Con un nombre que no surge por casualidad y fruto de la extensión de un proyecto (de restaurante y catering) ya consolidado en Granada, Alameda Madrid ha llegado a la capital acomodándose en la prestigiosa calle Jorge Juan.
José Ángel Castro y Evangelía Chalatsakos han conseguido en los escasos dos meses de vida de Alameda en la gran ciudad enamorar a los paladares más exigentes del Barrio de Salamanca y calmar los corazones (y estómagos) rotos de los que lloraron el cierre del mítico Alkalde, el restaurante vasco que se ubicó en el mismo local durante muchos años.
La reforma del espacio ha quedado espectacular. El interiorismo está firmado por Materia Singular, estudio dirigido por los mismos propietarios del restaurante. Aquí nos cautivan con una elegancia minimalista que se compone de materiales nobles como la madera, colores sobrios, unas lámparas de ensueño en las que los colibríes revolotean, troncos de álamo que nos transportan hasta el comienzo de esta aventura (José Ángel y Evangelía tuvieron su primera oficina dentro de una alameda, un paisaje muy común en la Vega de su Granada natal), y diferentes rincones decorados con exquisitez y dulzura. En la entrada, una bonita barra invita a entrar y a comenzar con un rico aperitivo.
Ficha y detalles del restaurante Alameda
- Alameda cuenta con una amplísima carta con apartados originales y dedicados a un producto en particular, como el Aguacate Show. Entrantes fríos y calientes, clásicos y más sofisticados, una “Oda al crudo”, carnes y pescados, las mejores verduras y hortalizas y una propuesta de bodega con más de 300 referencias de todo el mundo.
- Lo mejor: Su rodaballo con sopa de coco y curry y el steak tartar de carne de buey de León.
- Dirección: Jorge Juan, 10. 28001 Madrid
- Horario: 12:30h a 23:30h.
- Reservas: En el teléfono (+34) 91 265 77 24
- Precio: 60 euros.
- Nota: 4.5/5
Tiene todo lo que hay que tener para triunfar. Una ubicación privilegiada en Madrid, un local completamente reformado que enamora a primera vista, una carta infinitamente amplia y variada, capaz de satisfacer todos los gustos, y un horario que permite visitarlo desde el desayuno hasta la última copa después de la cena. Alameda ha llegado pisando muy fuerte y es de agradecer. Compite en la que quizá sea la calle gastronómica con más glamour de la capital, y aquí uno no puede andarse con chiquitas.
Pero se han arriesgado y lo han hecho muy bien. Propuestas variadas que salen de una cocina elaborada que cuida al máximo su materia prima y que innova en cada bocado para darle a los sabores de siempre un toque moderno y más original. Pero no faltan, para comenzar, las clásicas croquetas de bacalao del antiguo Alkalde, un homenaje que desde Alameda han querido darle tanto al restaurante vasco como a su fiel clientela. La ensaladilla de centollo, las anchoas en pan de cristal o las ostras guillerdau al gin tonic y cítricos son algunas de las deliciosas opciones que presentan para comenzar la experiencia.
En la “sección verde”, la quinoa, las verduras y hortalizas de temporada o las legumbres se aderezan con potentes aliños para sacar lo mejor de cada producto, tanto en ensaladas como en menestras u otras elaboraciones. Para los amantes del aguacate, imprescindible probar alguno de los platos dedicados a este untuoso fruto, como el canelón con cangrejo real y mango.
Como principales, las carnes y los pescados del día son los claros protagonistas. Las primeras vienen directas de los mejores proveedores de España como León, de donde traen una de las mejores carnes de buey para degustarse cruda en steak tartar, a la brasa con un ligero toque ahumado, o en elaboraciones más contundentes como las albóndigas.
En el apartado de los pescados cuenta con el producto diario del mercado, por lo que se pueden degustar grandes opciones fuera de carta, y otras fijas como un sabroso y original rodaballo con sopa de coco y curry, el mero con puré y chips de berenjena, o el “mar y corral”, un carpaccio de langostinos con picantón en diferentes texturas, cocinado a baja temperatura, acompañado de polvo de aceituna negra, maíz, pimientos confitados y endivias.
Postres originales y bonitos rematan la visita en Alameda como auténticas obras de arte dulces, como su esfera de chocolate o el milhojas relleno de crema. También son el final perfecto para el menú degustación (80 euros) de Alameda, con opción a maridaje a petición del comensal.
La bodega del restaurante Alameda
Pero si sois de los que prefieren optar por el mismo vino durante toda la visita no hay problema. Más de 300 referencias de vinos de todo el mundo, espumosos y otros licores se guardan en una magnífica bodega regentada por el sumiller Quique Rivas. Él mismo os aconsejará la mejor opción para vuestra comanda y os aseguro que acertará de lleno, pero echadle un vistazo a su carta-libro de vinos, ¡es todo un espectáculo!
Desde el desayuno hasta la cena, pasando por el aperitivo, un cóctel en su barra, celebrar un día especial en alguno de sus preciosos reservados o relajarse a mediodía con la gastronomía más exquisita después de un ratito de compras por el Barrio de Salamanca son las opciones que Alameda propone, además de una romántica cena bajo sus preciosas lámparas. No fallaréis.