Si tienes un jardín o quieres montar un huerto urbano, debes aprender a hacer germinar las semillas de una forma fácil, eficiente y a ser posible rápida.
Hay varios aspectos que hay que tener en cuenta para germinar las semillas, como por ejemplo que se deben adquirir semillas de calidad. Si eres principiantes seguramente necesites ayuda en el proceso, así que hemos preparado para ti una guía completa que te permitirá dar los primeros pasos en la germinación de semillas y esquejes y que, sobre todo, te ayudará a tener éxito con tu plantación.
Hay muchas personas que una vez conseguido tener flores en su jardín o macetas, las secan adecuadamente para conservarlas siempre, es un arte muy hermoso.
Compra semillas de calidad
El uso de unas semillas de mala calidad puede echar al traste todo nuestro trabajo. Si quieres ver como brotan tus semillas, debes tratar de comprar semillas que tengan al menos dos años de antigüedad y que provengan de un vivero del mismo lugar en el que vas a plantarlas, para evitar que las condiciones climáticas sean diferentes y puedan ocasionar problemas en el crecimiento de la planta.
Si la semillas son para que brote un bonsái, deberemos tener más cuidado con ellas, pues son muy delicadas.
Elige el momento recomendado para plantar
Normalmente, si compramos semillas envasadas, el propio envase nos va a proporcionar mucha información para que el proceso de plantado se realice en la fecha correcta y para que apliquemos la cantidad de luz y de agua que necesitan.
Lee bien esta información y asegúrate de que plantas la semilla en la fecha correcta.
El uso de germinadores
Las semillas mucilaginosas, que son aquellas que al mojarlas generan una especie de gel, como por ejemplo la albahaca, el lino, la rúcula o la mostaza, entre otras muchas, requieren el uso de germinadores, ya que, si no los usamos, lo más probable es que la semilla se pudra al no poder airearse correctamente.
Los germinadores que se suelen emplear de forma más habitual son los platos de germinación. En este tipo de germinadores la base se rellena con agua, y encima va una rejilla sobre la que se colocan las semillas. Otro tipo de germinadores que da muy buenos resultados es el germinador eléctrico, donde las semillas se reparten en bandejas que reciben el agua por parte del germinador eléctrico que se encarga de drenar y regar de forma continua, permitiendo una germinación prácticamente perfecta.
En el caso de que queramos germinar cualquier otro tipo de semilla que no sea mucilaginosa, no es necesario emplear un germinador de estas características, ya que conseguirán desarrollarse en cualquiera, siempre que nuestra intervención sea la adecuada. Pueden germinar en una maceta, un tarro, un semillero, un plato germinador… etc…
El sustrato
Tan importante es elegir unas semillas de calidad, como que el sustrato sea el adecuado, a continuación, os vamos a recomendar unas de las mezclas de sustrato más extendidas para la germinación de semillas: consiste en mezclar arena, compost, fibra de coco y humus de lombriz.
Si no queremos complicarnos preparando el sustrato, podemos comprar alguno de los que se venden ya preparados.
La humedad adecuada
Aplicar a las semillas la humedad adecuada evitará que éstas se pudran, tanto el exceso como el defecto de humedad puede ser fatal para las semillas.
Normalmente si usas un buen germinador con un buen sistema de drenaje, se evitan estos problemas, no obstante, si tienes un germinador en los que se requiere que realices el regado con cierta frecuencia y notas que se están pudriendo tus semillas, el motivo será sin duda que no lo estás haciendo bien y estás aplicando más o menos agua de la necesaria.
La forma de regar más recomendable es la que se realiza con un pulverizador, de forma que se va humedeciendo poco a poco la tierra, como si de lluvia se tratara.
La temperatura adecuada
La temperatura es muy importante también para que las semillas germinen a la velocidad adecuada y lo hagan sin ningún tipo de problema añadido.
Si la temperatura es muy baja las semillas no germinarán o lo harán a una velocidad más lenta de la que corresponde. Por el lado contrario, si la temperatura es muy elevada podemos provocar que se desarrollen microorganismos que pueden hacer que las semillas mueran.
Lo ideal suele ser que la temperatura oscile entre los 15 y los 26ºC.
La luz del sol
Se puede hacer crecer una semilla sin la luz del sol, pero las plantas necesitan luz para vivir bien y para generar clorofila. Debes evitar que la luz se proyecte directamente sobre nuestro semillero o germinador, pero el espacio donde deseemos que se desarrollen debe estar bien iluminado.
Una vez que aparezcan los primeros brotes, ya puedes colocarlos bajo la luz directa del sol.
Consejos generales sobre la siembra de semillas
- No siembres muchas semillas juntas.
- Asegúrate del tratamiento que debes dar a tus semillas. No todas son iguales, por ejemplo, algunas requieren enterrarse a más profundidad que otras.
- Pon etiquetas a las semillas para saber de qué tipo de planta son.
- Ten mucho cuidado con las plagas.
A nuestro huerto de árboles y flores deberemos de darle los cuidados apropiados y oportunos según la estación en la que nos encontremos y las normas particulares de cada especie. No te olvides de podar los árboles adecuadamente.