La pasta en general es uno de los ingredientes más socorridos a la hora de cocinar, es barata, se cocina rápido -se cuece en la mitad de tiempo que el arroz o menos-, es limpia -no hay que pelarla ni trocearla como las patatas-, combina con casi cualquier cosa que tengamos en la despensa y es prácticamente imposible que no salga un plato rico aunque el cocinero sea un completo principiante.
Pero, a pesar de todas estas ventajas, la pasta sigue teniendo mala prensa porque se la suele asociar a platos altamente calóricos. La buena noticia es que esto no tiene por qué ser así y se puede comer muy sano sin eliminar la pasta de la dieta, porque la pasta en sí, sobre todo si se trata de pasta integral, no es un alimento malo, sino que estamos acostumbrados a rodearla de “malas compañías”.
6 consejos para cocinar pasta de forma saludable
Hace años estuve viviendo en un piso compartido en el que coincidí con un chico italiano que comía pasta a diario y se mantenía en forma sin necesidad de realizar grandes entrenamientos deportivos. Según pasaban las semanas fui cayendo en la cuenta de que, entre otras cosas, los acompañamientos de sus platos de pasta tenían bastante que ver en el asunto.
Veamos, pues, cómo se puede cocinar pasta de forma saludable:
1: Cocina la pasta con verduras
Mi antiguo compi de piso había nacido en La Puglia (el tacón de la bota que representa el mapa de Italia) y en esa zona, uno de los acompañamientos más populares para la pasta es el cime di rapa, una verdura que también existe aquí en Galicia, pues son nuestros famosos grelos que, aparte de para hacer nuestro caldo gallego, quedan genial cuando se cocinan con pasta. Pero no solo los grelos son buenos compañeros para la pasta, también lo son todas las verduras que utilizamos para hacer un pisto, el brócoli, los tomates asados, las espinacas, las setas, los espárragos trigueros…
Se trata de que vayas probando con las que más te gusten hasta dar con tus recetas favoritas.
2: Combina la pasta con proteínas magras
Huye del bacon y de las salchichas grasientas, en su lugar utiliza ingredientes como el atún, los mejillones, la pechuga de pollo o pavo, el marisco.. Conseguirás platos de pasta deliciosos.
3: Ingredientes a evitar si quieres cocinar pasta de forma saludable
Aparte del bacon, la panceta o embutidos grasientos, lo que también debes evitar son las salsas “blancas” como la bechamel, la mayonesa o cualquier salsa hecha a base de nata o ingentes cantidades de quesos. Aún así, eso no impide que le des un toque final a tu plato con una pequeña cantidad de un buen queso rallado.
No obstante, si eres muy fan de este tipo de salsas, siempre puedes optar por versiones saludables hechas a base de verduras, como por ejemplo la bechamel de calabacín o la mayonesa de yogur, con las que tendrás platos geniales y mucho más fáciles de digerir.
4: Dale una oportunidad a las pastas integrales
Aunque el sabor no es exactamente el mismo que el de las pastas hechas con harina refinada o las pastas al huevo y es muy probable que, si no estás acostumbrado, te cueste comerla en recetas tipo ensaladas o salteados, puedes darles otra oportunidad cocinándolas con alguna salsa de tomate casera hecha con tomates asados en vez de fritos en gran cantidad de aceite y condimentada con ingredientes como el ajo y la albahaca o, si te gusta, con algún toque picante.
5: Cocina la pasta al dente
No solo porque está más rica, sino porque el exceso de cocción hace que los carbohidratos se absorban más rápidamente sin que nos dé tiempo a “quemarlos”. En cambio, la pasta al dente necesita más tiempo para ser digerida, por lo que uno se siente saciado durante más tiempo.
6: Vigila la cantidad de las raciones de pasta
Entre que es barata y que, en crudo, siempre nos parece poca cantidad, un error habitual a la hora de cocinar pasta es acabar cocinando demasiada cantidad. Si a eso sumamos que recién hecha está muy rica y recalentada muchísimo menos, es fácil acabar comiendo de más, y por muy sano que sea algo, comer en exceso tampoco es lo mejor, por eso, para evitar tentaciones es importante calcular bien las raciones antes de echar la pasta en la olla.
Como habéis podido comprobar, comer pasta y cuidarse son cosas que pueden ir de la mano son solo aplicar un poco el sentido común.