La mayor presencia femenina es algo que hoy en día puede apreciarse en todos los procesos que rodean a la cultura del vino en España: viticultura, elaboración, dirección, distribución, venta, consumo. Sólo en la zona de Rueda la mayoría de los enólogos son mujeres. Algo que puede equipararse a otros lugares del mundo como Japón, donde la feminización de la cultura del vino es un hecho que se aprecia en datos cuando menos curiosos para un país de tradiciones masculinas, como el hecho de que sean las mujeres quienes conforman el mayor segmento de consumidoras y compradoras de vino llegando al 55%, o que el 43% de los sumilleres del país tengan nombre de mujer.
En nuestro país, el número de expertas también crece exponencialmente y podemos afirmar que el mundo del vino, hoy, tiene alma de mujer. Hace tres décadas en España prácticamente no había enólogas. Galicia cambió esa realidad iniciando un movimiento que con los años se ha ido extendiendo al resto del país. Fue allí donde precursoras como Ana Isabel Quintela en Pazo de Señorans, Cristina Mantilla en Bodegas Condasat o Isabel Salgado en Fillaboa, sentarían las bases de una nueva generación de enólogas españolas.
En la actualidad, las nuevas generaciones de hijas de bodegueros se atreven a coger las riendas del negocio sin miedo, a plantarle cara a un sector mayoritariamente masculino con formación, creatividad y sensibilidad, ocupando importantes puestos desde la elaboración a la dirección. El mundo del vino ya no entiende de estereotipos ni de sexos. Sin embargo, y a pesar de esta clara evolución hacia la paridad, sigue faltando algo para que el sector del vino sea completamente igualitario. Las protagonistas del cambio coinciden en que hay que seguir trabajando para que la profesionalidad se valore por encima del género.
Con motivo del Día Internacional de la Mujer, desde Cocinillas reivindicamos la presencia femenina en el mundo del vino poniendo nombre y apellidos a esas enólogas que cada día trabajan por abrir hueco a la mujer en un mundo de hombres. Para que la visibilidad no sea un solo día sino todo el año, esta es nuestra selección de vinos elaborados por mujeres que son, en sí mismos, grandes ejemplos de pasión y esfuerzo.
Emma Villajos, Valdelacierva Grano a Grano
Como enóloga de Bodegas Valdelacierva, Emma Villajos trabaja los vinos de Rioja de forma diferente, pero sin perder el ADN del terruño y siendo fiel a una filosofía: "Apostar por lo autóctono sacando el mayor partido a la fruta, conjugando las particularidades del suelo, el clima y la variedad de uva, sin fórmulas, sino con prácticas en el trabajo que preserven y mantengan lo mejor de nuestro terruño".
Convencida de que el buen vino parte de la calidad de la uva, ha dedicado estos años a reinterpretar el viñedo, hasta llegar a vincular esta bodega de Navarrete con la tradición, la tipicidad y la personalidad que marca la tierra, sin otras intervenciones en los procesos de vinificación que no estén directamente relacionados con esta filosofía.
Para demostrar que las cosas pueden hacerse de otra manera si no se pierde de vista el legado, la enóloga recomienda Valdelacierva Grano a Grano, un vino que procede de viñedos singulares donde el laboreo es tradicional, "a la manera de toda la vida", y que ella misma considera "más que un buen vino, un vino excepcional en el que la tierra y las vides juegan un papel fundamental, reforzados con una elaboración selectiva y muy cuidada".
Mª José García, 12 Linajes Reserva
Mª José García Moreno es la responsable de Viñedos y Bodegas Gormaz de Ribera del Duero desde 1999. Según ella, el buen vino parte de la calidad de la uva, y por eso se ha dedicado en los últimos años a interpretar de manera natural el terroir y a diferenciarlo por su complejidad. Se trata de un viñedo único en España, no sólo por su antigüedad, calidad y riqueza, sino también en cuanto a la peculiaridad de su gran variedad de suelos y microclimas fragmentados.
A estas singulares características hay que sumar la orientación y la edad de las cepas para entender el resultado. De un viñedo excepcionalmente óptimo surge una materia prima que permite año tras año conseguir la mejor uva posible para dar la máxima expresión y personalidad a los vinos de Gormaz. "Un buen vino tiene que hablar, expresarse y tener una identidad propia", comenta García Moreno. "Por eso el papel del enólogo es fundamental: es el director de orquesta que consigue indicar el tiempo, la velocidad y poner en práctica la interpretación correcta de cada uno de los componentes".
Ser mujer y enóloga le ha permitido a Mª José competir pero también compartir con el género masculino la pasión de elaborar grandes vinos. "Me siento eternamente agradecida por estar rodeada de los mejores profesionales, hombres y mujeres, con los que comparto el entusiasmo tan fascinante de ser enólogos. El camino ha sido todo un reto. Es importante ser y hacer cosas diferentes, cosas que impacten, y creo que como mujeres aportamos carácter y personalidad".
