¿Quién dice que Madrid no tiene mar? Pues es verdad, ¡y ya nos gustaría! Pero lo mejor de esas aguas saladas sí podemos encontrarlo con la renovación de todo un referente cuando hablamos de producto marino: La Lonja del Mar.
Situado en el lugar de siempre, en la tan emblemática Plaza de Oriente, La Lonja (como se le conoce entre sus clientes más fieles) acaba de presentar ese “lavado de cara” que necesitaba, manteniendo la misma esencia pero dando cabida a dos espacios gastronómicos: su distinguido restaurante con vistas al Palacio Real, y una castiza taberna (ubicada en la misma plaza) en la que los arroces se presentan como especialidad de la casa.
Ahora sólo queda acercarse al local que más encaje con nuestra idea de visita y disfrutar del sabor del mar en todas sus versiones. ¿Me acompañáis?
Ficha y detalles del restaurante La Lonja del Mar
- La Lonja del Mar se renueva, por dentro y por fuera, para ofrecer nuevos platos con productos de primer nivel que se elaboran cada día con pasión y respeto. De esta forma presentan propuestas frescas, sabrosas y auténticas, con las que disfrutar al máximo de los mejores pescados y mariscos del mar, así como de carnes de altísima calidad.
- Lo mejor: los pescados y mariscos del día, por supuesto. Y en la taberna, los arroces.
- Dirección: Plaza de Oriente, 6. 28013 Madrid
- Horario: 12:00h a 00:00h. Viernes y sábados hasta la 01:30h.
- Reservas: En el teléfono 91 541 33 33
- Precio: 60 euros. Menú degustación: 55 euros.
- Nota: 4/5
Pasión por el mar en La Lonja del Mar
Cada madrugada, y como bien cuentan ellos mismos, el equipo de La Lonja elige lo mejor de mares y océanos para, con mimo y cuidado, servirlo en cada una de sus mesas pretendiendo únicamente el disfrute del comensal. Humildad, esfuerzo y dedicación son las palabras clave del concepto renovado que, sin perder su esencia, le ha otorgado unos aires nuevos que tan bien le han sentado.
Los mariscos inauguran su carta. Ostras, gambas blancas (de Huelva o Palamós) y rojas (de Denia o Santa Pola), carabineros, almejas finas de Galicia, cigalas asturianas y andaluzas, bogavante gallego, erizos de mar, berberechos… El sabor único del mar se presenta en cada una de estas propuestas que se suman a las del día y que se convierten en el mejor comienzo para disfrutar en la mesa.
Le siguen los entrantes, entre los que tenemos variedad en producto y elaboraciones. Desde las sabrosas anchoas del Cantábrico hasta unas verduras ecológicas a la brasa, pasando por el jamón ibérico de bellota con regañás y tomate rallado, un arroz cremoso con mantequilla de albahaca y carabinero, o el pulpo a la brasa con salsa romesco y patata asada.
El esturión siberiano, la merluza de anzuelo, el rape negro, el atún rojo y el chipirón de anzuelo en su tinta son únicamente las propuestas fijas de la carta. Pero no hay que olvidar preguntar por las del día, siempre disponibles, elaboradas con lo mejor del momento. No se me ocurre mejor lugar para darse un homenaje en esos días que uno echa tremendamente de menos el mar. En La Lonja nos acercamos, de la manera más exquisita, a través de los sabores, los aromas y las presentaciones.
Aquí, como podéis ver, la especialidad son los pescados y mariscos del día, a los que se les otorga un punto de modernidad, siempre recordando los sabores de siempre y respetando el producto hasta el extremo. Sin embargo, no faltan las carnes, de la mejor calidad, con las que también se quiere dar gusto a los más carnívoros, con propuestas como el solomillo de ternera con salsa de pimienta sichuán, las chuletillas de lechal a la brasa, o el chuletón de 1 kg de vaca vieja, con 16 meses de curación.
Con nombres tradicionales pero toques más vanguardistas encontramos la sección de postres. El flan de queso Idiazábal lo sirven con tallarines de membrillo y helado de vainilla de Tahití; la torrija va infusionada en vainilla con salsa de cereza y helado de amarena; la piña, como postre más ligero y saludable, se presenta al caramelo, con jengibre y helado de leche de coco; y el irresistible homenaje al chocolate, perfecto para los que no piensan en nada más a la hora de pedir el postre.
Una barra y una terraza exclusivas en La Lonja del Mar
Con una carta propia y un aire más informal y relajado, la barra de La Lonja da la bienvenida al restaurante. Raciones para compartir, tapas y, como no, también las especialidades de pescados y mariscos del día, permiten disfrutar del mejor producto a un precio más ajustado. El mejillón de roca, las zamburiñas, el atún rojo (en tataki, sashimi, poké o tartar), un pulpo a la brasa con puré de monalisa o el risotto “la barra” de langostino y berberechos esperan al otro lado de la tradicional madera. Se suman a la oferta los quesos y los ibéricos, así como los molletes de salmón ahumado casero y de solomillo de ternera, una forma más distendida y relajada de saborear estos exclusivos productos.
Más de 200 referencias de vinos y espumosos completan la propuesta de La Lonja. A éstas se le suman las cervezas de autor o un vermú casero que es el orgullo de la casa. Disfrutar de todo esto en la terraza (disponible durante todo el año) con unas vistas “reales” e históricas tan imponentes como las que otorga el Palacio Real es un lujo al alcance de todos.
Y una taberna castiza
Pegado al restaurante se encuentra La Taberna de La Lonja. Con una decoración tan encantadora como acogedora, este rincón marinero está especializado en arroces y tapas, siempre en un ambiente desenfadado y divertido, en el que brindar rodeado de amigos y disfrutar de buenos momentos. En su barra se sirven cañas y aperitivos al más puro estilo madrileño, por lo que se convierte en una parada obligatoria -y para repetir muy a menudo- si vais a recorrer el tan especial Madrid de los Austrias.