El golpe de calor es un trastorno que se produce tras un exceso de calor en el cuerpo. Un accidente que, en el peor de los casos, puede llegar a ocasionar la muerte de la persona que lo padece. El golpe de calor se da cuando la temperatura del cuerpo alcanza los 40 grados centígrados o más debido a una exposición prolongada al sol o un esfuerzo físico considerable en una situación de altas temperaturas.
Víctimas por golpe de calor en España 2019
El pasado año 2019 fallecieron en España 9 personas por golpes de calor. La primera víctima mortal se produjo el 27 de junio cuando un hombre de 93 años se desplomó en una céntrica calle de Valladolid debido a las altas temperaturas. Apenas un día después, un joven de solo 17 años moría en un hospital de Córdoba tras haberse metido en una piscina para refrescarse mientras trabajaba en el campo.
Tal y como puede verse, el golpe de calor en ancianos puede producirse de la misma manera que un golpe de calor en niños o en otros rangos de edades. Es cierto que tanto los niños como las personas mayores poseen más factores de riesgo para este tipo de trastornos, pero nadie está exento de sufrir un percance de este tipo.
Qué hacer ante un golpe de calor
Un golpe de calor puede causar un shock multiorgánico y, con ello, importantes daños cerebrales. Es por eso que se precisa actuar rápidamente cuando aparezcan los primeros síntomas. Las primeras señales de advertencia serán un exceso de calor en el cuerpo de 40 grados centígrados o más, piel enrojecida, dificultad para respirar, desmayo y convulsiones.
Los síntomas de un golpe de calor pueden ser unos calambres musculares, sudoración intensa, piel pálida o fría, debilidad general y/o confusión, mareo, dolor de cabeza, náuseas o vómitos, latidos cardíacos acelerados y orina oscura (que indica deshidratación).
Actuaciones ante un golpe de calor
Lo primero que debemos hacer ante un golpe de calor es llevar a esa persona al hospital o un servicio de urgencias. Si no es posible en ese momento, hay otras actuaciones que se deben llevar a cabo para tratar de minimizar los síntomas.
En primer lugar hay que trasladar a la persona que está sufriendo el golpe de calor a un lugar fresco y con sombra. A continuación, la debemos colocar en posición semisentada y con la cabeza levantada para que pueda respirar bien. En caso de que la persona se desmaye, hay que tumbarla con las piernas flexionadas y llamar urgentemente a un médico.
Mientras esperamos la llegada de la ambulancia, podemos quitarle algo de ropa y darle aire o ponerle compresas o paños de agua fría en el cuello, la frente, la nuca y otras partes del cuerpo.
Es también muy importante que pueda beber agua fresca para bajar la temperatura corporal y rehidratarse. Sin embargo, no debe beber de forma rápida o de golpe, sino en pequeños sorbos. El agua de golpe en un cuerpo a una temperatura elevada puede causar una reacción que empeoraría el golpe de calor (fue lo que le sucedió al joven de 17 años que murió por un golpe de calor tras lanzarse rápido a la piscina).
Tras estos pasos, es probable que la persona haya mejorado un poco. Será el momento de acompañarla a un centro de urgencias médicas. Allí los especialistas le harán una revisión para comprobar cómo se encuentra y si se ha producido algún fallo en el organismo por culpa del exceso de calor.
Qué no hacer ante un golpe de calor
Lo mismo que hay acciones que debemos hacer para reducir los efectos del golpe de calor, también hay otras cosas que no debemos hacer bajo ningún concepto.
Si bien lo primordial en este caso es bajar la temperatura corporal, no debemos hacerlo de forma brusca, ya que el choque entre temperaturas podría empeorar los efectos del golpe de calor. Bajar de golpe de 40 a 20 grados centígrados es un shock para el sistema circulatorio del cuerpo que puede llevar a esa persona a la muerte. Es por eso que el enfriamiento del cuerpo debe ser algo progresivo.
La hidratación de la persona con golpe de calor no debe ser con agua muy fría, sino solo algo fresca para que pueda beber de manera constante. Lo mismo sucede si metemos a esa persona bajo una ducha. El agua no ha de ser nunca fría, ya que provocaremos ese contraste de temperaturas en su cuerpo que puede ser mortal. Lo ideal sería empezar con agua templada para ir bajando poco a poco a una ducha un poco más fresca.
Tampoco podemos refrescar a esa persona echándole agua fría por encima. Y, en el caso de que el golpe de calor lo sufriera uno mismo, no debemos tirarnos de golpe al mar, la piscina o un río, sino meternos en el agua poco a poco para mojarnos y refrescarnos de manera progresiva.
El golpe de calor es un trastorno que puede sufrir cualquier persona debido a las altas temperaturas. Incluso hay casos de golpe de calor en mascotas, por lo que con los animales habría que seguir algunos de los consejos anteriores si vemos que tienen este problema en algún momento.
Es precisamente por este problema por lo que los especialistas recomiendan que, con la llegada del verano, todos nos hidratemos bien con agua y líquidos y reduzcamos las actividades físicas durante las horas de más calor.