El comedor del restaurante.

El comedor del restaurante. Mario Urquiaga

Restaurantes

El restaurante familiar de La Rioja que cada año mete a un caballo en su comedor: con tapas típicas desde 7€

Miguel Caño, chef del estrellado Nublo, lidera este local informal que lleva en funcionamiento desde 1930. 

Más información: El restaurante de un pueblo de La Rioja de menos de 80 habitantes que recomienda el New York Times.

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«¿Surgió de bajo tierra? / ¿Se desprendió del cielo?», nos pregunta el suelo del restaurante Los Caños (Haro, La Rioja) a nuestra llegada. Son los versos de un poema del argentino Oliverio Girondo («Hablaban de un caballo / Yo creo que era un ángel») que hacen alusión al enorme unicornio de cartón de tres metros que cuelga del techo del local. El cual, a su vez, homenajea a una tradición de la zona que se remonta, como mínimo, al 1955

Desde ese año, cada 24 de junio un jinete montado en un caballo accede al interior del establecimiento para hacerse una fotografía rodeado de la cofradía de San Felices. Esta acción marca el comienzo de las fiestas de San Juan, San Felices y San Pedro, que finalizan el 29 de junio con la Batalla del Vino. Todas las instantáneas tomadas desde el inicio de esta costumbre pueden contemplarse en las paredes de la sala.

Los Caños, ubicado en un antiguo palacete del siglo XVI, abrió sus puertas por primera vez en 1930 de la mano de los abuelos del chef Miguel Caño, propietario actual de este negocio y de Nublo, el restaurante con estrella Michelin que comparte pared con Los Caños. 

Miguel se crio entre esas paredes mientras sus padres, Rosa León y Carlos, se hacían cargo del proyecto entre ambos. Sin embargo, en 1988 fallece el padre y Rosa tiene que ocuparse de todo. Así ha sido durante 30 años, hasta que Miguel tomó las riendas y apostó por una renovación del espacio y de la carta. 

Actualmente, Los Caños ofrece una propuesta gastronómica de corte informal donde priman los productos locales y de temporada, además de las recomendaciones fuera de carta. "Ha sabido llevar el clásico mundo del tapeo a un nivel más gastronómico, con platos como el sándwich de pecho de cerda, queso Morbier, papada ibérica y yema curada", dicen desde la Guía Michelin.

Otro buen ejemplo de esa reinterpretación de las recetas tradicionales es su tapa El Cañito, una versión sofisticada de los típicos huevos con chorizo. En su menú no podían faltar tampoco las míticas croquetas de jamón y la ensaladilla de ventresca de bonito, gamba y huevo

El Cañito.

El Cañito. Adriana Calvo

A destacar también su tosta de steak tartar de solomillo con yema pomada, las kokotxas de merluza al pil-pil y el pollo al ajillo. Sus carnes y pescados se pueden acompañar con guarnición de pimientos asados, patatas fritas, ensalada verde o pan. En cuanto a la parte líquida, encontramos referencias habituales de la ciudad junto a nombres de productores más pequeños de la D.O. Rioja