Todo aquel que haya tenido hijos, o que esté a punto de tenerlos, sabe lo emocionante que es decorar la habitación del bebé: elegir los muebles, los colores para las paredes, la ropa de cama... por eso, te mostramos, cómo decorar una habitacion de bebé.
Qué color elegir para decorar la habitación (las paredes)
Si ya tenéis unos muebles en mente, podéis hacer que ese color y el de los muebles coincida o combine. Lo importante es usar colores adecuados para niños porque, cada color aporta cosas distintas al ambiente.
Estimula a tus bebés con colores vivos
- Naranja: es un color que resulta tonificante, aporta energía, vitalidad y seguridad (se usa de manera terapéutica para combatir los miedos)
- Rosa: tiene capacidades relajantes, suaviza el carácter.
- Rojo: estimula muchísimo y atrae la vista al instante. Ayuda a que los bebés tengan un ritmo de aprendizaje rápido.
- Verde: es más adecuado para niños de cierta edad que a bebés, ya que se trata de un color que limpia.
- Azul: ayuda a conciliar el sueño.
- Amarillo: el color más alegre, muy luminoso y brillante.
Si la habitación es blanca, una opción muy interesante para estimular la curiosidad de tu bebé es optar por adornarlas con dibujos. Si decidís pintar figuras en las paredes, lo ideal es dibujar formas simples o muy reconocibles. Una idea es que si queda algún trozo de pared que esté a la vista desde el suelo, uséis en ella una pintura de pizarra en la que vuestro bebé pueda pintar cuando empiece a dibujar.
Elegir los muebles
- Una cuna: existen distintos tipos de cuna, algunas de ellas con balancín, otras extensibles, para que puedan durar más tiempo.
- Un cambiador: un cambiador o simplemente un sitio donde apoyar al niño.
- Un armario o cómoda.
- Un organizador de juguetes: un baúl, una estantería pequeña, un armarito...
- Una alfombra sobre la que el bebé pueda gatear.
- Una butaca, para que uno de los progenitores pueda sentarse al lado de la cuna, darle un biberón, amamantarlo, leerle un cuento o cantarle una nana.
- Cortinas: las ventanas han de poder taparse en momentos de mucho sol, ya que los niños son especialmente sensibles.
Evidentemente, los muebles deben estar adaptados al uso del bebé: optar por muebles con esquinas redondeadas, alfombras que no sean peludas y colores alegres. En cuanto al sofá, lo ideal es optar por uno con un tejido suave y formas redondeadas. En las cortinas, se suelen coger unas que combinen con las paredes o unas a juego con otros tejidos de la habitación.
En la habitación del bebé, no siempre se dispone de mucho espacio, pero si se trata de una habitación grande lo mejor es disponer los muebles de manera que haya espacio para moverse con libertad, por dos razones:
- Probablemente tengas que pasear con tu bebé a cuestas muchas veces, para que se duerma, o simplemente para llevarlo al cambiador o a la cuna, y es mejor evitar tropiezos.
- Cuando el niño empiece a gatear y jugar necesitará espacio para hacerlo.
Elegir la ropa de cama
Aunque pueda no parecerlo, la ropa de cama que pongáis en la cuna de vuestro hijo es importante, no solo a nivel estético, sino también por el confort que aporta. Hay que elegir tejidos transpirables, resistentes y de tacto suave, tener varios juegos de sábanas y unas cuantas bajeras extras y proteger bien el colchón para que no haya que lavarlo cada vez que el bebé vomite o se haga pis en él.
Elegir adornos y juguetes
En las primeras etapas de la vida de vuestro hijo, juguetes y adornos son conceptos casi intercambiables, y es muy positivo que elijáis objetos con esa doble función: por ejemplo, aunque un bebé de escasos meses probablemente aún no sepa para qué sirve una lámpara, ¿por qué no añadir a su cunita un móvil que incluya luces o sonidos? De esa manera la habitación será más bonita y vuestro bebé estará animado y estimulado.
Hoy en día existen miles de opciones en tiendas de juguetes o de muebles para tener objetos con los que el niño puede jugar y que además tienen una utilidad práctica, sin olvidar que son muy decorativos: luces que parecen el sol, o las nubes, alfombras con circuitos para coches, paredes pintadas para ser pizarras o para pegarles imanes, camitas que debajo tienen un castillo... Todo para decorar la habitación y, a la vez, hacerla estimulante para la imaginación de los bebés (y de los niños).
Elegir la luz adecuada
Se trata de un elemento muy importante en la habitación de un bebé, ya que muchas veces vas a tener que intentar que siga durmiendo con alguna luz encendida para que tu puedas andar por ella. Lo mejor es evitar las lámparas de pie y optar por luces de techo o de pared, con una luz lo más cálida y difuminada posible. Nunca hay que usar fluorescentes, ya que su luz es demasiado fuerte y brillante para los ojos del bebé.
También es buena idea tener una pequeña lamparita de mesa cerca de la cuna para emergencias, siempre con bombillas de luz amarilla de baja potencia. Si hay luz natural, hay que tamizarla con unas cortinas, y la cuna no debe estar excesivamente cerca de la ventana.