Hace ya algún tiempo que Dénia tiene uno de sus mejores restaurantes de producto en pleno puerto, se llama Peix i Brases y se nos antoja como uno de los descubrimientos de este verano. De la mano del empresario Tomás Arribas y el chef José Manuel López, Peix i Brases ha conseguido brillar con luz propia, lo que le ha valido reconocimientos varios y las alabanzas de la crítica especializada.
Ficha y datos de Peix i Brases
- Peix i Brases es un referente en cuanto al producto se refiere en la zona de la Marina Alta, ubicado en el puerto de Dénia. El dúo formado por Tomás Arribas y el chef José Manuel López hace las delicias de sus comensales, con una propuesta sencilla y resultona en la que mandan los productos del mar.
- Lo mejor: las empanadillas de gamba amb bleda, el gazpachuelo de frutos rojos y gambeta de Dénia y el brou de trufa, yema y menudillos de ternera.
- Dirección: Plaza de Benidorm s/n. Dénia.
- Horario: Ma a Do de 13:00 a 16:00 horas y de 20:00 a 0:00 horas.
- Reservas: Aceptan reservas a través del 965 78 50 83.
- Precio: 50-60 euros por persona.
- Nota: 4/5
Ubicado en un enclave privilegiado, justo frente al puerto de Dénia, Peix i Brases se ha hecho un nombre en el panorama gastronómico de la zona. Ocupa todo un edificio que comparte con otra propuesta de los mismos dueños, ‘Mediterrasian’, un concepto totalmente diferente y más informal, que ofrece una fusión entre productos mediterráneos y asiáticos. Para no equivocarse, conviene adentrarse directamente en la zona destinada a Peix i Brases. El restaurante se compone de un oyster bar en la planta baja, donde ofrecen la posibilidad de degustar ostras acompañadas de champagne, el primero piso donde se ubica el comedor del restaurante y nuestra parte preferida, una terraza con vistas al mar que abre hasta octubre, quizás el mejor lugar para degustar esta propuesta marinera.
Peix i Brases, con el producto por bandera
Conviene recordar que José Manuel López ejerció como jefe de cocina en el restaurante de Quique Dacosta y que su impronta se ve en algunas preparaciones, aunque aquí han cambiado las tornas y se ha dedicado a los mejores ensamblajes entre productos sobresalientes de la zona. La propuesta de Peix i Brases se puede degustar a modo de menú degustación o eligiendo a la carta.
Disponen de tres menús diferentes: ‘Nuevas tradiciones’ con cinco platos y un postre por 45 euros, ‘Proximidad y naturaleza’ con ocho platos y dos postres por 66 euros y ‘Proximidad y naturaleza superior’ con once preparaciones saladas y dos postres por 89 euros. En todos ellos se presentan los platos más icónicos de esta casa como son la ostra gintonic, un tartar de ostra valenciana con aroma de ginebra y tónica, el pulpo seco a la brasa, tan tradicional en la zona y aliñado con AOVE, gamba roja de Dénia hervida en agua de mar o la ventresca de atún rojo del Mediterráneo con lacado de miel de caña acidulada.
Como fuimos a cenar y era nuestra primera vez en el restaurante, decidimos escoger unos platos de la carta para compartir, ya que veníamos de un verano gastronómico intenso. La carta se compone de un apartado de mariscos, unos hervidos y su mayoría cocinados a las brasas de diferentes maderas como son la excelsa gamba roja de Dénia, cigalas de Las Rotas, bogavante del Cantábrico o la langosta rosa del Mediterráneo. La cosa continúa con una serie de salazones y chacinas marinos, entradas frías y calientes y un apartado de pescados ‘de nuestros mares’, guisos marineros y carnes a las ascuas, entre las que destacan la minifalda de Wagyu y el entrecote de buey Mertolengo.
La cena, para todos, arranca de la misma forma, con una secuencia muy lograda de aperitivos de la casa: dos quisquillas al punto de sal, almendras con hueva de mújol y empanadillas con gamba amb bleda, un guiso típico de la comarca que se hace a base de acelgas y gambitas. Se agradece que esta parte se ofrezca y se cobre por 2,75 euros en la cuenta.
A continuación pedimos un gazpachuelo untuoso de fresitas de Canals y frutos rojos con encurtidos y gambeta roja de Dénia. El resultado fue un ensamblaje perfecto entre el tomate y los frutos rojos, que entraba fresco en boca y se agradecía en una noche calurosa de verano. La gambeta se presenta prácticamente cruda y hace que cada bocado sea memorable. Después llegarían a la mesa los sepionets, esta vez preparados a la llama con olleta de cereales. Se presentaban sobre una cama de diferentes cereales con pequeños trozos de panceta y ajos tiernos, mientras que el sepionet mantiene un sabor a brasa que no enmascara para nada su esencia.
Quisimos probar también uno de sus platos más aclamados, que va variando en función de la temporada del año. Se trataba de un ‘brou’ o yema curada de huevo de corral con setas y menudillos de ternera. El plato se presenta con tendones de ternera y mollejas sobre los que rallaban trufa de verano por encima. Conviene mezclarlo todo y tener pan para rematar una salsa potente pero deliciosa.
Terminamos la cena con un pescado de roca de la zona y procedente de la lonja de Dénia, el Dénton. Se trata de un pescado blanco, fresco y mucho más sabroso que la dorada o la lubina, que se prepara a la brasa y se acompañaba de verdura al dente. Me sorprendió encontrar el garrofón y la ‘bajoqueta’ -judía- que se suelen utilizar en la paella como acompañamiento. En esta ocasión no pedimos postre, pero cuentan con ocho propuestas diferentes entre las que se encuentra su afamada torrija con granizado de manzana verde, apio y anís en perlas o las láminas de boniato con haba tonka y migas de rosetón.
Sin duda volveremos más adelante a probar uno de sus menús degustación.