El verano nos va a llegar en 3,2,1… en nada toca probarse el bañador y lucir palmito y a todos nos entra la prisa por borrar de nuestra silueta las huellas que han dejado en nuestro cuerpo los festines gastronómicos que nos hemos pegado durante el invierno.

Evidentemente cada cuerpo es un mundo porque no todos respondemos igual, hay quienes tienen metabolismos muy agradecidos y rápidos que enseguida lo queman todo y en cambio otros, tenemos un metabolismo mucho más ahorrador que todo lo que nos metemos por la boca se lo guarda bien guardadito, luego viene el susto al subirnos a la báscula o al probarnos ese short que nos quedaba tan ideal el año pasado y en ese momento, en pleno ataque de desesperación pre-playa, uno piensa “dejo de comer”. Error, dejar de comer, aparte de que lo pone a uno de muy mal humor, a nuestro metabolismo no le sienta pero que nada bien, al contrario, va a intentar adaptarse a la nueva situación y, por si las moscas, intentará ahorrar aún más.

Hábitos de alimentación que nos ayudan a activar el metabolismo

Tranquilos, no penséis que os vamos a hablar de comer solo lechuga y pollo a la plancha, ni que os vamos a prescribir una dieta, pero sí hemos recopilado una serie de consejos sobre hábitos de alimentación que realmente funcionan para darle un empujoncito a nuestro metabolismo.

Consumir alimentos ricos en omega-3

No debemos eliminar de la dieta los alimentos ricos en ácidos grasos omega-3 como los pescados azules, el salmón, el atún, los frutos secos como las avellanas, las semillas de lino o, como mínimo, huevos enriquecidos con omega-3.

Hidratarse bien

Hay que hidratarse correctamente, por ejemplo, bebiendo infusiones como la de té verde, que es un potente antioxidante y, aunque estudios científicos no han llegado a demostrar que sea el milagroso quemagrasas que nos han pretendido vender en algunas ocasiones, sí hay estudios que afirman que aumenta el tiempo de oxidación de las grasas y regula los niveles de insulina en sangre, lo cual es beneficioso para que estas no se acumulen en el organismo.

Otra buena práctica para activar el metabolismo es beber agua fría, pues a nuestro metabolismo no le quedará más remedio que ponerse en marcha y gastar energía en elevar la temperatura del agua que ingerimos para equilibrarla con la de nuestro cuerpo.

Hacer 5 comidas diarias

Empezar el día con un buen desayuno y hacer al menos 3 comidas principales y dos tentempiés. Es mucho mejor comer cantidades más pequeñas cada 3 o 4 horas, que pegarse uno o dos atracones al día.

Consumir la cantidad correcta de proteínas

No descuidar la ingesta de proteínas magras repartidas en todas las comidas. Para hacernos una idea, nuestro cuerpo necesita aproximadamente 1 g de proteína pura por kg de peso corporal ideal. Es decir, que si el peso ideal para nuestra estatura son 70 kg, necesitaremos ingerir unos 70 g de proteína pura al día. Ojo, recordad que en mayor o menor medida los alimentos contienen agua, por lo que no estamos hablando de comer solo 70 g de carne o de pescado al día. Un truco muy bueno para saber exactamente la ración de alimento proteico que debemos ingerir en una comida sin necesidad de usar una balanza, es servirnos una porción de carne o de pescado del tamaño y grosor de la palma de nuestra mano. En su defecto, podemos tomar un par de huevos, o dos yogures, o las combinaciones que consideremos oportunas.

Evitar el alcohol

Evitar las bebidas alcohólicas y los refrescos azucarados que solo aportan calorías vacías difíciles de digerir y que rápidamente se convierten en grasa.

El café también ayuda a activar el metabolismo

Consumido con moderación y, especialmente, si se hace durante las primeras horas de la mañana, el café también nos ayudará a activar el metabolismo.

El picante, que no falte

La capsaicina, la sustancia que da el sabor picante a los pimientos, guindillas, chiles y demás es uno de los activadores metabólicos más inmediatos que se conocen.

Evitar alimentos procesados

Es importante evitar alimentos procesados y, en el caso de tener que utilizarlos, optar por alimentos de producción ecológica. Lo mismo para las frutas y verduras frescas, que siempre que sea posible, intentaremos que sean ecológicas.

Fuente | Wonderhowto