La Costa de la Luz tiene un color especial en esta época del año. Hasta el matiz de sus viñedos es diferente. Hay quien llama a esta zona. “Cadizfornia” en un símil con el estado estadounidense del sol y el relax. La primavera es disfrutona y caprichosa en los escasos kilómetros que separan los pueblo de Cádiz.
Al sur del sur existe una esquina donde el tiempo se alarga. El tramo desde la capital habanera, pasando por Jerez y tocando el océano Atlántico en Tarifa, conserva su naturaleza vigorosa y una atmósfera tranquila festiva y sin pretensiones.
Y hoy os trazamos la ruta más hedonista, gastronómicamente hablando, en una tierra que dejó de ser el sota, caballo y rey de la tortilla, el montadito y los pimientos fritos y que en esta época se viste de luces con sus ferias, y sus deportes acuáticos, y sus zonas de relax.
“Cadizfornia”
Este 2019 ha sido el renacer de la costa gaditana. Cádiz era la escogida por el The New York Times como provincia “estrella”. Ya desde los años sesenta la zona era conocida por hippies de medio mundo, pero ahora modernos, ejecutivos y urbanitas estresados acuden a Cádiz a encontrar un sosiego que en sus ciudades se les niega.
El poder de esta zona ya le ha dado el sobrenombre de “Cadizfornia”. Aparte del poso de culturas milenarias, playas salvajes, hay una gastronomía que funde la huerta, el mar y la ganadería que la hace única. Las nuevas tendencias en gastronomia toman cuerpo en cada local que abre sus puertas en la ciudad.
Comer en Cádiz
Musalima es el nuevo place to be, un restaurante que abrió sus puertas con una espectacular terraza que mira hacia el Atlántico, y tiene una clara inspiración tropical. El nombre de Musalima responde a un juego de palabras, la musa es la planta en la que crecen las bananas, y la lima, un fruto que está muy presente en el mundo de la coctelería, de la que también hacen gala en este local.
En este nuevo santuario gastronómico se sirve cocina nikkei con influencias japonesas y peruanas, aunque sin olvidarse de las carnes o de los pescados típicos de Cádiz. A tener en cuenta el Ceviche de Atún y La pluma picante.
Dentro de este mismo concepto de “gastro” mirando al mar, se ha abierto, en las instalaciones del Parador de Cádiz, el histórico establecimiento hotelero de la bahía gaditana, un símbolo de restauración transgresora: La tacita del Atlántico que ha sido reconocido ante la critica por la exquisita elaboración de los productos de la zona, donde la Tortillita de camarones sabe diferente junto a los erizos de mar, las Papas aliñadas y los peculiares “chicharrones” tendidos con pinzas son sus platos estrella.
El burbujeo de las Fiestas de Primavera, se multiplican por todos los rincones de Cádiz con actividades que van desde conciertos o festivales de música, obras de teatro en el Falla como “Hits” de Tricicle y rutas gastronómicas que marcan tendencia.
Jerez y su Feria del Caballo
Dando el salto desde la bahía gaditana, a su interior, en unos quince kilómetros nos topamos con Jerez de la Frontera, que está semana se viste de fiesta para celebrar su Feria del Caballo. Jerez es infinita y sin duda, la cuna del flamenco. Los responsables de velar por la buena salud del género, la declararon patrimonio cultural inmaterial de la humanidad por la Unesco en 2010, y han abierto sus puertas a una realidad ya consolidada y es que este arte ha trascendido las fronteras del país y sus artistas no necesitan pasaporte español. La Feria del Caballo de Jerez, de Interés Turístico Internacional, es la fiesta grande de la ciudad y una de las más importantes de toda la provincia.
En este 2019 se celebrará del 11 al 18 de mayo, de 'sábado a sábado'. Uno de lugares claves para hospedarse y justo enfrente del ferial, es el Hotel Jerez donde nada mas llegar ya estas bebiendo manzanilla y baliando por bulerías por cortesía de la casa. Ubicado frente al parque González Hontoria el visitante solo tiene que cruzar la calle para verse inmerso en una explosión, de alegría y colores y el vino como pilar fundamental de las 188 casetas en las que podrá hundir los pies en el albero del recinto ferial. La gastronomía es uno de los reclamos más importantes.
Comer bien en Jerez
El abanico de los menús es cada vez más amplio. Lo que nunca uno se hubiera imaginado, ahora lo hay en los platos, ya que los orígenes de esta fiesta está en la antigua feria de ganado. Nada más lejos que la trasgresión. Se puede encontrar desde una Musaka griega en el Restaurante Don Tapa o los platos típicos de Bocarambo con sus Huevos marineros con carabineros los Higaditos amontillados y todo sin gluten.
