La incorporación de 8 variedades de uva (6 blancas y 2 tintas) al portfolio de la D.O. Rueda ha creado más polémica de la esperada. A partir de ahora, las variedades blancas viura, viogner y chardonnay se convierten en principales junto a la verdejo y la sauvignon blanc.

Sin embargo, son las nuevas variedades blancas secundarias permitidas las que han abierto la caja de Pandora: garnacha blanca, gewüstraminer, moscatel de Alejandría, moscatel de grano menudo, riesling y godello. Todas foraneas y vinculadas a otras regiones, como es el caso de la variedad godello, que se considera autóctona del Bierzo (León) y Valdeorras (Galicia).

Es precisamente este sentimiento de pertenencia lo que ha suscitado las primeras críticas. En el sector hay quien tilda de oportunista la incorporación de estas variedades.

Coalición por El Bierzo anunciaba el pasado martes que llevará una moción al próximo pleno del Consejo Comarcal en defensa de los viticultores de la Denominación de Origen Bierzo, porque calificaba de “ataque” a los intereses de la región: “Entendemos que la Junta debe dar curso al trámite legal de apertura de expediente para su posterior información. Pedimos que dicho expediente se tramite con una resolución desfavorable al ataque de la D.O. Rueda a los intereses de la D.O. Bierzo dentro de la misma comunidad autónoma”.

Sus argumentos son claros: “No sólo no existe ningún tipo de tradición, sino que además todo esto está movido por un puro afán mercantilista que desvirtúa el mapa de denominaciones de origen y variedades”. No todo vale, según los bercianos.

Para el Círculo Empresarial Leonés, esta decisión por parte de la D.O. Rueda representa una amenaza para la calidad, la singularidad y el futuro de los vinos leones. En una nota de la patronal, aseguraban que “la uva godello es una variedad que forma parte del patrimonio vitivinícola de El Bierzo y León, y su uso en la D.O. Rueda podría desvirtuar su autenticidad y perjudicar a los productores que han trabajado muy bien durante años para posicionar sus vinos en el mercado”.

"La aprobación de la variedad godello por parte de la D.O. Rueda no hace más que poner en evidencia sus propias carencias", opina Rafael Somonte, enólogo de la bodega berciana Dominio de Tares. "Teniendo una uva autóctona tan buena como es la verdejo, que algunas bodegas elaboran con una calidad bestial, aprobar otras variedades comerciales para poder vender tirillas del consejo regulador habla de la debilidad de la denominación a la hora de promover la verdejo como se merece".

Desde Galicia, el presidente de la D.O. Valdeorras, José Ramón Rodríguez Castellanos, hace un alegato a la sensatez: "Una denominación de origen se tiene que basar en su historia, en sus variedades, en su suelo y en su clima. La godello está considerada de las mejores uvas para elaborar vino blanco de calidad y nos copian, claro, pero el godello auténtico es de Valdeorras", afirma. "Hay chardonnay en todo el mundo, pero el que busca un buen chardonnay va a la Borgoña. La esencia de nuestra región es la variedad, pero también el clima y la tierra, y eso no es exportable a otros lugares".

Araceli Fernández del Palacio, gerente de Bodegas Godeval, también en Valdeorras, está de acuerdo con el responsable de la D.O. "El problema está cuando solamente se quiere vender variedad en lugar de variedad unida a terroir; el campo necesita su planificación y tomar decisiones a corto plazo porque algo está de moda nunca va a perdurar en el tiempo. La personalidad del vino la da la variedad, la tierra y el clima: puedes llevarte las uvas allá donde quieras, pero no van a resultar igual".

Viñedo Belondrade

A todo esto, la D.O. Rueda mandaba este martes un comunicado recalcando que trabaja en post de los intereses de sus viticultores y bodegueros, y que este nuevo pliego de condiciones responde a la culminación del trabajo de bodegueros y viticultores en torno a la adaptación al terreno de determinados tipos de uva y de su aportación a las cualidades organolépticas de los vinos que actualmente se demandan en el mercado.

En la nota, la denominación se defiende de las acusaciones bercianas recordando que la godello lleva plantada en Rueda desde 1996. “Varios viticultores y bodegueros de la zona llevan años trabajando en esta variedad y ya han sacado al mercado vinos elaborados con godello sin el marchamo de la D.O. Rueda, ya que hasta ahora no estaba incluida dentro de las variedades autorizadas en la Denominación de Origen Rueda”, observan.

La D.O. Rueda destaca que no pretende usurpar la identidad de las denominaciones de origen que tienen a la godello como variedad autóctona. “La decisión de incluir esta variedad (y otras 5 blancas más) como secundaria responde a motivos cualitativos que tienen en cuenta la personalidad de los diferentes elaboradores de la D.O. Rueda, así como a las necesidades de un mercado con consumidores que demandan nuevos perfiles de vino”, declaran.

