Quizás la hayas visto o quizás no, pero si eres amante de la gastronomía y todavía no lo has hecho deberías echarle un vistazo a la película El Menú (The Menu originalmente). Para los que no la conozcáis, lo único que necesitáis saber es que la cosa se pone muy chunga y lo que empieza como una comida en un restaurante de lujo acaba muy mal.
Y es que todo lo que rodea al restaurante Iris de Noruega recuerda muchísimo a The Menu: hay que coger un barco para llegar, está en medio del mar, la web no da excesiva información sobre la experiencia y todo está rodeado de muchísimo misterio.
Iris se trata de un nuevo restaurante ubicado en medio del fiordo de Hardanger en Noruega. Situado dentro de la instalación artística flotante Salmon Eye, el restaurante de alta gama Iris, literalmente flota en medio del agua. Según indica su página web, un barco eléctrico recoge a los invitados en la orilla y luego los lleva en un crucero hacia este codiciado destino de alta cocina. Todo demasiado parecido a El Menú.
El Menú en la vida real
El Menú (2022) es una película que se mueve entre el terror y la comida, una parodia satírica sobre los restaurantes de alta cocina y el comportamiento de los clientes ricos que los frecuentan. Y sabemos que se basó en la experiencia real de un restaurante.
Will Tracy, uno de los guionistas de la película, cenó una vez en Cornelius Sjømatrestaurant en Noruega, que requiere que los comensales tomen un barco para llegar al restaurante, ubicado a millas de distancia, al igual que el restaurante ficticio Hawthorn de El Menú.
En una entrevista con Seth Meyers sobre el lanzamiento de la película, este describe la experiencia de llegar a un menú degustación de cinco horas y ver cómo el barco que los llevó allí se alejaba lentamente, lo que le hizo entrar en pánico.
Resulta que Cornelius Sjømatrestaurant no es el único restaurante de este país escandinavo que requiere llegar en barco, y aunque los comensales aquí no tienen el mismo fin siniestro que se representa en la película, Iris también ofrece una experiencia similar (pero sin la parte de horror de la película, o eso esperamos).
Iris, el restaurante
A la experiencia de comer en Iris sus propios creadores lo llaman expedición. Para llegar a la estructura flotante donde éste se ubica tenemos que coger un barco eléctrico, y la expedición completa tiene una duración de seis horas, incluyendo el menú degustación que se come en el Salmon Eye flotante.
"En Iris, nuestra ubicación guía cada paso que damos, y queremos que nuestros huéspedes experimenten el fiordo, las montañas y los elementos en constante cambio de la misma manera completa en la que lo hacemos todos los días. Aquí, tenemos el gran privilegio de llevar a nuestros huéspedes hacia los ingredientes, en lugar de hacerlo al revés", explican desde el propio restaurante.
"La experiencia en Iris es, literalmente, un viaje. Comienza con un paseo en barco desde el pintoresco pueblo de Rosendal, con una parada y una deliciosa bienvenida en la casa flotante del chef Anika Madsen en la isla de Snilstveitøy. A través del embarcadero de la instalación de arte flotante Salmon Eye, la noche comienza con una experiencia subacuática multisensorial, que culmina en el comedor donde impresionantes vistas del fiordo y las cadenas montañosas crean el telón de fondo para nuestro menú degustación", indican los responsables de Iris.
Y además, según ellos mismos indican, "cuando el clima lo permite, la terraza en la azotea será el escenario para uno de los platos, cocinado a la parrilla sobre fuego abierto y disfrutado al aire libre. Al final de la velada, otro paseo en barco espera, llevando a los invitados de regreso a tierras conocidas y a una cómoda cama en Rosendal".
La chef de Iris, Anika Madsen, tiene una pasión por descubrir ingredientes del océano y un profundo compromiso con la sostenibilidad. En medio del fiordo noruego, la chef danesa tiene acceso a una enorme variedad de productos frescos del mar, "más amplia y emocionante de la que podría encontrar en cualquier otro lugar", explica la chef.
El menú en Iris se lee como una historia sobre los desafíos y amenazas para el sistema alimentario global, pero también con ideas y sugerencias para futuras innovaciones que pueden ayudarnos a acercarnos a resolverlos. El menú degustación explora productos locales y sostenibles, no se puede adaptar a vegetarianos o veganos y tiene un precio de 3.200 coronas noruegas (unos 285€) que hay que pagar por adelantado y no se puede cancelar. Aunque para disfrutar de la experiencia parece que habrá que esperar, y mucho, hasta que su listado de reservas comience a liberarse.