Se dice que Lagos es una de las ciudades más visitadas de la región del Algarve y de todo Portugal. Entre sus múltiples atractivos, tiene unos impresionantes acantilados de 20 metros de altura llamados Ponta da Piedade que dejan boquiabierto al más impasible. Frente a ellos, sobreviene un regusto a Caminante sobre el mar de nubes de Friederich; aunque sin nubes, sin nieve y sin montañas... pero no se los pierdan.
Será necesario parar a tomar algo en la zona urbana de Lagos para recuperarse de la grandeza que sobrecoge al turista que visita estas imponentes formaciones rocosas. Detenerse en el restaurante Don Sebastião, en plena Rúa 25 de Abril (una de las más concurridas de la ciudad, en el casco histórico), es una decisión sensata y necesaria.
Este local se ha mantenido abierto en el mismo lugar desde mayo de 1979 y su carta brilla con una multitud de elaboraciones del recetario tradicional portugués, destacando el pescado y el marisco frescos. De hecho, los propios camareros te muestran amablemente la pesca del día en una bandeja para que elijas la que más te atraiga.
Sus especialidades son la chuleta de cerdo con higos, el arroz de marisco, los langostinos y el pescado fresco a la plancha. A modo de entrante, nosotros elegimos las gambas pequeñas con ajo, que no son como las que comemos en España, pero estaban igualmente deliciosas.
[Estos son los restaurantes de Portugal con nuevas estrellas Michelin en 2024]
Como plato principal pedimos la lubina fresca a la plancha y el emperador y no nos defraudaron en absoluto. No puedes ir a Don Sebastião y no probar alguno de sus pescados. Esto es así. Nos quedamos con ganas de probar su bacalao, pero ya habíamos comido el día de antes y preferimos optar por otros sabores. Tendremos que volver para degustarlo.
Los postres fueron otra de las agradables sorpresas de la velada. Allí sirven los auténticos y típicos de la región del Algarve, como el 'Don Rodrigo' (a base de huevo hilado) o el 'Morgado da Serra', todos expuestos en una vitrina para hacer salivar al comensal.
Pero el que más me gustó fue quizá el más sencillo: las manzanas al horno de Don Sebastião son las mejores que he probado nunca. Volvería sólo para comerlas. Además, acompañan el café con una especie de pastas con forma de estrella que preparan a base de higos y almendras, muy típicas en la región del Algarve, aunque a veces desconocidas para los propios portugueses.
Por lo que respecta a la bodega, cuentan con una colección de vinos de Portugal, vinos do Porto y Madeira, y una colección privada de vinos viejos; con cerca de 240 marcas de vino tinto, blanco, "vino verde" y rosé. Don Sebastião abre todos los días de 12:00 a 22:30, así que no hay excusa para ir a visitarles.