Además, puntualizan que las variedades de uva no son exclusivas de una denominación de origen determinada: “De las D.O.P. que conforman la CECRV (Confederación Española de Consejos Reguladores del Vino), al menos 20 de ellas incluyen la variedad verdejo, uva autóctona de la D.O. Rueda, como autorizada; y 8 de ellas (incluidas la D.O. Tierra del Vino de Zamora y D.O. León) la uva godello”.

Vendimia nocturna en la D.O. Rueda

Los elaboradores de Rueda, en contra

“Con esta modificación damos respuesta no solo a los consumidores, sino a los bodegueros, enólogos y viticultores de la D.O. Rueda, que llevaban solicitando estos cambios desde hace tiempo”, se escuda Carlos Yllera, presidente de la D.O. Rueda.

“Desde el Consejo Regulador hemos trabajando junto con las administraciones en su afán por potenciar el carácter aperturista de Rueda, sin perder nunca lo que somos ni de dónde venimos; y sabiendo que somos especialistas en la elaboración de vino blanco de calidad”, recuerda. Un paso adelante que, según la denominación, favorecerá tanto al consumidor como a los enólogos, que “podrán innovar en sus elaboraciones gracias a las particularidades de las nuevas uvas incorporadas”.

Sin embargo, algunas bodegas de la región, abanderadas de la uva autóctona de Rueda, no ven la incorporación de otras variedades con los mismos ojos. "Pensamos que se está emprendiendo el camino equivocado queriendo a toda costa permitir variedades nuevas, opina Jean Belondrade, segunda generación de uno de los grandes exponentes en la elaboración de verdejo de calidad en la D.O. Rueda.

"Ya se ha visto, cuando se autorizaron variedades tintas, que más de una década después se han injertado en su casi totalidad. Quizás se debería de ser más exigente en buscar la calidad, fijando por ejemplo rendimientos en base a stocks para no tener sobreproducciones como ha pasado en las últimas añadas".

Didier Belondrade, Marta Baquerizo y Jean Belondrade

Belondrade recuerda aquellos años en los que en La Mancha se empezó a plantar verdejo sin tener en cuenta a Rueda, que había construido todo su discurso en esta variedad, y la región castellano leonesa tuvo que defenderse.

"Ahora nosotros estamos haciendo exactamente lo mismo yendo a por variedades que están asociadas a otras zonas para buscar otras salidas, y eso es un paso atrás. Como decimos en francés, marcher sur la tête, estamos andando sobre la cabeza, haciendo las cosas al revés. Hay tanto trabajo que hacer con las variedades ya autorizadas, principalmente la verdejo, una uva tan expresiva y con potencial para hacer grandes vinos, que nos parece un contrasentido dar luz verde a variedades nuevas que, además, no están adaptadas a nuestro clima", defiende el hijo de Didier Belondrade.

"En caso de querer seguir el camino de hacer vinos varietales, como lo hacen los países del Nuevo Mundo que no tienen la suerte de contar con variedades autóctonas, que se planteen buscar variedades resistentes a la sequía y a las enfermedades", propone.

Por su parte, desde Pariente Tradición Familiar, Martina Prieto Pariente afirma ser firmes defensores de la identidad de las variedades autóctonas, apuesta que pusieron en marcha ya en 1998 con la variedad verdejo. “Somos partidarios del estudio de la adaptación de las distintas variedades en diferentes climas y suelos, al fin y al cabo, es el sino de la historia de la viticultura mundial y la diversidad que hoy conocemos. No obstante, consideramos que el principal propósito de las denominaciones de origen es velar por la identidad de la zona y de su historia”, expone la enóloga y directora técnica de esta icónica casa situada en La Seca.

Martina Prieto Pariente

“Siempre hemos confiado en la capacidad de nuestra variedad autóctona como monovarietal y no compartimos los ensamblajes de la variedad verdejo con el resto de variedades principales o secundarias autorizadas, ni a nivel cualitativo, ni a nivel de identidad”, sentencia la elaboradora de Rueda.

“De hecho, en Pariente Tradición Familiar confiamos tanto en la identidad propia de las variedades, de sus suelos y de sus climas, que es lo que nos ha llevado a elaborar en las zonas de origen: godello del Bierzo, las castas blancas de Ribeiro, garnacha de Cebreros y tempranillo de Cigales en un futuro próximo”.

No obstante, en líneas generales, las bodegas de Rueda abogan por la conciliación. Para Bodega Javier Sanzla inclusión de la variedad godello en el pliego de condiciones de la denominación como variedad secundaria es una decisión que tiene el objetivo de ofrecer nuevas oportunidades y ampliar la diversidad en la región. "El cultivo de godello en la región es una muestra de la dinámica y versatilidad del sector. Sin embargo, en nuestro caso particular, continuamos enfocados en resaltar las cualidades de la verdejo, así como en potenciar otras variedades autóctonas que complementan nuestro portafolio", matiza Leticia Sanz, Directora General.

"Entendemos y respetamos las preocupaciones expresadas, y creemos que es esencial mantener un diálogo abierto y colaborativo dentro del sector vitivinícola para asegurar que todos podamos continuar fortaleciendo nuestras respectivas identidades y contribuir al prestigio global del vino español".