Aunque ahora ya nos hemos cansado de verla en las estanterías de muchos supermercados, hasta hace no mucho la mantequilla de cacahuete era eso con lo que untaban el pan en las pelis americanas independientemente de que luego el sándwich fuese de mermelada o de panceta.
Ahora, como todo lo de fuera nos mola, pues ya la tenemos hasta de la marca blanca del súper – que es mantequilla de cacahuete y sal y azúcar y alguna cosa más- y las tenemos en herboristerías y herbolarios sin condimentos, pero un poco más cara.
Así que hoy, os vamos a enseñar cómo hacer mantequilla de cacahuete casera, porque hacerla en casa es tan fácil que casi parece una broma -prometo que no lo es, que a ver si con que hoy es el día de las bromas en América os vais a pensar que estoy de cachondeo-, sale mucho más barata y nos la podemos hacer, dulce, salada, sin aderezos, con tropezones, sin ellos, vamos… a medida.
Cómo hacer mantequilla de cacahuete casera
Es lo más fácil del mundo, solo necesitamos cacahuetes tostados y una batidora, Thermomix, picadora o procesador de alimentos… o un buen mortero y mucha paciencia. Y menos de 5 minutos.
Necesitamos cacahuetes tostados sin sal que los podemos comprar enteros y pelarlos nosotros retirando la cáscara y la pielecilla roja, o comprarlos ya pelados en cualquier tienda que vendan frutos secos a granel. Es importante que no tengan sal.
Y trituramos a potencia máxima hasta obtener una pasta de la consistencia que más nos guste. La foto superior es después de 20 segundos y aún no se ha empezado a formar pasta. Pero seguimos triturando y veréis.
Después de 1 minuto y medio, en mi picadora que tiene una potencia de 600 W, ya es una pasta con tropezones, pero para mi gusto es bastante densa y cuesta extenderla, así que sigo triturando.
A los 2 minutos y medio ya tenemos una pasta mucho más fluída que podemos echarla en un frasco esterilizado y guardarla en la nevera durante semanas. Si es que dura claro, porque está mucho más rica que la que se compra.
Con el paso de los días, al igual que sucede con la comprada que no tiene aditivos, es normal que parte del aceite suba a la superficie y haya que volver a mezclarla con una cuchara.
Con pan tostado y mermelada o compota de manzana es una delicia, pero también la hemos usado para hacer recetas de hummus en lugar del tahini, la salsa Satay , nuestras barritas de cereales sin horno, los tallarines con salsa de cacahuete, el curry rojo tailandés con pollo o las bolitas de mantequilla de cacahuete.
Sugerencias
Si queremos una consistencia aún más fluída, podemos añadir una cucharada de aceite de girasol por cada 200 g de cacahuetes.
Si la queremos salada, añadiremos ¼ cucharadita de sal por cada 200 g de cacahuetes.
También podemos hacerla dulce añadiendo azúcar moreno o miel al gusto.