Amor a la italiana: así es el vino dulce (pero no demasiado) que ha seducido a Ivison, la gran dama del jerez
- Ni cream, ni medium, ni PX, el jerez dulce que ha conquistado el corazón de la periodista Paz Ivison es un vino único en su especie. Como ella.
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Nacida en Jerez de la Frontera en 1952, la periodista Paz Ivison ha dejado una huella indeleble en el mundo del vino y la gastronomía desde que descubriera su pasión por la enología en la universidad. Fue una de las primeras mujeres en escribir sobre vinos en España y la primera en fundar una sección de vinos dirigida a mujeres. En 1980, sus recomendaciones (muchas de ellas ya sobre Jerez) para la revista Dunia ayudaron a acercar el vino a nuevos públicos, especialmente femenino.
Desde entonces, Ivison ha ocupado cargos importantes en publicaciones como la Revista Gourmets, siendo pionera, tanto en dar visibilidad a las mujeres del sector vitivinícola, como en la promoción del vino de Jerez más allá de sus fronteras. Su trabajo le ha valido reconocimientos como el Premio Nacional de Gastronomía y el Premio Andalucía de Gastronomía.
Defensora incansable del Marco de Jerez
A lo largo de su carrera, Paz Ivison se ha dedicado en cuerpo y alma a promover las bondades de los vinos de Jerez. Ha desentrañado la historia y secretos de las bodegas jerezanas, plasmando en sus escritos la magia de estos vinos y defendido el mundo del jerez "desde cuando no se sabía lo que era un amontillado", según sus propias palabras. Por esa labor de difusión es considerada para muchos como "la gran dama del vino de Jerez".
De ahí que no dude ni un segundo en regresar al Marco para recomendarnos uno de los vinos que más le han emocionado últimamente: Añada 1995 Vintage Sherry de Lustau. “A pesar de mi amor profundo y desaforado por los vinos de Jerez, nunca me han emocionado los dulces tipo cream o medium, ni siquiera los Pedro Ximénez, pero he de confesar que cuando descubrí este singular y exclusivo vino me enamoré locamente de él”, adelanta.
El beso de Mastroianni
Lustau embotella en edición limitada este vino de crianza estática, elaborado 100% con uva palomino. Una forma inusual de entender los vinos de Jerez, a través de la cara menos conocida de la variedad, que normalmente se usa solo en vinos secos. Su dulzor se consigue de forma natural con una vendimia tardía y una fermentación parcial para retener azúcares presentes en la uva.
“Sí, en Jerez y de vendimia tardía, como lo oyes. De crianza oxidativa, con botas lacradas por el Consejo Regulador, este vino se ha mantenido durante casi 30 años y se ha embotellado recientemente. Es una verdadera maravilla”, comenta Ivison. “Yo no podría calificarlo como oloroso, ni como cream, ni como nada. Es algo especial", alaba la periodista jerezana.
Un vino de añada, como los que existen en Jerez desde hace años, pero que no se conocían ni estaban a la venta hasta ahora. "Tiene acidez, alegría y un punto dulce de gran equilibrio, nada empalagoso, que podría recordar de alguna manera a un Sauternes o a un Tokaij. Es una ‘rara avis’ jerezana que asombra por sus características y por su elaboración”, explica.
Ivison cuenta que descubrió Añada 1995 Vintage Sherry de Lustau en casa de unos amigos italianos que le dieron una copa sin identificar a media tarde con un delicioso queso Duetto gorgonzola y mascarpone: “¡Creí que estaba besando a Marcello Mastroianni!”.
3.696 botellas de 50 cl embotelladas en la primavera de 2024, cuando el vino había alcanzado su plenitud. “Y cuesta poco más de 40 euros. Un puntazo”.