Si buscas una receta original, sabrosa y fácil de preparar las patatas aplastadas al horno, serán ideales para ti. Además, estas patatas aplastadas se elaboran únicamente con 6 ingredientes, por lo que podrás hacerlas con ayuda de los más peques de la casa.
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Si buscas un plato crujiente por fuera, pero sabroso por dentro. Prueba con la receta de patatas aplastadas al horno que tenemos para ti. Hay que destacar que podrás adquirir los ingredientes en cualquier supermercado de confianza, ya que son muy económicos y fáciles de encontrar. De hecho, si tienes que preparar un plato para estas Navidades, seguro que te decantas por unas buenas patatas aplastadas, pues son realmente deliciosas cuando las cueces y las horneas.
¿Sabías que con la receta de patatas aplastadas estarás ahorrando energía y tiempo? Si no tienes un machacador de patatas, es hora de que compres uno. Aunque también podrás utilizar un tenedor convencional para aplastar las patatas y que queden crujientes tras el horneado.
¿Por qué es importante consumir patata?
La patata aporta más calorías que otros vegetales y proporciona innumerables beneficios para el ser humano.
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De hecho, es un alimento rico en carbohidratos y aunque el 75% de su composición es agua, se caracteriza por estar compuesta de:
- Vitamina C.
- Vitamina B.
- Ácido fólico.
- Magnesio.
- Hierro.
- Fibra.
Por otro lado, la patata sirve para:
- Combatir las enfermedades cardiovasculares.
- Reducir la presión arterial.
- Disminuye los niveles de homocisteína.
- Mejora las inflamaciones.
- Ayuda con la renovación celular.
- Favorece al sistema nervioso.
- Reduce el estrés.
- Mejora los problemas estomacales.
- Ayuda con la acidez.
- Regenera la piel.
Sin embargo, todas estas propiedades se pierden si se elabora la patata de forma incorrecta.
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Cuando fríes patatas, en realidad, pierdes la mayor parte de sus propiedades beneficiosas. De hecho, la mejor forma de consumir patata es cocida o al vapor, ya que mantiene todos sus nutrientes.. Por este motivo, realizar la receta de patatas aplastadas al horno, no es solo una forma fácil de disfrutar de un plato delicioso, sino que, además, es una forma de conservar sus nutrientes más saludables.
De esta forma, te recomendamos que acompañes tus patatas aplastadas al horno con verduras, ya que es la mejor manera de evitar grasas indeseadas.
¿Sabías que cocinando las patatas de esta manera podrán disfrutar de ellas las personas veganas?
Pasos para elaborar patatas aplastadas al horno
A continuación, te mostramos un vídeo con los pasos que debes seguir para elaborar la receta de patatas aplastadas.
- En primer lugar, busca una olla que sea honda y llénala con agua.
- Coloca la olla en los fogones o la vitrocerámica y obsérvala hasta que llegue al punto de ebullición.
- Cuando el agua esté hirviendo, introduce las patatas sin pelar en la olla. Sabrás que lo has hecho correctamente cuando el agua cubra las patatas levemente.
- Ahora deja que las patatas estén 20 minutos en la olla a fuego medio para que queden tiernas y jugosas.
- Mientras tanto, pon el horno a calentar a 230 grados.
- Coje una bandeja de horno y cúbrela con papel de hornear.
- Cuando las patatas estén listas, colócalas sobre el papel de horneado de tu bandeja de horno y machaca tus patatas. Puedes utilizar un machacador de patatas específico y si no tienes, utiliza el culo de un vaso o un tenedor de cocina.
- Una vez que las tengas aplastadas, echa un chorrito de aceite de oliva virgen sobre las patatas, así como el resto de ingredientes.
- Introduce la bandeja en el horno y hornéalas durante 20 minutos. Sabrás que están en su punto cuando estén doradas.
- Finalmente, rocía tus patatas con perejil picado o cualquier otra especie que te guste.
- Si has hecho bien la receta, podrás consumirlas durante un tiempo aproximado de 5 a 7 días. Siempre y cuando las conserves herméticamente cerradas en el frigorífico.
Beneficios de consumir patatas con piel
La receta de patatas aplastadas al horno se debe hacer con piel porque contiene fitoquímicos. De hecho, los fitoquímicos ayudan a destruir las células malignas que causan cáncer. Por otro lado, la piel de la patata aporta ácido clorogénico, por lo que puede llegar a destruir tumores.
Hasta las personas que tienen alto el colesterol pueden reducir consumiendo las patatas con piel. Quizá se deba a que la patata contiene polifenoles y glicoalcaloides que ayudan a eliminar el exceso de lípidos de las arterias.
Por este motivo, la piel de patata sirve para combatir algunas enfermedades cardiacas. Y si a todo eso, le añadimos que la piel de patata ayuda a realizar correctamente la digestión, se convierte en el alimento estrella de nuestra dieta diaria.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que no es recomendable consumirla en grandes cantidades, pues de lo contrario, podría provocar acidez y reflujos indeseados.
¿Cómo saber si la piel es óptima para el consumo?
Es bueno comer la piel de patata siempre que esté frita, cocida o al vapor. Pero no todas las pieles de patata son óptimas para el consumo. De hecho, si ves que la piel de patata tiene una coloración verdosa o han empezado a salirle brotes es mejor que la descartes, pues podría ser tóxica para el consumo.
Esto se debe a que la patata cuando adquiere esa coloración, es porque contiene solanina y actuaría como un pesticida natural, en nuestro cuerpo. De hecho, si la ingieres tendría un sabor amargo.
Finalmente, destacar que la parte interna de la patata sí que se puede consumir, aunque por fuera sea de ese color verdoso. Sin embargo, lo más recomendable es lavarla minuciosamente para eliminar posibles restos.