Que en nuestro país se come de maravilla no es ninguna novedad. La diversidad de cada región nos hace únicos, porque nada tienen que ver las recetas del sur con las de norte, así como los productos que se utilizan en el este o la zona oeste del territorio patrio.
Hoy nos vamos a uno de los pueblos con más encanto de toda Bizkaia. Algunos piensan que es un barrio del vecino Bilbao o lo confunden con Portugalete. Nada más lejos de la realidad, porque Getxo es un municipio por derecho propio, formado eso sí, por cinco barrios diferentes.
Es un lugar a los que siempre apetece escaparse. Para disfrutar de sus bellísimas playas, de sus paseos señoriales con casas de aristócratas, del puerto viejo o de una obra Patrimonio de la Humanidad, el icónico Puente Colgante, construido por Alberto de Palacio y el ingeniero-constructor Ferdinand Arnodin, discípulo directo de Eiffel.
Pero hay muchas más razones para descubrir Getxo y eso es para devorar su gastronomía, en la que no faltan cocina marinera, pintxos, tortillas de patata e incluso la posibilidad de cenar en un palacio. ¿Sabías que aquí es además donde se inventó el kalimotxo?
Las mejores tortillas de Bizkaia
¿A quién no le gusta la tortilla de patata? Sea con o sin cebolla, podemos afirmar, sin miedo a equivocarnos, que se trata de un plato querido por todos. No hace falta más que afirmar aquello de 'la mejor tortilla de no sé dónde', para que las colas y el ansia por probarlas lleguen al sitio en cuestión.
Pues bien, en Getxo están algunas de las mejores de toda Bizkaia. Y merece mucho la pena encontrar el momento para probarlas. Por ejemplo en El Atrio, que este año quedó finalista en el concurso de tortillas. Este bar de apenas una barra, unas mesas altas y una pequeña terraza, ubicado en Las Arenas, prepara una docena de tortillas al día y son de campeonato. Caramelizan la cebolla en su propio jugo y confitan la patata hasta que quede crujiente.
A la típica de patata, han añadido otra versión con chistorra y queso brie que le sigue muy de cerca. Pero no es lo único que manejan. Sobre la barra, una buena colección de pintxos clásicos y otros más innovadores como el dürüm de pavo con ensaladilla de puerro y salsa barbacoa o el bao negro de puerro y salmón.
Frente a este, otro bar que se ha especializado en tortilla. De hecho, se llama la Tortilla del Galatea. Con varios espacios en Barakaldo, Bilbao y este en Getxo, aquí se viene a probar este plato. Y es que tienen en carta unas cuantas recetas, desde la tortilla de patata de siempre, que preparan con patatas de Navarra, hasta la que incorpora alegrías riojanas por encima, pimientos, bacalao o morcilla, entre otras.
¿Otro imperdible? Kaixo Gastrobar, este ubicado en Algorta. Su tortilla de patatas -esta vez sin cebolla- es la estrella, una que queda jugosa, pero crujiente al mismo tiempo. Tienen también recetas que van variando, pero una de las imprescindibles es su tortilla vegetal, con relleno de lechuga, jamón y queso, como si se tratase de un sandwich.
Cocina marinera y pintxos para todos
Estando frente al mar, Getxo no podía sino contar con una buena colección de restaurantes especializados en cocina marinera. Y eso es lo que se ve en espacios como Parrillas del Mar, en el puerto deportivo de Getxo, convertidos en un referente en lo que se refiere a mariscos y pescados. Begihandi con cebolla pochada, besugo, txitxarro de Ondarroa, rodaballo... Y muchos más que pasan por sus brasas.
Por su parte, en Tamarises Izarra apuestan por la nueva cocina vasca, por platos con un twist, como el marmitako que preparan con bogavante, unas vieiras asadas sobre natillas de hongo o los clásicos de siempre como txipirones encebollados, kokotxas de bacalao o merluza frita con pimientos asados al carbón.
¿Ruta de pintxos? En todos los anteriores, especializados en tortilla, también apuestan por la tradición vasca de los pintxos. En Kaixo por ejemplo, no faltan los bocatitas, pero para bocatas ricos o pulgas, el sitio es La Pulga. Si el nombre no llama la atención de primeras, solo hace falta asomarse a su vitrina replena de delicias para cambiar de opinión. Soberbia es su pulga de bonito, anchoa y piparra, así como las de jamón, tortilla o las mini hamburguesas
Uno de los planes que más gusta a los locales, es ir a tomar el aperitivo y picar algo en el Puerto Viejo. Acompañados de un txakolí, los pintxos se disfrutan en Arantzale Taberna, una antigua taberna recuperada en la que las rabas son las reinas. Pero también con la ensalada de ventresca y las gildas de Txomin o las croquetas de Idiazábal del Itxasbide.
Y un hotel que es un palacio
Una de las últimas incorporaciones a la zona de Getxo, concretamente en el barrio de Neguri, ha sido la apertura del hotel Palacio Arriluce. La que fuera una residencia burguesa, primero del marqués de Arriluce y más tarde de otros tantos, se ha convertido en hotel de lujo con 49 habitaciones, campo de croquet, piscina infinity con vistas a la bahía, un spa en los bajos y muchas cosas más.
De hecho, se ha convertido en catalizador de la vidilla del barrio, porque aquí no solo llegan los clientes que van a alojarse, sino gente de siempre, de los alrededores, que no pierden cuenta en disfrutar de sus dos espacios gastronómicos.
Uno es su cóctel bar, al estilo de los bares ingleses, al que han llamado Kupka. Es a la vez bar, biblioteca y uno de sus espacios, se encuentra enclavado en lo que fuera la antigua capilla. Es perfecto para tomar un café a media tarde o un trago más entrada la noche, acompañado de alguna de las opciones de su carta, que incluyen desde sándwiches a picoteo, ensaladas y platos más contundentes.
Pero la joya de la corona es el restaurante Delaunay. El chef Beñat Ormaetxea se hace cargo de este espacio que une producto, platos típicos de la zona y algunos herederos de la cocina clásica. Todo pensado para disfrutar del placer de comer, como afirma el propio chef. Los éxitos de su carta son platos como el foie micuit con emulsión de piñones, el bacalao en láminas con espuma de su brandada o con unas verduras ecológicas la huerta Ibarra baserria.
Trabajan también los fuera de carta con mariscos y pescados de la lonja cercana y un especial interés por la caza, con platos como el pichón de Bresse asado y reposado a platos de caza, como el ciervo en civet con ciruelas y orejones o el corzo asado al carbón con puré de castañas.