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Un postre cremoso con frutos secos iStock
Ni huevo ni vainilla: el sencillo postre de las abuelas de Almería que me gusta más que las natillas
Una receta de postre que también tiene variantes saladas dependiendo de la zona.
Más información: Natillas árabes sin huevo, mouhalabieh o mahalabia
- Total: 40 min
- Comensales: 6 - 8
Parecen unas natillas, pero no lo son. El postre de la receta de hoy es una receta dulce que se prepara en algunos pueblos de Almería y ahí se conoce con el nombre de tarbinas, talbinas o talvinas. En Cádiz y en Sevilla se conoce como poleás y en algunas zonas de La Mancha recibe el nombre de puches.
Las talvinas son unas gachas dulces enriquecidas con aromas y sabores muy propios de la cocina andalusí como son la canela y la matalahúva (anís en grano). Se terminan con almendras y trozos de pan frito, quizá a modo de galleta, para dar un toque crujiente a un postre que no es especialmente dulce.
La preparación es simple y los ingredientes humildes -en tiempos de necesidad se hacían con agua en vez de leche-, pero el resultado es, como en casi todas las recetas de las abuelas, maravilloso.
Solo se necesita leche, harina, un poco de azúcar y aceite, algo de pan duro, unas pocas almendras y algunas especias para preparar un postre muy cremoso que resulta muy agradable.
Las talvinas también pueden recordar a una bechamel dulce, pues esta famosa salsa francesa guarda ciertas similitudes con el postre andaluz que hoy nos ocupa.
Un postre energético que se puede hacer más saludable
Aunque las talvinas tradicionales son un postre bastante calórico que solo debería consumirse ocasionalmente y en cantidades moderadas, se podría adaptar la receta para hacerla más ligera. Por ejemplo, en vez de freír las almendras, podrían tostarse sin aceite en el microondas o utilizarse almendras tostadas sin sal.
El pan, en vez de freírlo en aceite, puede pulverizarse con un poco de aceite y tostarse en la freidora de aire. Con estos dos cambios se reducirían considerablemente las grasas. Además, puede sustituirse la leche por leche desnatada o por una bebida vegetal sin azúcares añadidos.
El azúcar podría reducirse en cantidad o sustiuirse por algún edulcorante acalórico como el xylitol o el eritritol o podría servirse el postre con alguna fruta como trozos de manzana, pera o fresas que aportarían su dulzor natural e incrementarían la cantidad de fibra. La harina refinada puede sustituirse por harina de avena integral, que aporta una mayor cantidad de fibra y micronutrientes.
Una receta que puede ser dulce o salada
Las talvinas así preparadas, según cuenta La Voz de Almería, se pueden encontrar en Almería capital y en pueblos de la Alpujarra (Berja, Dalías...).
En cambio, en otras zonas como Tabernas o Cabo de Gata, la receta ha evolucionado y es un plato salado, más parecido a las gachasmigas murcianas, que lleva ajos y puede llevar longanizas, tocino...
Ingredientes para hacer talvinas almerienses
- Harina de trigo, 100 g
- Pan del día anterior, 2 o 3 rebanadas
- Leche entera, 1 litro
- Almendras sin piel, 50 g
- Azúcar o miel, 100 g
- Aceite de oliva, cantidad suficiente
- Canela en polvo, al gusto
- Matalahúva (anís en grano), al gusto
- Sal, una pizca
Paso 1
Cortamos las rebanadas de pan en cuadritos pequeños (de aproximadamente 1 cm por lado).
Paso 2
En una sartén amplia, calentamos una cantidad generosa de aceite de oliva a fuego medio.
Paso 3
Cuando el aceite esté caliente, añadimos las almendras peladas y las freímos hasta que adquieran un color dorado. A continuación, incorporamos los cubitos de pan y los freímos hasta que estén crujientes y dorados. Sacamos tanto las almendras como los cubitos de pan con una espumadera y los dejamos escurrir en un colador grande o en un escurridor metálico. Reservamos.
Paso 4
Para preparar la crema, ponemos la leche con el azúcar en un cazo amplio y añadimos una pizca de sal. La sal es la gran olvidada en las recetas de postres, pero añadir una pizca realza los sabores dulces.
Paso 5
Ponemos a calentar el cazo con la leche a fuego medio y dejamos que se caliente, removiendo de vez en cuando para que no se pegue en el fondo. Justo cuando la leche esté a punto de romper a hervir (hay que estar atentos para que no se desborde y lo ponga todo perdido), bajamos el fuego al mínimo.
Paso 6
Con la leche caliente, comenzamos a añadir la harina poco a poco. Es importante hacerlo en forma de lluvia fina mientras removemos constantemente con unas varillas o una cuchara de madera. Esto evitará que se formen grumos.
Paso 7
Continuamos removiendo mientras la mezcla cuece a fuego suave, hasta que se formen unas gachas suaves y de consistencia blanda.
Paso 8
Cuando las gachas hayan alcanzado la textura deseada, añadimos una cucharadita de matalahúva (se puede añadir más si queremos un sabor más intenso). Mezclamos bien y dejamos que las gachas cuezan durante dos minutos más, permitiendo que el anís en grano libere todo su aroma. Una vez hecho esto, retiramos del fuego.
Paso 9
Pasamos las gachas a una fuente o las repartimos en cuencos individuales. Espolvoreamos generosamente con canela en polvo y, opcionalmente, añadimos una pizca de azúcar o un chorrito de miel por encima.
Paso 10
Finalmente, distribuimos las almendras fritas y los cubitos de pan crujiente por encima. Aunque frías también están ricas, las talvinas son un postre de invierno y se sirven calientes o templadas.