Viñedos y Bodegas Gormaz cuenta con vinos certificados para el consumo vegano, otros de edición limitada elaborados artesanalmente, y también vinos reconocidos mundialmente, como 12 Linajes Reserva, que recientemente ha recibido 93 puntos y la Selección del Editor en la revista Wine Enthusiast. Con este nos quedamos.
Marta Baquerizo, Belondrade y Lurton 2018
Marta Baquerizo acaba de cumplir 20 años como enóloga de Belondrade. Teniendo en cuenta que la aventura enológica del francés Didier Belondrade en La Seca (Valladolid) acaba de cumplir 25, no deja de ser un cumpleaños importante. Para ella, Belondrade sigue su propio camino ajeno a las modas y las competencias de Rueda. "La viticultura es uno de los pilares de nuestra filosofía y la entendemos de forma diferente. Siempre hemos apostado por la sostenibilidad trabajando en ecológico. Nunca quisimos ser un vino más de Rueda, sino un Belondrade. Compartimos algunos factores como el clima y los suelos en algunos casos, pero nuestra forma de entender el vino es totalmente distinta".
Pionero en su estilo y gran referente entre los blancos españoles de gran calidad, Belondrade es una expresión propia y única del terruño de esta zona. "El secreto está en el trabajo en el viñedo y en intentar ser lo más respetuosos posible en la bodega para producir una materia prima de primerísima calidad", determina Baquerizo.
Después de dos décadas, ha quedado más que demostrado que los gustos personales de esta enóloga y sus objetivos son los mismos que los de la casa. "Me inspiran los grandes vinos que han conseguido perdurar, y también la gente que no trabaja de una forma técnica sino con sentimiento. Al final, un vino está hecho para disfrutar, no para ser analizado".
Le cuesta elegir un favorito. "Los vinos son como hijos, cada uno tiene cualidades diferentes. Para mí, decidirme por uno es muy difícil. En todos hemos intentado dar lo mejor de nosotros y hacer el mejor trabajo posible". Le echamos una mano: seleccionamos Belondrade y Lurton 2018 por ser el buque insignia de la bodega. Un ensamblaje de las uvas de 22 parcelas en La Seca, a 750 metros de altitud, que refleja la diversidad de las propiedades de Belondrade y el carácter continental de sus tierras. Más que un vino, una filosofía.
Paola Medina, Williams Colección de Añadas
Paola Medina Sheldon pertenece a la segunda generación de la familia Medina, propietaria de Williams & Humbert. Como Directora Técnica y Enóloga de la histórica bodega jerezana, su nombre suele aparecer entre los de los enólogos más importantes de España, que destacan su juventud, su profundo respeto por la herencia recibida y su extraordinario conocimiento y creatividad a la hora de poner en marcha la 'sherry revolution' de la Colección de Añadas de crianza biológica.
"La colección histórica de añadas se remonta a 1920, pero en el 2000 decidimos comenzar nuevas formas de trabajo, experimentando la línea de las añadas de crianza biológica", aclara Medina. "Esto dio lugar al lanzamiento del primer fino de añada del Marco de Jerez, el Fino 2006, y más recientemente, del primer amontillado. Las añadas actuales de Williams & Humbert son el resultado de la filosofía de nuestra bodega, que no es otra que la de aunar la tradición con la innovación".
Y es que junto a sus vinos elaborados a través del tradicional sistema de criaderas y soleras, Williams & Humbert se atreve con esta colección de vinos de añada que, a diferencia de los vinos de Jerez tradicionales, permanecen estáticos, sin que se les añada vino de ninguna otra cosecha. Una locura muy bien pensada que supone una verdadera revolución en el Marco y que ya podemos (y debemos) probar en forma de los Finos de 2009 y 2012, los Olorosos 2003, 2009 y 2012 y el Amontillado 2003, las añadas que Williams & Humbert ha lanzado recientemente al mercado.
Camino Pardo, Nexus Crianza 2015
Camino Pardo es otra de las enólogas visionarias de esta década. Lleva más de 20 años en el mundo del vino y su infancia transcurrió en las riberas castellanas que dominan el arte de la vendimia y la entienden como una cultura y como una forma de vida. En los años 90 pasó a liderar la marca Frontaura en Toro y Nexus en la Ribera del Duero, aportando cultura, calidad y tradición a sendas bodegas.
