Hay muchas formas de darle un toque decorativo a una estancia. Una de las más sencillas y habituales es empapelar las paredes, especialmente con papel pintado.
El proceso no reviste ninguna complejidad y cualquier persona puede hacerlo sin problemas en casa. Tan solo será necesario tener las herramientas adecuadas y seguir algunos pequeños trucos. En el mercado actual tenemos un amplio abanico de posibilidades, ya que decorar con papel pintado es algo que está muy de moda. A continuación, mostramos los pasos que hay que seguir para empapelar una pared de la manera más rápida y sencilla.
En otro post hablamos sobre cómo pintar las paredes de una habitación, ahora hablaremos de otro tipo de decoración para las paredes, el papel pintado.
Cómo colocar papel pintado
Antes de empapelar una pared, hay que tener en cuenta el tipo de papel pintado que queremos usar. Si este tiene unos motivos muy llamativos, lo más recomendable es empapelar solo una o varias paredes de la habitación, pero no todas. De esta forma, no se recargará en exceso la estancia.
Lo primero que debemos hacer es medir la superficie que vayamos a empapelar. Se debe medir toda la pared, dejando un sobrante tanto por la parte superior como por la inferior. No es conveniente tomar unas medidas totalmente fijas, ya que cualquier pequeño fallo a la hora de cortar el papel puede hacer que no quede del todo bien. Las medidas que hayamos tomado en la pared hay que pasarlas al papel pintado y cortar dejando el sobrante.
Una vez que tengamos el papel cortado, hay que aplicar la base de cola. Lo ideal es ir comenzando la aplicación por el centro del papel para ir luego extendiendo hasta las esquinas, haciendo especial hincapié en estas últimas. Cuando se haya aplicado la cola, es tiempo de colocar el papel pintado en la pared. A la hora de pegarlo, se debe comenzar por la parte superior y por una esquina, dejando incluso el sobrante para luego cortarlo. Este primer paso es muy importante y su colocación ha de ser precisa, ya que de lo contrario todo el papel posterior quedará mal.
Al pegar el trozo de la parte superior, se realizan una serie de movimientos desde el centro hacia las esquinas con un cepillo para que el papel pintado vaya quedando fijado en la pared. En este proceso hay que prestar especial atención a que no aparezcan burbujas, arrugas o pliegues en el papel. Mucho cuidado también al colocar la siguiente pieza de papel, pues debemos enlazar bien las diferentes franjas y no se noten las junturas, algo que quedaría muy poco estético en el resultado final. Esto a veces resulta complicado si el papel pintado tiene dibujos, por lo que hay que intentar que quede bien alineado.
Precisamente, las juntas entre tira y tira no deberán solaparse, pero sí estar muy juntas. Para ello, nada mejor que utilizar un rodillo de plástico para hacer presión en la zona de unión. Cuanta más presión podamos realizar, mejor quedará el resultado a efectos de visión.
El proceso anterior hay que repetirlo hasta cubrir toda la pared que se desea empapelar. Una vez colocado todo el papel pintado, hay que cortar los trozos sobrantes con una espátula y una cuchilla, prestando atención para no rasgar el papel en demasía.
Cómo elegir el mejor papel pintado
A pesar de que la mayoría de las personas escogen el papel pintado en bases a sus gustos, hay una serie de aspectos adicionales que debemos considerar. Hay una gran variedad de estilos de papel (lisos, estampados, a rayas, imitación de materiales, etc.) con los que poder crear diferentes ambientes en el hogar. No obstante, si queremos que la habitación parezca algo más grande debemos elegir un papel pintado liso y de tonos claros. Si lo que se desea es lograr que la estancia parezca más acogedora, lo mejor es optar por un papel pintado con colores cálidos u oscuros, ya que minimizan la sensación de estar en un espacio grande.
Una opción más que interesante para destacar una pared es combinar el papel pintado de tonos claros con otro de colores más llamativos. También se puede empapelar la pared que se halla detrás de una estantería o incluso hasta el fondo de un armario para darle un toque mucho más renovado.
En definitiva, decorar con papel pintado una pared no solo le dará un toque diferente a la estancia, sino que también es muy útil para tapar grietas, desperfectos o cualquier mancha. Hay que tener en cuenta además que el papel pintado para empapelar es muy fácil de lavar y apenas requiere de mantenimiento.
Por último, hay que señalar que se trata de un elemento que combina muy bien con las paredes pintadas e incluso protege la pared de posibles rozaduras u otros desperfectos, sobre todo si tenemos niños en casa. Empapelar una pared con papel pintado tiene numerosas ventajas que van mucho más allá de la mera decoración.