Las mamparas son un elemento esencial en cualquier baño, tanto si son mamparas de plato de ducha como mamparas de bañera. Evitan que el agua se salga de la ducha, y que podamos tener problemas de humedades en los baños, y lo que es peor, la aparición de los indeseables hongos en el baño.
Las mamparas son cómodas y funcionales, pero es necesario limpiarlas a menudo y mantenerlas secas a diario. De esta manera, acabaremos con el moho o prevendremos su aparición, y también quitaremos la cal y evitaremos que ésta se acumule.
En otro artículo ya vimos cómo limpiar los cristales exteriores e interiores de una casa, ahora nos centraremos en la limpieza de las mamparas del baño. Para ello, hay varias técnicas que funcionan muy bien.
Productos para limpiar la mampara de la ducha
Para limpiar las mamparas de la ducha, necesitaremos varios elementos básicos:
- Un cepillo o un estropajo.
- Lejía con detergente o amoniaco (nunca mezclar, porque son elementos incompatibles que pueden provocar una intoxicación).
- Agua caliente.
Hay especialistas en limpiezas de mamparas y cristales que recomienda utilizar simplemente jabón neutro en lugar de productos más agresivos como la lejía o amoniaco. También se pueden utilizar, como complementos, productos antical, aunque hoy en día hay muchas mamparas que ya se fabrican con un tratamiento antical, que permite que las gotas no dejen marcas en el cristal.
Para limpiar las mamparas de la bañera necesitaremos los mismos productos, solo que su limpieza resultará algo más incómoda para limpiar la mampara por dentro, teniendo especial atención en la silicona de las juntas de la mampara, que es muy susceptible de tener humedades localizadas, y que puedan aparecer hongos.
Cómo limpiar la mampara
Las mamparas de plástico suelen ensuciarse más rápidamente que las de cristal, y resulta muy efectivo limpiarlas con una mezcla de amoniaco, alcohol y agua. Mezclamos bien los tres elementos, y los introducimos en un spray, rociando bien la superficie de la mampara y los carriles inferiores y superiores. Después, pasamos un paño húmedo para limpiarlo, y un paño seco para secar bien la mampara. Con el paño húmedo podemos limpiar la silicona de los carriles, para evitar que puedan aparecer hongos.
Las mamparas de cristal pueden conservarse en mejores condiciones, sobre todo si tienen incorporado productos antical, que repelen las gotas de la ducha. Aunque existen buenos productos de limpieza (amoniaco, lejía con detergente o un jabón neutro) el vinagre es un potente limpiador y un desinfectante natural. Además, no deteriora los elementos del baño. Podemos emplearlo disolviéndolo en agua bien caliente, lo aplicamos sobre la mampara (en spray o directamente con un chorro) y dejamos que actúe unos 10 minutos.
Después, pasaremos un paño húmedo para limpiar bien, y las manchas desaparecerán de forma rápida y efectiva. Se puede repasar el cristal de la mampara con un paño limpio y seco, para que ésta quede más brillante. Si encontramos manchas de cal resistentes al vinagre, podemos mezclar agua caliente con vinagre y bicarbonato de sodio. Aplicamos la mezcla a la mampara, y dejamos actuar durante al menos 20 minutos, para retirar la mezcla con un paño húmedo. Después, podemos pasar un paño seco para terminar de limpiar la mampara.
Otro producto casero que resulta muy efectivo es el zumo de limón, podemos añadir dos cucharadas de bicarbonato a una mezcla de vinagre y agua caliente, y aplicar directamente sobre la mampara. Los resultados de limpieza con inmediatos. Después pasaremos un paño seco y limpio, y la mampara quedará más reluciente.
Consejos para mantener las mamparas limpias por más tiempo
Las mamparas, tanto de cristal como de plástico, se ensucian con facilidad por el goteo del agua constante y diario de la ducha. Lo más recomendable es secarlas diariamente después de la ducha, para que se mantengan limpias por más tiempo.
Podemos utilizar un paño seco para limpiar las gotas, pero resulta mucho más cómodo emplear una espátula de goma de las que se usan para limpiar cristales habitualmente. Si lo hacemos después de cada ducha, no quedarán restos de agua y de jabón, y la mampara quedará limpia por más tiempo.
Si además rociamos con zumo de limón cada dos o tres días, evitaremos que aparezcan bacterias. Otro problema es el moho. Conviene que las mamparas no estén húmedas, y además de limpiarlas y secarlas, debemos mantener el baño ventilado después de utilizar la ducha, para que la humedad no se acumule y pueda aparecer moho, que es lo más difícil de quitar. Para evitar que se forme moho en la bañera o en la ducha os compartimos un artículo sobre cómo quitar el moho y evitar que aparezca.
Por otro lado, hay que recordar que haciendo un mantenimiento diario donde sequemos la mampara después de cada ducha, la mantendremos limpia por más tiempo.
Además, ventilar el baño es fundamental para evitar focos de humedad, sobre todo en la ducha. También podemos aprovechar y limpiar con un paño húmedo las juntas de silicona, en las que también pueden aparecer hongos, después de la ducha, para prevenir su aparición.