- Lo mejor: Noodles thai con txangurro
- Dirección: Juan Bravo, 23, 28006, Madrid , España
- Teléfono: 910 518 450
- Url: https://restaurantepolvora.com/
- Horario: Lu-Do 12:00-02:00
- Precio: 35 €
- Tipo de cocina: Fusión
- Nota: 4,5/5
Pólvora, un restaurante que sorprende, emociona y que seguro que dará que hablar. Te lo contamos.
Os lo hemos recalcado en repetidas ocasiones y es que qué difícil es sorprender a un comensal a estas alturas. La verdad es que no pedimos tanto, una propuesta atractiva, buena cocina, vinos interesantes y que el lugar acompañe. Y parece que tips tan pequeños, a veces ni siquiera se llegan a cumplir. Ese no es el caso de Pólvora, una nueva apertura que nos ha gustado, y mucho.
Pero, ¿qué ofrece Pólvora diferente a los demás? Como ellos mismos afirman, el restaurante aporta una gastronomía sin etiquetas, ni complejos, donde lo más importante es el sabor de los platos, además de un espacio delicado, diferente y con clase.Y lo tiene todo para triunfar, pero lo que tienen claro es que “no queremos morir de éxito. Aquí se trata de afianzar al cliente a través de una propuesta propia, de formar a un equipo y de que al fin y al cabo, se coma bien”, nos cuentan.
Pólvora, gastronomía sin etiquetas
Y como lo más importante siempre es la experiencia alrededor de la mesa, por ello es por lo que empezaremos. La sala, qué importante es el trabajo de sala cuando merece la pena ser recalcado. En este caso, el manejo de que todo fluya en el restaurante pertenece a Diego Rojo, un profesional que ha pasado por varios restaurantes de la capital -Lakasa o el Pelícano- y trabajado en Londres durante casi dos décadas.
Lo mejor de Rojo es que sabe cómo llevar a un comensal, tiene esa psicología que entiende qué quiere cada uno. “Aquí he encontrado la horma de mi zapato. Buscaba un sitio donde se entendiese de esta forma la gastronomía. Lo que más nos gusta es que la gente se deje dar de comer e intentamos que prueben varias cosas”, apunta.
Y la comida, por supuesto, también es diferente. La propuesta corre a cargo de Gonzalo Sainz, que ha pasado por los fogones de diferentes restaurantes y que su último oficio fue junto a Diego Guerrero en Dstage. “Dentro de que es una propuesta que está adaptada a todos los públicos, sí que es algo diferente. En Pólvora no están los típicos platos de muchos restaurantes y nuestro discurso es que no tenemos discurso, así podemos movernos libres creando sin etiquetas”, afirma Gonzalo.
La carta de Pólvora es clara y concisa. Demos gracias por empezar a olvidar esas cartas infinitas en el que uno no sabe ni qué pedir. Mejor pocas cosas y bien hechas. “Viví en China un tiempo y allí fue donde sentí verdadera animadversión por las cartas enormes”, sentencia Gonzalo Sainz. Por ello en su carta solo hay entrantes, principales y postres.
Entre los entrantes no conviene perderse sus croquetas de guiso de manitas, que se presentan coronadas con una cola de cigala, en un perfecto ensamblaje de un mar y montaña, su saam de atún picante, un magret de pato Pekín con salsa de cacahuete y platos como su brioche de sopa de cebolla y anguila.
Entre los principales los noodles con txangurro thai son un verdadero hit. Vienen servidos dentro de la concha del centollo y se acompañan de la carne del txangurro. Los probamos para compartir, pero os aseguramos que es para pedirlos para ti solo. También muy bien conseguido el arroz mar y montaña que presentan sobre las placas de arroces al cuadrado de Kiko Moya, con un arroz de sepia con un buen fondo, acompañado de una molleja de ternera glaseada con salsa de ostra. Otros platos para poder probar son su lasaña de gambas y hongos o una picaña de vaca madurada, entre otros.
En cuanto a los postres, solo disponen de cuatro, una vez más yendo directos al grano. Una torrija/croissant, alfajor, crumble de manzana a la brasa y la estrella de la casa, la tarta de queso. Tarta de queso sí, pero diferente. ¿Su punto diferenciador? Que la hacen al momento, así han conseguido desmarcarse del resto.
Se hace a base de quesos de la Mancha -que no manchegos- que ahuman ellos mismos. El resultado es que nos traen a la mesa la tarta con su molde y que conserva toda su potencia de sabor a queso con el punto dulce que aporta la base de galleta, sin mermeladas ni más añadidos. Y qué queréis que os diga, que se va directa al podio de las mejores de Madrid, es delicada, sabrosa y adictiva.
La importancia en Pólvora del interiorismo y los intangibles
Otro punto a su favor, del que nos damos cuenta nada más entrar, es cómo han conseguido crear una atmósfera propia. Es decir, no es un restaurante más. A través de la decoración y la música te vas metiendo en el papel de disfrutar y saber que ese tipo de local y esos sonidos, solo pueden ser de Pólvora. Quizás os sonará a romanticismo, pero después de ir a cientos de locales que parecen clones, encontrar algo así te sorprende.
El interiorismo ha corrido a cargo del estudio Sayans Bengoa, formado por los jóvenes arquitectos Lucía Sayans y Juan Silvestre Bengoa, que se dedican al mercado privado, pero que con Pólvora han presentado su forma de trabajar al público. El estilo del restaurante es ecléctico. En un mismo espacio, íntimo y cuidado, puedes imaginarte en una comida con tus padres y abuelos o en una cena entre tus mejores amigos. Encontrarás un punto casi teatral a través de telas, terciopelo, lámparas vintage que han escogido con mimo, pero a la vez paredes desnudas y desgastadas, en un perfecto contraste de estilos que casan a la perfección.
Precisamente el chef, nos contaba que Diego Guerrero siempre hablaba de lo importantes que son en un restaurante los intanginbles. Nos referimos a esas sensaciones que van haciendo que una experiencia sea de ese sitio y de ninguno más. Es el hecho en Pólvora de la música, ritmos latinos y entendamos latinos por música cubana, argentina o mexicana y no el temido reggaeton, que se te meten dentro y hacen que mientras comes sientas la necesidad de contonearte al ritmo de los acordes que suenan a través de los altavoces. De hecho, al irnos de allí les pedimos su lista de Spotify y estas líneas os las escribo mientras los Panchos cantan su 'Bésame mucho'. Para escuchar en bucle