerida. Actualmente dichas recomendaciones implicarían no consumir más de 200-300 g de carne roja a la semana (2-3 raciones de 100 g), aunque la mayoría de las guías médicas no suelen diferenciar entre carne roja y carne roja procesada, y son cada vez más los estudios que encuentran perjuicios solo en la carne roja procesada. De todas formas, actualmente no deberían superarse dichas recomendaciones de forma generalizada, al menos hasta que las guías médicas así lo sugieran.
Para finalizar, cabe recordar otros tipos de alimentación que se asemejan, en parte, a la Dieta de Salud Planetaria. Uno de dichos casos más recientes es la conocida como “dieta flexitariana” que, aunque no es un tipo de dieta vegetariana como tal, sí está empezando a aceptarse como un “paso intermedio” para reducir el consumo de carne y llegar a la dieta vegetariana. En dicho tipo de alimentación se prima reducir el consumo de carne, a la vez que se aumenta a cambio el consumo de frutas y verduras de forma semanal. De hecho, solo realizando dichos cambios, se ha demostrado que la dieta flexitariana ayudaría a perder peso y reducir el riesgo de enfermedades relacionadas. La conclusión lógica en ambos casos es la misma: menos carne y más productos de origen vegetal.