Tenemos otra novedad en la ciudad. Se llaman Sinsombrero y ocupa lo que antes fuera el enorme local de la Nicoletta de Castellana. ¿Sus señas de identidad? Gastronomía de mercado con sello de autor, coctelería y un local inspirado en los años 20.
Fichas y detalles de Sinsombrero
- Lo mejor: las croquetas de jamón, la lasaña de ajoarriero de marisco, las carnes y la tarta de queso.
- Dirección: Paseo de la Castellana, 4. Madrid
- Horario: De Do a Ju de 13:00 a 16:00 y de 20:00 a 23:30. Vi y Sa de 13:00 a 16:00 y de 20:00 a 0:30 .
- Reservas: A través del 915 77 52 39
- Precio: 40 euros por persona.
- Nota: 4/5
Sinsombrero es un nuevo restaurante de cocina de mercado en Madrid. Su impresionante interiorismo se inspira en los años 20. Para el proyecto han contado con Javier Goya (Triciclo) como asesor gastronómico y a Pedro Gallego (ex Las chicas, los chicos y los maniquís) como jefe de cocina.
Dicen que la expresión quitarse el sombrero viene de lejos, de aquellas veces en las que descubrirse la melena bajo el sombrero, era un acto de reverencia. Y el nombre no le podía venir más al pelo. En Sinsombrero se las han ingeniado para dar lugar a un restaurante divertido y hermoso, pero sin descuidar lo que más importan cuando salimos a comer, la gastronomía.
¿Y cómo lo han conseguido? Haciéndose valer de un nombre que es sinónimo de garantía, Javier Goya. Una de las tres patas de Triciclo, asesora la propuesta gastronómica de Sinsombrero. Ha creado una carta con un poco de todo, pero dejando siempre la impronta de la cocina que les caracteriza, en la que buscan sorprender con la sencillez. Para ejecutar la propuesta, cuentan con Pedro Gallego, que fue responsable también de la cocina de Las chicas, los chicos y los maniquís, el restaurante que abrió el Grup Iglesias barcelonés en la capital.
La carta de Sinsombrero
Sencillez, temporada y mercado. Son las tres bases de la primera carta que han ideado para Sinsombrero. Y decimos la primera porque esta primera opción, promete ir mudando de piel a la vez que vayan cambiando las estaciones. Para ello se han servido de los mejores productores, para garantizar que la materia prima siempre sea la idónea.
En carnes han elegido Discarlux y cuentan también con una cámara de maduración el restaurante, para el atún a Balfegó, para los ibéricos a Juan Pedro Domecq…
Y en la cocina, totalmente equipada, cuentan con parrillas para la carne y horno Josper. Trabajan también los fuera de carta, así que preguntad por ellos, que ahora con el otoño, la tierra nos brinda grandes productos como la setas, que el otro día preparaban en un guiso de pollo, níscalos y carabinero.
La carta se divide en una selección de entrantes clásicos, entre los que se pueden degustar unas muy buenas croquetas cremosas de jamón ibérico, rabas con mayonesa de lima, bravas picantitas con alioli, tablas de embutidos o un curioso tartar de ibérico de bellota con hongos, yema de huevo, hierbas de monte y tostas.
Un buen comienzo en Sinsombrero
En el apartado de ‘Un buen comienzo‘, están algunos de los mejores platos que encontrarás en el restaurante. Nos sorprendió un curioso ceviche mediterráneo, es decir, utilizan pescado blanco y para el aliño, en vez de la clásica leche de tigre, se sirven de un jugo de aceituna Gordal, tomates secos y albahaca, lo que hace que su sabor sea potente y divertido, a la par que diferente a lo que estamos acostumbrados.
Destaca también en este apartado la coca pizza con una base de pesto rojo, con un sabor profundo sobre la que disponen picanha de vaca rubia, burrata al Josper y rúcula. Todo un acierto. El plato más interesante para arrancar, fue la lasaña de ajoarriero de marisco. La presentan como una lasaña abierta tipo las de Sacha, con pasta wonton que cubre un relleno de ajoarriero de marisco, bacalao cremoso, especias, hierbas y un caldo de curry que ensambla todos los sabores.
Guisos para quitarse el sombrero
La carta continúa con ‘Guisos para quitarse el sombrero‘ que por ser de noche no probamos, pero que engloba platos como unos callos con pata y morro a la madrileña y otro plato que probaremos en la próxima visita, la albóndiga de buey con láminas de sepia fresca por encima y su tinta, acompañada de puré de patatas.
Para los pescados trabajan con merluza de pincho con salsa verde, lomo de bonito con vainas o un taco de bacalao con jugo gelatinoso de jamón ibérico.
Pero al ver la cámara de maduración y la buena pinta de las piezas que allí se exponían, nos fuimos a probar algo de sus carnes. Trabajan la vaca rubia gallega que preparan sobre todo a modo de chuletón, lomo, solomillo o Tomahawk, éste último pensado para 3 o 4 personas.
El resultado son buenas carnes y cocinadas en su punto óptimo (siempre puedes pedir que te la pasen más si así lo deseas) con acompañamientos como los siempre apetecibles pimientos de piquillo, patatas, ensalada o verduritas.
El final dulce
No hay buena comida que no termine con un postre a la altura y entre todos los que vimos, quisimos probar la tarta de queso cremosa que acompañan con un helado de frutos del bosque. También cuentan con otra selección de dulces entre los que elegir, como la tarta fina de manzana, pan con chocolate, aceite y sal, una torrija brioche con helado de almendra o un postre muy Triciclo, el mascarpone con tomates en almíbar, frutos rojos y sopa fría de albahaca.
Los espacios de Sinsombrero
Nada menos que más de 1000 m² han sido los elegidos para materializar este local. Lo que fue la Nicoletta, ahora se ha convertido en un gran restaurante con capacidad para 250 comensales. De momento, han empezado solo con una parte del restaurante, el salón principal y la zona de barra para ir rodando. Pero pronto prevén aumentar su capacidad hasta el máximo y ubicar a los clientes también en el segundo salón, que cuenta con una zona de cocina para showcooking a la vista del comensal. La impresionante barra semicircular promete convertirse en uno de los lugares preferidos para el afterwork, ya que cuentan con una carta de cócteles, tanto clásicos, como de autor.
El interiorismo ha sido obra del estudio Cousi, uno de los elegidos por grandes restaurantes como el Ten con Ten o Ultramarinos Quintín. Para Sinsombrero, se han inspirado en los años 20 con materiales nombres, dorados, luces y una pared de sombreros que recibe al comensal. Otro punto a tener en cuenta es que ¡tienen chimenea! Ideal para los días más fríos que nos esperan.