Estonia es una pequeña joya ubicada en el norte de Europa y bañada por el mar Báltico que no solo cautiva con su impresionante paisaje y larga historia, sino también por su fascinante y única gastronomía. En este recorrido gastronómico, daremos un repaso a los sabores, la historia y las tradiciones que componen la mesa estonia.
La profunda conexión con la naturaleza
La esencia de la cocina estonia radica en su profundo vínculo con la naturaleza. La abundancia de bosques, ríos y costas proporciona ingredientes frescos y diversos que han sido la base de su gastronomía.
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Con la llegada del otoño, los bosques estonios se llenan de bayas silvestres, setas, frutos secos y hierbas aromáticas que son ingredientes omnipresentes en platos como la sopa de setas y el nutritivo kama, un polvo elaborado a partir de cereales tostados similar al gofio canario que se utiliza en la elaboración de bebidas y postres. La caza y la pesca también ocupan un lugar privilegiado en la cocina estonia, dando vida a platos como el suculento estofado de alce y el arenque marinado.
Estos bosques ofrecen a los amantes de la naturaleza y la gastronomía una oportunidad única para disfrutar de una experiencia enriquecedora, donde se mezclan la belleza natural y la cultura culinaria del país.
Frutos del bosque en Estonia, la fiesta de los sabores silvestres
Entre las delicias más destacadas que los bosques de Estonia ofrecen, se encuentran una gran variedad de frutos del bosque. Desde los arándanos nórdicos y rojos hasta las fresas y frambuesas silvestres, sin olvidar el camemoro o mora de los pantanos. Los visitantes encontrarán las zonas más abundantes en el sur de Estonia, región que en el otoño de 2010 fue sede del primer Campeonato Mundial de Recogida de Arándanos en la Reserva Natural de Emajõe Suursoo.
El noroeste de Estonia también es ideal para recolectar distintas variedades de frutos del bosque y aprender sobre cómo los estonios han aprovechado el bosque para alimentarse a lo largo de la historia. Estas excursiones, especialmente recomendadas al final del verano, ofrecen una experiencia enriquecedora y educativa en medio de la naturaleza virgen de Estonia.
Las setas, el tesoro más codiciado de los bosques de Estonia
Para los aficionados a la micología, Estonia es un verdadero paraíso. Los rebozuelos, conocidos por su peculiar aspecto y sabor, son una de las variedades más populares, pero también se encuentran el champiñón de leche, el boletus y la russula, entre otros.
Uno de los lugares más destacados para la recolección de setas es el Parque Nacional de Soomaa, el segundo parque nacional más grande de Estonia. Aquí, los visitantes pueden sumergirse en el conocimiento de guías locales especializados, aprendiendo a identificar las distintas especies de setas y las técnicas de conservación utilizadas para disfrutar de estas delicias culinarias durante todo el año.
Un retiro gastronómico en medio de la naturaleza
Para aquellos que visitan el país buscando una experiencia más alejada del continente, la isla de Saaremaa es el destino perfecto. Conocida por sus excelentes lugares de recolección de setas y frutos del bosque, Saaremaa ofrece a los visitantes la oportunidad de sumergirse en el paisaje, conectando con la naturaleza y las tradiciones del país.
Además, los balnearios de Saaremaa utilizan ingredientes naturales, como algas rojas y enebro, que provienen directamente de sus playas, ofreciendo a los visitantes un toque especial de bienestar.
Y una vez al año, la capital de Saaremaa, Kuressaare cobra vida con una de esas tradiciones que caracterizan la gastronomía del país, un animado picnic callejero, donde la gente disfruta de exquisitas comidas y bebidas mientras danzan al compás de la música, en un ambiente enriquecido por la hospitalidad de la comunidad local.
La historia gastronómica
La cocina estonia es un crisol de influencias históricas y tradiciones locales. A lo largo de los años, Estonia ha sido influenciada por vecinos cercanos como Rusia y Escandinavia, lo que se refleja en platos como los pelmeenid, una especie de empanadillas parecidas a los dumplings asiáticos, y el hapukapsas, un fermentado que recuerda al chucrut.
La colonización alemana también dejó su huella en platos como el reconfortante puré de patata kartulipuder y una morcilla o salchicha de sangre que se llama verivorst.
En el capítulo dulce, el postre no se queda atrás en la aventura culinaria estonia. Los pasteles y postres del país son un deleite para los sentidos. Desde el kohuke, que consiste en un relleno cremoso de queso cottage o requesón cubierto con una capa de chocolate, hasta el reconfortante pudín de pan küpsetatud leib, que se elabora con pan de centeno ligeramente revenido que se empapa en una mezcla de huevos, leche y especias, y luego se hornea y se sirve con nata y mermelada, cada bocado cuenta una historia de tradición y sabor.
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Las bebidas tradicionales son la guinda del pastel en la experiencia culinaria de Estonia. La cerveza y el vino de grosella son populares entre los lugareños, pero es el peculiar licor de vodka Vana Tallinn el que acapara más protagonismo con su mezcla de especias y cítricos.
Las festividades en Estonia se celebran en las calles con la misma pasión y entusiasmo que se manifiestan en su cocina. Durante la Navidad, las familias se reúnen alrededor de platos tradicionales como el sult -cerdo asado- acompañado de pelmeenid de verivorst -empanadillas de morcilla-. La celebración de San Juan, al igual que en España, tiene al fuego como protagonista y todo se llena de hogueras y platos cocinados a la parrilla. Además, a lo largo del año, son numerosos los festivales que se celebran en torno a la comida.
La cocina estonia actual
A pesar de su profundo arraigo en la tradición, la cocina estonia ha sabido evolucionar con los tiempos. Los chefs contemporáneos han ido reinventando los platos clásicos, aplicando técnicas modernas y presentaciones vanguardistas.
En los últimos años, la escena gastronómica de Estonia ha florecido, especialmente en su capital, Tallin. Restaurantes como NOA, reconocido con estrella Michelin, o Rataskaevu 16 han llevado la cocina estonia a un nivel completamente nuevo, fusionando técnicas culinarias avanzadas con ingredientes locales y auténticos. Estos establecimientos no solo presentan platos exquisitamente presentados, sino que también cuentan historias a través de la comida, conectando el pasado con el presente en cada bocado.
Además de la innovación en la cocina, la sostenibilidad y la conciencia ambiental son aspectos esenciales en la gastronomía estonia actual. Muchos chefs se enorgullecen de utilizar ingredientes locales y métodos de producción sostenibles, lo que no solo mejora la calidad de los platos, sino que también contribuye a la preservación del entorno natural de Estonia.
La influencia de la gastronomía internacional también se hace evidente en la creciente diversidad de restaurantes étnicos en Estonia. Esto refleja la apertura del país a nuevas culturas y sabores, enriqueciendo aún más la oferta culinaria.