Trabajo y pasión que se traducen en recompensas como la que acaba de recoger Nexus Crianza 2015. El vino ha sido galardonado con una Doble Medalla de Oro en los premios Sakura Japan Awards, el primer y único certamen internacional de vino cuyo jurado está compuesto únicamente por mujeres profesionales del sector. Un concurso en el que no sólo se premia la calidad, sino también se evalúan aspectos como la presencia, la versatilidad o el diseño, todo ello desde una perspectiva femenina.
"Como bodeguera, resulta un gran orgullo asistir al cambio de tendencia de las últimas décadas, en parte impulsado por un colectivo que no siempre tiene suficiente peso en el mundo vinícola: la mujer", sentencia Pardo. Tras pasar 12 meses en barricas de roble francés, la valiente personalidad de este tempranillo abre un amplio abanico de ocasiones para disfrutar de su intensidad y profundidad gastronómica.
Nexus Crianza seduce por su equilibrio y versatilidad, y su éxito internacional supone para la bodega, "por un lado el reconocimiento a una añada que nos enamora cada día más y por el otro, el haber logrado la aprobación de un colectivo exigente y minucioso". La mujer japonesa, asegura, "se interesa por la novedad sin perder de vista lo clásico, aprecia la belleza y está siempre a la última en temas de salud y bienestar, prioridades y valores que se ven reflejados en el universo vinícola".
Irene Alemany, El Microscopi 2018
Irene Alemany estudió Enología y Viticultura en Borgoña, donde conoció a su compañero, Laurent Corrio. Juntos trabajaron en Sonoma County, California, para volver después a Europa con la intención de regresar a Francia. La primera parada fue en el Penedès y, tras elaborar su primer vino tinto en solitario, Sot Lefriec 1999, decidieron quedarse y dar lugar a vinos de garaje elaborados con cabeza y corazón, como Pas Curtei, Principia Mathematica, Cargol Treu Vi o Despullat.
Pero hemos elegido hablar de otro proyecto. Por sexto año consecutivo, Alemany, enóloga y propietaria de la bodega Alemany & Corrio, presenta la nueva añada del vino solidario que elabora con el objetivo de recaudar fondos para la lucha contra el cáncer. Los beneficios íntegros de El Microscopi 2018 volverán a destinarse al apoyo de un estudio pionero sobre la influencia de los linfocitos en el sistema inmunitario, desarrollado por el Instituto Oncológico del Hospital Universitario Vall Hebrón (IOHVH).
El Microscopi 2018 es un vino tinto de terroir procedente de viticultura sostenible elaborado con las variedades cariñena y merlot. Un vino sin filtrado, que utiliza levaduras propias y bacterias autóctonas de la uva para su fermentación y cuyos trasiegos y embotellado siguen el ciclo de la luna, como mandan las leyes de la viticultura biodinámica. Un vino especial con una función solidaria que nos afecta a todos directa o indirectamente, y que nace para llenar de vida cartas y hogares.
Esta iniciativa, reconocida con el premio Mejor Iniciativa del Sector por la Associació Catalana del Sommeliers, nació en el año 2014 cuando Irene Alemany finalizaba sus últimas sesiones de quimioterapia para luchar contra un cáncer de mama diagnosticado en julio de 2012. En agradecimiento al equipo médico del Hospital Valle de Hebrón y el IOHVH, la enóloga decidió hacer lo que mejor sabe: elaborar vino.
Ruth Rodríguez, Izadi Larrosa
De la mano de Ruth Rodríguez, enóloga de Izadi (DOCa Rioja), la casa obtuvo el premio a Mejor Bodega del Año en los Premios Verema 2016, y su Izadi Larrosa fue Mejor Rosado en el concurso Vino y Mujer 2016, además de otros reconocimientos para vinos como Orben 2016, que llegó a ser mejor vino español según Wine Spectator, liderando la lista Top 100 de esta prestigiosa publicación en noviembre de 2019.
Y estos son sólo algunos de los galardones con los que cuenta la vitrina de esta enóloga que, tras ganar experiencia internacional en las bodegas Santa Rita (Chile), Fondo Antico (Sicilia) y Corbans Winery (Nueva Zelanda), decidió iniciar su andadura en el Grupo Artevino al cargo de las bodegas de Castilla y León Finca Villacreces (DO Ribera del Duero) y Bodegas Vetus (DO Toro), para regresar finalmente a su tierra natal e instalarse en Bodegas Izadi, de donde no se ha movido desde 2009.
Mejor Vino Rosado de España 2017 según Verema, Izadi Larrosa es un rosado distinto elaborado con garnacha procedente de viñedos viejos. Un trabajo cuyo esmero va desde el viñedo (plantado a gran altura en la Rioja hace décadas) hasta la imagen, y que enamora a los fanáticos de los vinos elegantes, delicados y con mucha personalidad. Sin duda uno de los rosados con mejor relación calidad-precio del mercado.