"Las salsas sin harina... y se espesan con puerros y cebolla”, como nos detalla con mimo, Manolo García, el dueño de este local en la entrada al casco antiguo de Jerez, en el que dice que se come: “como en casa de tu madre”.
Otra de las ultimas apuestas culinarias en la zona es el Tabanco Río Viejo en la plaza del Arenal, que acaba de abrir sus puertas y es la taberna “de las gentes de Jerez”. El Tarantelo de atún rojo en aceite de Oliva su plato estrella y nunca falta a su alrededor el buen cante. Camilo un clásico gitano francés del flamenco, pone su arte en cada mesa del tabanco. Y si a alguien aun le queda tiempo para soñar, puede acercarse al Laberinto de los duendes un espacio gastronómico recién inaugurado donde se puede tomar una Ensaladilla de magia de ajos negros o un Salmorejo de Hadas y duendes. Soñar en su interior es gratis.
Tarifaterapia
Los atardeceres en la playa son un rito muy cultivado en toda la línea costera gaditana. Ver descender el sol desde Al-Yazirat Tarif, como los musulmanes llaman a Tarifa, es casi como tocar el cielo.
En la “Ciudad del Viento”, se han puesto de moda ver estos ocasos desde las terrazas de los hoteles boutique, que se erigen en el casco antiguo con un delicioso te de canela en la mano. Tarifa se reinventa cada día que amanece. El pueblo gaditano no solo es surf, playa y viento de levante y poniente. Su proximidad con Marruecos (se encuentra a tan solo 14 km de las costas de África) ha hecho que durante siglos fuera uno de los municipios con más fusión de culturas. Estos días celebra su XVI Festival de Cine Africano y todo ello se plasma en un pintoresco Casco Antiguo que se ha revalorizado por su atractivo.
Para comer en Tarifa
Modernidad y tradiciones casan a la perfección y se dan la mano. En sus callejuelas, siempre hay tiempo para escuchar flamenco en directo y tapear en locales como Picnic, un bar restaurante informal, donde puedes disfrutar de un vino y unas tapas en la barra, cenar formalmente en la coqueta salita o sentir el pulso de Tarifa sentado en su terraza. La cocina es mediterránea, con algunos toques de otros mundos y con dos estrellas en su carta: el Atún rojo de Almadraba y la carne de Retinto, productos locales de primera calidad. Sus conductores gastronómicos Victor y Javier, dos hermanos que iban para orfebres en su tierra natal Córdoba, están encantados por la acogida que el local ha tenido en la ciudad.
Destaca por ser un bar que cuida la cocina y el producto, pero que, además, se destaca por el servicio, muy cercano y amable. “En este tiempo nos hemos hecho famosos por nuestras patatas bravas, las croquetas de rabo de toro, el Salmorejo Capresse y nuestro atún que en tataki, tartar o solomillo es espectacular. A la gente se le evapora el vino de la copa y enseguida tiene otro nuevo”, nos comenta a Cocinillas Víctor, uno de sus dueños.
Y dentro también de esta legendaria muralla, se encuentra La Sacristía el primer hotel boutique que hubo en Tarifa y también el establecimiento más conocido del Casco Antiguo. Está en una antigua casa del siglo XVII y son ya 18 años que lleva funcionando como hotel y restaurante. El año pasado lo compró una pareja que tiene hoteles y alojamientos turísticos en Europa y su modernización esta siendo un hito en Tarifa. Sus salones son exquisitos para la hora del té.
Su nueva directora Isabel Parraga explica a este medio que: “mi objetivo como directora es que los viajeros se sientan como en casa desde que se levantan a desayunar, todo con productos gastronómicos naturales, hasta que se acuestan”. Desde las terrazas de estos hoteles boutiques se puede distinguir nítidamente los montes, las ciudades ribereñas, la presencia de Marruecos, a escasos kilómetros de distancia. Su pasado sigue tan presente en Tarifa como en el resto de la vieja Al Ándalus.
Y así surgió la nueva apuesta de The Riad, un placer para los sentidos en plena medina de Tarifa. En un edificio del siglo XVII evoca a los tradicionales riads marroquíes y cuenta con el único Hamman de la ciudad. que ofrece diferentes tratamientos y masajes. Su director Serafín Sánchez nos comenta que es un lugar “donde la modernidad y la tradición se dan la mano”. Patios llenos de plantas, y fuentes, oreados con aromas exóticos que realzan su decoración
Su terraza frente a la catedral, es un oasis a la hora del desayuno. Cada mañana se sirve un variado ágape de productos de la tierra selectamente escogidos, en una azotea con vistas a la ciudad para olvidarse del tiempo. Y el plato fuerte: un Hamman dedicado al cuidado del cuerpo y del espíritu con terapias tradicionales marroquíes y otras más modernas. Un lugar para practicar la “Tarifaterapia”.