Mochuelos, lechuzas, sapos y brujas… Ah, no! Que eso no es de Halloween, que eso es el conjuro de la Queimada gallega para ahuyentar a las brujas y que ahora que lo pienso, aún no tenemos receta en Cocinillas (vamos a tener que pensar seriamente en ponerle remedio), pero a lo que íbamos, a Halloween, esa fiesta tan de película americana para adolescentes que en los últimos años parece que ha cruzado el charco y se ha puesto de moda en nuestro país. Y digo parece, porque aunque algunos podáis creer que el Halloween lo inventaron los americanos, la verdad es que el Halloween existe desde muchísimo antes de que existieran los Estados Unidos.
Ingredientes
- Naranjas
- Papel de aluminio
- Velas planas
Y sí, hoy me he levantado en modo histórico y como las recetas que os traemos son cortas y en mi tierra hay tradición de celebrar el Día de los Muertos desde antes de la era cristiana, os vamos a contar de dónde viene eso del Halloween.
En muchos pueblos de Galicia, esta tierra donde las meigas (brujas) no existen, pero “habélas, hailas” (haberlas, las hay), la noche del 31 de octubre al 1 de noviembre se celebra una fiesta de origen celta que se llama Samaín, fiesta que muchos historiadores consideran el origen de casi todas las tradiciones asociadas a los muertos incluido el Halloween de los disfraces y las calabazas con forma de calavera. Y es que en Galicia, quizá por ese pasado celta, siempre ha existido una gran sensibilidad respecto a todo lo que tiene que ver con los espíritus y los difuntos. Seguro que alguna vez habéis oído hablar de la Santa Compaña o de las leyendas que giran en torno a la iglesia de San Andrés de Teixido a la que dicen “vai de morto quen non foi de vivo” (va de muerto quien no fue de vivo).
Con estos antecedentes, no es de extrañar que siga celebrándose el Samaín y que los más ancianos de pueblos como Cedeira, Ourense, Noia, Catoira, Muxía, Sanxenxo, Quiroga… recuerden “a noite dos calacús” (la noche de las calabazas) en la que el día de Todos los Santos se tallaban calaveras usando calabazas y se encendía una vela en su interior para espantar a los malos espíritus en las noches de transición entre el verano y el invierno. ¿Os resulta familiar? Claro que las calabazas no existieron en Europa hasta el siglo XVI y, si hacemos caso a lo que cuenta la historia, en el Samaín original de los celtas, lo que se utilizaban eran los cráneos de los enemigos vencidos. Miedito, ¿eh?
El Samaín, que viene del gaélico Samhain y que significa noviembre o “fin del verano”, se celebraba hace miles de años en todo el territorio celta con motivo del fin de la temporada de cosechas y la llegada del invierno. Los druidas, sacerdotes de la cultura celta, aprovechaban esta celebración para reverenciar a los ancestros que se creía que en esas fechas visitaban sus antiguas aldeas. También se creía que esa noche, las hadas y duendes eran libres para usar su magia en la aldea causando destrozos importantes, por lo que los vecinos solían disfrazarse con cabezas y pieles de animales con el fin de ahuyentarlos. En el siglo XIX, esta tradición del Samhain se exportó a Estados Unidos gracias a los escoceses e irlandeses que emigraron masivamente a Norteamérica y ese fue el origen del Halloween actual (palabra derivada de All Hallows’ Eve, ‘Víspera de Todos los Santos’) que hoy conocemos y que se está volviendo a recuperar en Europa.
Y bien, después de esta sesión de mitos, leyendas y quién sabe si también algo de verdadera historia celta, os cuento en un pispás unas cuantas ideas para una noche de Halloween terrorífica, pero también bastante saludable.
Mandarinas de miedo
Una idea rápida para que en las fiestas de los más peques les podamos colar fruta en vez de que se atiborren a chuches. Eso sí, espero que el dibujo se os de mejor que a mí, porque en casa me han dicho que más que asustar las mías tienen cara de chiste. Tendré que practicar más :). En cualquier caso, estas mandarinas disfrazadas de calabaza de Halloween gustarán a todos.
Preparación de Mandarinas de miedo
- Pelamos las mandarinas y les ponemos el rabito con medio gajo de lima sin pelar.
- Fundimos el chocolate en el microondas durante 30-40 segundos a potencia máxima.
- Pintamos los ojos, la nariz y la boca con el chocolate usando un palillo de brocheta.
Dentaduras de zombi
Otra idea para endulzar las fiestas de Halloween con un poco de fruta en mitad de las golosinas. Si la anterior era fácil, ésta lo es aún más, pues aquí no hace falta dibujar ;).
Preparación de Dentaduras de zombi
- Cortar medias rodajas de fruta que harán de encías y colocar las nubes formando los dientes.
Mini Jack O’Lantern
Preparación de los Mini Jack O’Lantern
- Cortamos la parte superior de la naranja.
- Vaciamos el interior separando los gajos de la piel con una puntilla o un cuchillo pequeño afilado y los terminamos de “arrancar” con una cuchara.
- Forramos el interior con papel de aluminio.
- Recortamos los ojos, la nariz y la boca.
- Ponemos una vela dentro, la encendemos y listo.
Tiempo: menos de 5 minutos cada cosa
Dificultad: Nula
Digestión: 1/5
Coste: menos de 1 € cada idea