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Con ingredientes humildes y las recetas adecuadas se pueden preparar platos excelentes. No quiere esto decir que haya que pasarse horas en la cocina para conseguirlo. A veces, basta con dirigir la mirada hacia el trabajo de grandes chefs que, con muy poco, consiguen hacer platazos que sorprenden.
Con la llegada de la Navidad y todas sus celebraciones asociadas, que congregan a grandes grupos alrededor de una mesa, también llegan unos días de búsqueda de recetas y de hacer malabares con el presupuesto, especialmente, en las vísperas de los días señalados en las que se pone todo por las nubes. Muchos van a lo seguro, a los menús con los que triunfan año tras año, a las recetas que se convierten en la tradición de cada casa; otros aman arriesgar y cada año buscan nuevas maneras de sorprender a aquellos para los que cocinan. Pero lo que todos los cocinillas comparten es el deseo de preparar algo especial, algo que no sea lo de todos los días y, para eso, no es necesario dejarse la paga en mariscos carísimos o ingredientes superexclusivos.
La receta de hoy junta uno de los mariscos gallegos más populares, los mejillones, y una idea sacada de una receta que vi hace años en el libro Cocina en casa de Martín Berasategui. Yo la he ido adaptando a mi entorno, cambiando algunos vegetales por otros que son mucho más fáciles de conseguir donde yo vivo y que siempre suelo tener en casa -zanahoria, puerro, cebolla,...-
Utilizar mejillones para hacer una crema de marisco es una buenísima idea para tener un entrante diferente, muy rico en proteínas y a un coste muy asequible. Además, los mejillones gallegos están en plena temporada y se pueden comprar frescos por muy pocos euros.
El "marisco de los pobres"
Cuando se acerca la Navidad, el precio de algunos mariscos puede dispararse hasta casi duplicar su precio, pero no es el caso de los mejillones. Este bivalvo es el molusco más popular en España, donde somos una de las primeras potencias productoras mundiales.
Esta abundancia en la oferta, que consigue mantener el producto a un precio comedido, ha sido quizá lo que ha hecho que al mejillón se lo conozca, de manera un poco injusta, como "el marisco de los pobres". Sería más adecuado decir que es un marisco al alcance de todos, muy versátil desde el punto de vista culinario y un alimento con unas propiedades nutricionales maravillosas.
Ingredientes para hacer una crema de mejillones deliciosa
- Mejillones frescos, 1 kg
- Vino blanco (albariño, txacolí, verdejo...), 100 ml
- Cebolla mediana, 1 ud
- Puerro, 1 ud
- Apio, 2 tallos
- Zanahoria, 1 ud
- Patata, 1 o 2 ud (unos 300 g)
- Nata para cocinar, 200 ml
- Mantequilla, 2 cucharadas
- Aceite de oliva, 2 cucharadas
- Caldo de pescado, 500 ml
- Sal, al gusto
- Pimienta, al gusto
- Perejil o eneldo fresco, para decorar
Paso 1
Limpiamos bien los mejillones retirando las barbas y raspando las conchas con ayuda de una puntilla. Los colocamos en una olla grande junto con el vino blanco. Tapamos y cocinamos a fuego medio hasta que se abran (unos 5 minutos).
Paso 2
Colamos el líquido de cocción y lo reservamos. Separamos los mejillones de las conchas, descartando aquellos que no se hayan abierto.
Paso 3
Picamos finamente la cebolla, el puerro, el apio y la zanahoria. En una cacerola grande, calentamos la mantequilla junto con el aceite de oliva. Sofreímos las verduras a fuego medio durante unos 8 minutos, hasta que estén tiernas, pero sin tostarse.
Paso 4
Pelamos y cortamos las patatas en trozos pequeños. Las añadimos a la olla junto con el líquido de cocción de los mejillones que habíamos reservado.
Paso 5
Incorporamos el caldo de pescado y cocinamos a fuego medio durante 15-20 minutos, o hasta que las patatas estén completamente tiernas.
Paso 6
Agregamos los mejillones (podemos reservar algunos enteros para decorar, si lo deseamos) y cocinamos un par de minutos más.
Paso 7
Retiramos del fuego y trituramos todo con una batidora hasta obtener una crema lisa y homogénea. Pasamos la mezcla por un colador fino para eliminar cualquier “tropezón” no deseado y conseguir una textura más elegante.
Paso 8
Volvemos a calentar la crema a fuego bajo, incorporamos la nata y ajustamos el punto de sal y pimienta al gusto. Mezclamos bien para que se integre todo, pero siempre a fuego muy bajo para asegurarnos de que no hierve.
Paso 9
Servimos nuestra crema de mejillones caliente en platos hondos, decorándola con perejil o eneldo fresco y los mejillones enteros que hayamos reservado.
Otras ideas originales para cocinar mejillones que no sean cocidos con limón
- Mejillones en tempura. Se rebozan los mejillones cocidos y sin cáscara en una mezcla de harina, agua con gas y huevo; se fríen en abundante aceite y se dejan escurrir en un colador grande.
- Mejillones en vinagreta. Se prepara una vinagreta con tomate, pimiento verde y cebolleta picados muy finos y se reparte por encima de los mejillones cocidos.
- Mejillones rellenos. Se prepara una bechamel de mejillones algo más líquida que si fuera para croquetas y se llenan las cáscaras de los mejillones con ella. Se deja enfriar, se reboza todo en harina, huevo y pan rallado y se fríe.
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