En el mundo hay dos tipos de personas, las que disfrutamos cocinando a cualquier hora del día y las que siempre intentan evitar los fogones. A pesar de las diferencias, la biología nos iguala y todos tenemos la necesidad de comer. Los que evitan los fogones son mayoría, pero. aun así, son cada vez más los que se interesan por comer de manera saludable y equilibrada sin renunciar a los sabores. Demandan recetas rápidas, en las que apenas haya que pasar tiempo en la cocina, que sean saludables y que, además, estén ricas. Todo un reto.

En el recetario tradicional no abundan ese tipo de recetas, aunque, como decimos en Galicia, "habelas hailas", haberlas las hay y, si se buscan, se encuentran. Uno de estos clásicos, que a mí me encanta para cenar y que sugiero a todos los que me preguntan por ideas para hacer cenas en un momento, es el zarangollo murciano. En su versión más simple, solo lleva tres ingredientes: calabacín, cebolla y huevo, y está riquísimo. Opcionalmente, también puede llevar algo de patata, si se desea algo más calórico.

Lo más trabajoso de la receta es trocear las verduras, así que fijaos si es fácil, además, no seré yo la que diga que no se puede hacer con hortalizas congeladas de las que ya vienen limpias, troceadas y directas para echar en la sartén. Eso lo dejo a elección de quien se lo vaya a comer.

Una cena nutritiva y baja en calorías

Aunque a algunos les pueda parece que una receta con solo tres ingredientes principales y un poco de aceite de oliva y sal 'no es comida', lo cierto es que, la terna formada por el calabacín, la cebolla y el huevo en conjunto con el AOVE es un póker de ases.

El calabacín aporta vitaminas A y C y folatos, y minerales como potasio y magnesio. La cebolla contiene vitamina C, vitamina B6 y antioxidantes. Además, aporta cromo, un mineral que ayuda a regular el azúcar en sangre. Los huevos son una excelente fuente de proteínas de alta calidad, esenciales para la construcción y reparación de tejidos; también aportan vitamina B12, riboflavina y selenio. El aceite de oliva es rico en ácidos grasos monoinsaturados, especialmente ácido oleico, que es beneficioso para la salud cardiovascular; además, contiene antioxidantes como la vitamina E y polifenoles, que ayudan a reducir la inflamación y proteger el corazón.

Tanto el calabacín como la cebolla aportan fibra dietética y, los cuatro ingredientes en conjunto, son fáciles de digerir, por lo que es una receta perfecta para que la cena no resulte pesada, pues se trata de una receta ligera, poco calórica, saludable y muy nutritiva.

Ingredientes para hacer el zarangollo murciano más fácil

  • 1 calabacín mediano
  • 1 cebolla pequeña
  • 2 huevos

Paso 1

Pelamos la cebolla y lavamos el calabacín. Opcionalmente, podemos pelar el calabacín si no nos gusta ver verde en el plato, aunque no es necesario.

Paso 2

Troceamos la cebolla y el calabacín en dados pequeños, de menos de un centímetro. Es importante que los trozos sean de tamaño regular para que la cocción sea uniforme.

Paso 3

Cocinamos la cebolla y el calabacín en una sartén con una cucharada de aceite y sal al gusto hasta que estén tiernos. El fuego no debe estar a tope, pero tampoco muy bajo. Es interesante que algunos trocitos de cebolla y calabacín se tuesten un poco, porque eso dará mucho más sabor.

Paso 4

Mientras se cocinan las hortalizas, batimos bien los huevos con sal al gusto.

Paso 5

Cuando las hortalizas estén tiernas, echamos los huevos batidos en la sartén, bajamos un poco el fuego y mezclamos con la cebolla y la calabacín removiendo hasta que estén cuajados como unos huevos revueltos.

Otras ideas de recetas para cenar con los mismos ingredientes

Hemos visto que la receta de hoy contiene una combinación de ingredientes que suele gustar a toda la familia y que, además, resulta muy interesante desde el punto de vista nutricional. Pero esta no es la única receta ultrasencilla que se puede hacer en un momento con estas tres cosas.

  • Tortilla de calabacín y cebolla. Salteamos la cebolla y el calabacín cortados en rodajas en aceite de oliva con una pizca de sal hasta que estén tiernos. Luego, batimos los huevos y los mezclamos con las verduras. Cocinamos a fuego medio en una sartén hasta que se despeguen los bordes, le damos la vuelta y cocinamos hasta que la tortilla esté cuajada por el otro lado.
  • Calabacín relleno de huevo. Cortamos el calabacín por la mitad a lo largo y vaciamos cada mitad lo suficiente para hacer un par de 'barquitas' sobre las que pondremos una pizca de sal y cocinaremos en el microondas durante 3 o 4 minutos. Salteamos la cebolla y el interior del calabacín cortado fino en aceite de oliva con sal al gusto. Colocamos la mezcla de vuelta en las mitades de calabacín, hacemos un hueco en el centro y rompemos un huevo en cada mitad. Horneamos hasta que los huevos estén cocidos. Podemos espolvorear con especias que nos gusten.
  • Ensalada templada de calabacín, cebolla y huevo. Cortamos el calabacín en rodajas y la cebolla en tiras. Los cocinamos a la plancha con una pizca de sal y los servimos en un plato y añadimos los huevos cocido en rodajas o en cuartos. Aliñamos con aceite de oliva, unas gotas de vinagre, sal y pimienta. Opcionalmente, podemos servir la ensalada sobre una cama de lechuga o brotes de espinacas.