Moraira sabe lo que es vivir a la sombra de otras poblaciones como Dénia o Jávea. Mientras estas se llevan toda la gloria y los turistas, ella permanece tranquila y mucho más accesible. Pero lo que pocos saben es que, en este extremo del litoral valenciano y en esta población que pertenece a la Marina Alta, tiene unas playas y un agua, que poco tiene que envidiar a las de las Baleares.

En realidad, se la conoce como Teulada-Moraira, un híbrido que consta de dos poblaciones, una en el interior, Teulada, y otra en la costa, Moraira. Pero lo que nos interesa, está junto al mar. Todos caen rendidos a la belleza de sus playas, la del Portet o la de La Ampolla, son ambas de arena fina y aguas cristalinas lo que hace de ellas unas de las más bellas del litoral mediterráneo. La claridad del mar las hace perfectas también para practicar esnórquel o submarinismo. Y las vecinas calas de Llebeig o Cap Blanc son otro de sus tesoros. 

Teulada-Moraira Turismo

Es en esta población tranquila donde encontrar buenos motivos gastronómicos para escaparnos más pronto que tarde. La gastronomía en Moraira es una mezcla de tradición y creatividad, con una fuerte influencia de la cocina mediterránea, que se pone de manifiesto en sus restaurantes junto al mar y en una nueva apertura hotelera, que ha puesto al frente de su cocina a un viejo conocido, el chef Nazario Cano.

Restaurantes para comer junto al mar en Moraira

En Moraira siempre ha habido una tradición gastronómica muy fuerte, que, lamentablemente fue cayendo en el olvido. "Todos los valencianos y alicantinos que queríamos ver algo, teníamos que ir allí. Estaba El Girasol, con sus dos estrellas. La potencia gastronómica estaba allí", nos contaba el chef Nazario Cano. El prestigioso restaurador Joachim Koerper, era el que convirtió la zona en un destino gastronómico. Pero el restaurante cerró sus puertas en 2005.

Afortunadamente, siguen existiendo buenas y poderosas razones para hacer de ella un destino gastronómico. No son muchos los espacios, pero sí muy interesantes. Algunos apuestan por la cocina tradicional de la zona, otros, por algo más creativo.Y afortunadamente, las mejores propuestas gastronómicas de Moraira, están junto al mar.

Los que más elogios se llevan, para comer o cenar en las noches estivales, son Sand y El Chamizo, ambos especializados en cocina mediterránea. El segundo se sitúa en la cala Platgetes y uno de sus mayores atractivos, es que tiene es que se trata de una terraza sobre el Mediterráneo, lo que lo hace de él un espectacular mirador.

Podría ser un chiringuito, pero es mucho más. Aquí la comida se cuida al máximo, con una carta en la que los arroces son protagonistas junto a pescados de la bahía de Moraira y carnes. Destacan platos como las almejas con una salsa de nata y champagne, el paté de buey de mar, salmón y gambas y arroces como la paella valenciana o la de marisco. El magret de pato con salsa de miel, es otro de los platos que no perderse.

Para disfrutar de cocina más creativa y con un punto más de autor, el sitio es el Bar Billy's. Lo que fuese un bar turístico para extranjeros, se convirtió en un enclave ideal para gastrónomos. Adrián Ruiz, hijo de Miquel Ruiz, del fantástico y siempre con lista de espera, Baret de Miquel en Dénia, cogió las riendas del bar de su suegra, para darle un punto más elevado. 

"Buen hacer, con buen producto y muchas sonrisas", es su declaración de intenciones. Y para ello, han creado una carta ideal para compartir, con platos que ya van cambiando con la temporada y otros que no se mueven de la carta a petición de sus clientes.

Esos son el lomo de sardina a la llama con higos y crema de anchoa, las bravas volcánicas, las gyozas de pato a la naranja o su interpretación de una gilda valenciana, que preparan con sashimi de caballa y crema de gilda. No faltan clásicos de su padre, como el figatell de sepia, tantas veces copiado o la tarta de manzana de Miquel Ruiz. 

De tipo más como un beach club o bar de playa, encontramos Algas L'Andragó en la carretera de Moraira a Calpe, que lleva varios veranos renovando su distinción como Solete de la Guía Repsol. De estilo Mediterráneo y junto al mar, es perfecto para tomar cócteles como su famoso Alohamora, acompañados de cocina sencilla con tapas marineras, bocadillos o ensaladas. 

El regreso de Nazario Cano a la Marina Alta y el nuevo hotel que lo acoge

Solo nos vamos a trasladar a unos pasos del mar, para descubrir un nuevo e interesante proyecto. Nazario Cano, uno de los chefs con más proyección de esta zona, hace apenas un tiempo que volvía a casa. A la que un día fue su espacio, lo que fuera el hotel El Rodat, donde consiguió su estrella Michelin. Ahora, reconvertido en Ritual de Terra, es un hotel que rezuma Mediterráneo por los cuatro costados.

Tras marcharse a Odiseo en Murcia y también allí conseguir el reconocimiento de la guía roja, volvía a casa y lo hacía muy contento. Aquella primera incursión fue en Jávea y, hace apenas unos meses, la cadena abría una segunda propiedad en Moraira, un paraíso rodeado de pinos y apenas unos cinco minutos andando hasta la playa. 

Son 52 habitaciones, de estilo a medio camino entre el Mediterráneo y Oriente, que se ubican alrededor de su piscina central. A ellas se suma un enorme spa de más de 1000 m2 y una propuesta gastronómica firmada por el chef. "Aquí tenemos Madre, de cocina mediterránea, para el que tenemos huerto propio y un japonés muy interesante", nos contaba. 

Madre es una réplica de su restaurante en Jávea, con cocina de territorio, en el que pone en el plato toda su trayectoria y sobre todo, deja muy claro de dónde viene. Lo hace con platos como los buñuelos de bacalao con alioli, la ensaladilla de sepia con alcachofa frita o un buenísimo babaganoush de zanahoria con queso feta y pico de gallo. 

Trabaja también los pescados de lonja, carnes y arroces con referencias como el de magro ibérico y verduras de la huerta o un meloso de alcachofa y calamar, además de una genialidad creada por el chef y es un arroz que se come con la mano. Con un arroz a banda hace un rollito, que corona con gamba y un punto de alioli y se come a modo de snack. 

El otro restaurante, Maguro Gishiki Sushi Bar, "un viaje que comienza en el Mediterráneo y termina en Japón". Aquí destacan sus nigiris, con fantásticas propuestas como el de gamba roja de Dénia que se acompaña de su cabeza a la brasa, el nigiri de quisquillas y sus patas fritas, el de secreto de vaca con tuétano y caviar o un nigiri de salmón con anticucho japonés, entre muchos otros.

Próximamente, abrirá Nazario Cano Fine Dining, su restaurante gastronómico, en el que prestará especial atención a la cocina de caza, de la que se confiesa amante. Este restaurante se unirá pronto a esta ya de por sí, atractiva oferta. Permaneceremos muy atentos.