Cuáles son los colores del arcoíris y cómo se forman

El arcoíris es uno de esos fenómenos meteorológicos que a todo el mundo gusta ver y que se origina cuando los rayos procedentes del sol atraviesan las gotas de agua que se encuentran en la atmósfera. Este hecho da origen a un espectro de frecuencias de luz a la que habitualmente denominados de esta forma y que está compuesto por un total de siete colores.

Este fenómeno óptico y meteorológico se produce cuando la luz blanca del sol se compone en componentes individuales debido a la refracción y reflexión interna de la luz en gotas de agua que se encuentran suspendidas en el aire. Estas gotas actúan a modo de pequeñas lentes que dispersan la luz en los colores que las constituyen, haciendo que así nazca el arcoíris. Si quieres saber cuáles son los colores del arcoíris, son los siguientes:

Rojo

El rojo es el primero de los colores del arcoíris y también el más detectado por el ojo humano. Es el color que se encuentra en el extremo exterior, y tiene una longitud de onda más larga de todos los colores, lo que quiere decir que sus ondas de luz se extienden más en el espectro electromagnético.

El rojo es percibido por los ojos del ser humano cuando las longitudes de onda de luz que lo componen son refractadas y se reflejan hacia los mismos. Se trata de un color cálido que habitualmente es asociado con algunas emociones como la pasión, el amor o la energía.

Naranja

Tras el rojo nos encontramos con el naranja, el segundo color del arcoíris, que nos permite observar como progresivamente los colores se van transformando. En ocasiones se trata de un color que no se ve de forma clara, ya que el rojo es el color que resalta por encima de este.

Es un color que se forma a través de una combinación de longitudes de onda más largas de rojo con longitudes de onda más cortas de amarillo. Es un color brillante y a menudo relacionado con la alegría, que al mismo tiempo hace que se pueda asociar a sentimientos de vitalidad y calidez.

Amarillo

Siguiendo al naranja, en el tercer lugar del arcoíris nos encontramos con el amarillo, que tiene un color intenso y que hace que se pueda apreciar muy bien cuando el arcoíris es pronunciado, si bien puede pasar desapercibido en aquellos que tienen una menor intensidad.

Se trata de un color brillante y alegre que nace como resultado de la luz con longitudes de onda intermedias en el espectro visible. El amarillo es habitualmente asociado con la felicidad, la claridad mental y con la propia luz del sol.

Verde

El cuarto lugar del arcoíris es el verde, que es el que sigue al amarillo. Se produce cuando las longitudes de onda en el extremo azul del espectro y las longitudes de onda en el extremo amarillo se combinan entre ellas.

Este es el primer color frío que aparece en este fenómeno meteorológico y que supone el paso a otros tonos que también son fríos. En este caso nos encontramos ante el color de la naturaleza, que habitualmente es asociado con la tranquilidad, la renovación y la frescura.

Azul

Tras el verde nos encontramos con el azul, un color sereno y calmante que nace como resultado de longitudes de onda más cortas que las del verde y que también es percibido como un color frío. Es el quinto de los colores del arcoíris y en ocasiones no es percibido por el ojo humano, si bien, si este se forma en un cielo gris, se conseguirá apreciar el tono de forma clara.

El azul es un color que se asocia con el cielo y el agua, y es habitualmente relacionado con la tranquilidad y la paz.

Añil

El sexto color del arcoíris es el añil, que es habitual que se pueda confundir con el azul debido a su similitud, pero con una pequeña diferencia en las longitudes de onda. Es un tipo de azul de mayor intensidad que nace a raíz de la combinación del azul y del violeta, que es el último que aparece en este fenómeno meteorológico.

El ojo humano no percibe el añil, que es un color profundo y oscuro, razón por la cual algunas personas piensan que el arcoíris se encuentra compuesto por seis colores en lugar de por siete. Este color se asocia con la intuición y sabiduría.

Violeta

Por último, nos encontramos con el violeta, que se sitúa en el extremo interior del arcoíris. Es el resultado de longitudes de onda más cortas y se percibe como un color espiritual y misterioso, asociándose de forma común con la creatividad y la imaginación.

De esta manera, se puede ver como el arcoíris va desde los colores más cálidos, como el rojo, el naranja y el amarillo, a los fríos, como el verde, azul, añil y violeta.

En cualquier caso, hay que recordar que la percepción de estos colores por el ojo humano se debe a la forma en que los conos en la retina del ojo responden a diferentes longitudes de onda de luz. Cada tipo de cono es sensible a un rango específico de longitudes de onda, lo que hace posible que el cerebro tenga la capacidad para procesar y percibir una amplia gama de colores. El arcoíris es un gran ejemplo de como la luz blanca se descompone en componentes individuales para crear un maravilloso espectro de colores.