Dos son las razones principales por las que ahorrar energía en el hogar: ahorrar en las facturas de calefacción y electricidad y proteger el medio ambiente. Hoy tenemos a nuestro alcance un buen número de medidas para fomentar el ahorro energético en casa. Dependiendo de cada uno, podemos optar por un método u otro, pero todos ellos son muy sencillos y eficientes de llevar a la práctica.
1. Establecer unas rutinas de ahorro diarias
Para ahorrar energía, a veces no es necesario tomar medidas drásticas en el hogar. Podemos establecer unas sencillas rutinas de ahorro diarias: apagar las luces y los electrodomésticos cuando no se necesitan, secar la ropa a mano en vez de usar la secadora, lavar los platos a mano y no usar el lavavajillas, instalar un termostato para controlar la temperatura en el hogar, etc.
Otras rutinas diarias que se pueden llevar a cabo son: aprovechar más la luz natural, tapar las sartenes y las ollas al cocinar, aprovechar el calor residual del horno y la vitrocerámica, planchar la ropa de una sola vez, evitar mantener abiertos el congelador y la nevera, etc.
2. Instalar un termostato programable
Un termostato programable se puede configurar para que apague o reduzca de forma automática la calefacción o la climatización mientras dormimos o estamos fuera de casa. El termostato se encarga de eliminar el uso innecesario de la energía. Suelen venir en diferentes modelos que se pueden adaptar y configurar a las necesidades de cada hogar.
El termostato nos servirá para mantener la temperatura de la casa entre los 19 y 21 grados centígrados. Por cada grado más que se incremente la calefacción supone un incremento económico del 7% en el consumo.
3. Sustituir las bombillas
Las bombillas incandescentes tradicionales consumen una cantidad excesiva de electricidad, por lo que hay que reemplazarlas por otras que sean más eficientes. Las bombillas incandescentes halógenas, las luces fluorescentes compactas (CFL) y las luces LED consumen entre un 25% y un 80% menos de electricidad y duran de 3 a 25 veces más que las bombillas tradicionales.
Aunque este tipo de bombillas más eficientes son más caras que las tradicionales, el ahorro energético que producen y el hecho de que duren más hacen que la inversión sea mucho más rentable a medio y largo plazo. Todo ello sin olvidar que son bombillas más sostenibles con el medio ambiente.
4. Apagar los aparatos en stand-by
Conocido también como el consumo silencioso, el stand-by es aquella situación en la que vemos una luz LED de color rojo en ordenadores, televisores, equipos electrónicos, aire acondicionado, etc. Si desenchufamos estos aparatos directamente de la red eléctrica podemos ahorrar un 10% en energía.
5. Comprar electrodomésticos eficientes
Los electrodomésticos son responsables aproximadamente del 13% del consumo total de energía en el hogar. Al comprar un electrodoméstico, hay que prestar especial atención no solo a su precio, sino también a su eficiencia energética. Aunque por lo general, los electrodomésticos más eficientes son también más caros, a la larga pueden suponer entre un 10% y un 25% de ahorro energético en la vivienda.
Al comprar un electrodoméstico de bajo consumo, hay que buscar aquellos que dispongan de su etiqueta identificativa de producto eficiente. Una lavadora de este tipo puede consumir un 25% menos de energía y un 45% menos de agua que las convencionales, mientras que un frigorífico puede consumir hasta un 10% menos de energía.
6. Ahorrar energía con el frigorífico
Al estar encendido durante la mayor parte de su vida útil, es necesario comprar un frigorífico eficiente para ahorrar energía. En este sentido, hay que tener en cuenta que a mayor tamaño del frigorífico mayor consumo, por lo que conviene seleccionar un tamaño acorde a las necesidades del hogar. Aquí es importante también tratar de mantener la nevera llena para ahorrar energía.
La temperatura adecuada del frigorífico debe estar entre los tres y los cinco grados centígrados. No debemos colocar la nevera junto a fuentes de calor como el horno, la lavadora o el lavavajillas. Por último, hay que mantener la puerta abierta lo menos posible y descongelar la comida dentro de la nevera para aprovechar el frío que desprende.
7. Ahorrar energía con la lavadora
La lavadora es otro de los elementos que más energía consume dentro del hogar. Para paliar esta situación, en la medida de lo posible hay que elegir los programas de lavado a menor temperatura o el lavado en frío. Además, es recomendable comprar una lavadora que consuma la menor cantidad de agua posible.
A su vez, es también muy aconsejable que la lavadora disponga de tomas diferenciadas para el agua fría y la caliente. Por otro lado, hay que evitar los programas de prelavado y usar los programas de lavado más cortos. Por último, es necesario utilizar la lavadora cuando esté cargada y emplear las dosis justas de detergente.
8. Instalar ventanas eficientes
Las ventanas son una fuente importante de pérdida de energía en casa, llegando a suponer entre el 10% y el 25% de la factura total en calefacción. Para evitar la pérdida de calor, podemos reemplazar las ventanas por otras más eficientes y que dispongan de un mejor aislamiento térmico.
En las zonas más frías, las ventanas con revestimientos de baja emisividad pueden reducir los gastos en calefacción. En climas más cálidos, por su parte, las ventanas eficientes minimizan la pérdida de calor y disminuyen la cantidad de sol que entra a la vivienda, hasta el punto de poder ahorrar unos 100 euros al año en energía.
Estas son solo algunas de las medidas más eficientes que podemos poner en práctica para ahorrar energía en el hogar. A partir de aquí, solo habrá que escoger las que mejor se adapten a nuestras necesidades.