Ensaladilla rusa con bonito elaborado en la casa, El Zorzal

Ensaladilla rusa con bonito elaborado en la casa, El Zorzal

Restaurantes

El Zorzal, la nueva taberna con la que nos ha conquistado Iván Sáez

Iván Sáez llega al centro con El Zorzal, el ‘hermano pequeño’ de Desencaja donde propone recetas de toda la vida de las que gustan a todos los comensales.

29 septiembre, 2018 12:17

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Actualización junio 2019: Aunque el restaurante sigue abierto, el chef Iván Sáez ya no forma parte del proyecto.

Taberna, bistró, cantina, mesón, restaurante… da igual el nombre que le pongamos, El Zorzal abre sus puertas en el Madrid de los Austrias como el nuevo proyecto del reconocido chef Iván Sáez y ofreciendo lo mejor de cada uno de estos espacios.

Y sí, es también un guiño al restaurante que le trajo de nuevo a la capital y que enamoró a muchos paladares durante años, el extinguido Zorzal. Ahora Iván llega al centro con el ‘hermano pequeño’ de Desencaja y recetas de toda la vida que gustan a todos los comensales. Junto a él, como desde hace casi 15 años, está Ernesto Muñoz, su mano derecha entre fogones y ahora también socio.

Ficha y detalles del restaurante El Zorzal

  • Lo mejor: los buñuelos de bacalao en tempura y los chipirones en su tinta.
  • Dirección: Santa Clara, 10. 28013 Madrid
  • Horario: 13:30h a 15:30h y 20:30h a 23:00h. Cerrado domingos todo el día y lunes noche.
  • Reservas: En el teléfono 91 201 73 91
  • Precio medio: 35 euros. Menú degustación 32 euros. Menú del día 15 euros.
  • Nota: 4/5

Cocina tradicional con toque personal

Partiendo de la base de una cocina de toda la vida, con sabores tradicionales y elaboraciones reconocibles para todos los comensales, Iván Sáez y Ernesto Muñoz juegan a cuatro manos para ofrecer en El Zorzal una carta apetecible con recetas de siempre que han experimentado una evolución muy personal.

Entrantes clásicos y con sorpresas

Buñuelos en tempura de bacalao, El Zorzal

Buñuelos en tempura de bacalao, El Zorzal

De esta manera, no se puede comenzar sin probar sus delicados buñuelos de bacalao en tempura, las croquetas artesanales de jamón o la ensaladilla rusa con bonito elaborado en casa -una de las mejores de Madrid-.

Tomatito de mata relleno de sepia bañado con Idiazábal, El Zorzal

Tomatito de mata relleno de sepia bañado con Idiazábal, El Zorzal

Entrantes tan clásicos como apetecibles que se suman a la coca de sardinas con tapenade, pimientos y tomate; un huevo frito de corral -con su puntilla- con espuma de patata y trufa; las flores de alcachofa en temporada, con brandada, esponja de ajo y perejil; una sabrosa menestra de verduras con crema ligera de jamón; o el tomatito de mata relleno de sepia y crema de Idiazábal -en la foto superior-. Y, hasta que el buen tiempo nos abandone, cuentan con un salmorejo cordobés con salpicón de bogavante para quitar el sentido.

Los mejores productos de temporada

Arroz meloso de carabinero, El Zorzal

Arroz meloso de carabinero, El Zorzal

El arroz meloso de carabinero -en foto superior- es otro imprescindible que si probáis entenderéis por qué se ha convertido en uno de los platos más solicitados por los comensales. Con un potente sabor al mejor producto del mar, combina la cremosidad de este tipo de arroces con el punto perfecto de cocción, dando como resultado un equilibrio de sabor, aroma y texturas difícil de superar.

También del mar, proponen unos “tradicionales” chipirones en su tinta; un pulpo a la brasa con cremoso de hinojo y kétchup de pimientos; o el pescado del día según mandan las mareas, propuestas fuera de carta que el equipo de sala no dudará en explicarnos y recomendarnos según nuestros gustos.

Pollo de corral en salsa pepitoria, El Zorzal

Pollo de corral en salsa pepitoria, El Zorzal

En su sección de carnes encontramos variedad y buen hacer. Desde un steak tartar al gusto hasta unos auténticos callos a la madrileña. Como guisos presentan un excelente rabo de toro deshuesado y glaseado, con chirivía y verduras; y un pollo de corral en salsa pepitoria –foto superior- que son un buen homenaje a la gastronomía de Madrid. Completa la propuesta más carnívora el pichón de Bresse asado y reposado, con ensalada líquida y foie.

Tanto en algunos entrantes como en principales, hay posibilidades de pedir medias raciones, una propuesta que siempre es muy gratificante puesto que nos permite poder probar más propuestas y llevarnos una idea más completa de la cocina que Iván y Ernesto nos proponen en El Zorzal. Acordaos de este punto a la hora de pedir y dejaos llevar por las ganas que os entrarán de pedirlo (casi) todo.

Recuerda dejar sitio para el postre

Torrija brioche empapada en nata y huevo caramelizado con helado de galleta, El Zorzal

Torrija brioche empapada en nata y huevo caramelizado con helado de galleta, El Zorzal

Si queda sitio para el postre, que en El Zorzal debe quedar, podréis decantaros por una sutil tarta de manzana hecha en casa con helado de café; su panna cotta de vainilla con frutos del bosque; el coulant con toffee y crema helada de Baileys, perfecta para los más golosos de la sala; la piña asada maridada en su jugo con coco; o la clásica y ya famosa torrija brioche, empapada en nata y huevo, caramelizada y acompañada de helado de galleta.

Y así, a cuatro manos, Iván y Enrique proponen una carta tan apetecible como sorprendente, con recetas de siempre que nos traen recuerdos de la infancia a la vez que nos abren un nuevo mundo de sabores, aromas y texturas. La experiencia se completa con una bodega muy cuidada, con referencias que van desde los vinos de Jerez más reconocidos hasta grandes espumosos, blancos, tintos y rosados.

Predominan los vinos españoles, pero no faltan algunas pistas como las francesas, alemanas, austríacas, italianas o portuguesas. Por copas, la selección también es generosa, por lo que tenemos la posibilidad de realizar un maridaje completo y muy interesante.

El Zorzal, un espacio único y acogedor

General sala, El Zorzal

General sala, El Zorzal

Más allá de lo estrictamente culinario, El Zorzal presenta una decoración en la que se  ha cuidado todo detalle. Diferente, acogedora, informal… y 100% personalizada. Empezando por la espectacular cabeza dorada de zorzal que preside el salón principal y siguiendo por las paredes, unas con dibujos que recrean una taberna medieval, otras de ladrillo visto o incluso de taburetes de mimbre.

Mantienen también unos curiosos azulejos con 130 años de historia del antiguo local. Pero quizás lo más llamativo sean sus lámparas: grandes platos invertidos de los que penden las luces. Todo esto en dos pequeños pero muy acogedores salones y una barra en la que se puede tomar un vino con su correspondiente aperitivo en un ambiente distendido y muy familiar.