Uno de los errores más comunes de las mujeres es tratar la higiene de la vagina como tratarían la higiene de cualquier otra parte del cuerpo, cuando la realidad es que debemos proporcionarle unos cuidados diferentes.
No nos olvidemos que en la actualidad es muy común coger infecciones como la Clamidia si no tenemos cuidado en las relaciones de pareja.
Vamos a darte unas cuantas recomendaciones para que mantengas tu vagina sana y cuidada teniendo en consideración todos los aspectos importantes.
La importancia del pH en la vagina
El pH vaginal indica cual es el grado de acidez de la mucosa de la vagina, es decir cual es la concentración de hidrógeno. Podemos decir que adquiere un valor neutro cuando toma valor 7, un valor ácido cuando es inferior a 7 o alcalino cuando supera esta cifra. El pH vaginal cambia a lo largo de la vida de una mujer y es muy importante tenerlo en cuenta:
- Antes de la primera regla: el pH toma valores entre 6,8 y 7,2.
- Durante la menstruación: toma los mismos valores que durante la infancia, entre 6,8 y 7,2.
- En los días antes de la menstruación: entre 3,8 y 4,2.
- El resto del ciclo: entre 4 y 5.
- Durante el embarazo: algo menos a 4.5
- Durante la menopausia: valores próximos a 7.
El hecho de tener un pH u otro afecta a los productos de higiene íntima que debemos adquirir, nuestro objetivo es mantenerlo en niveles adecuados para evitar infecciones, por tanto, debemos tratar de usar productos que no alteren nuestro pH, por ello no sirve cualquier gel o jabón para lavarnos la zona genital.
Para medir el pH puedes comprar tiras de tornasol en la farmacia. Podrás comprobar la acidez del pH del flujo vaginal, dependiendo del color al que cambie la tira nos indicará que tenemos un pH u otro. La correspondencia entre el color y el pH viene en el envase de las propias tiras.
La higiene íntima durante la infancia
Es fundamental que las madres revisen que la higiene de sus hijas es correcta y al mismo tiempo deben enseñarle para que ellas mismas sean capaces de cuidar su propia higiene íntima.
Cambiar las prendas interiores a diario, limpiarse tras orinar o defecar de delante hacia atrás y utilizar jabones de pH neutro es básico. Por otro lado, sería conveniente también que prestáramos atención a la posición adecuada cuando se sientan en el inodoro: debe tener las piernas ligeramente separadas y levantadas, para lo cual es conveniente usar un taburete que permita elevar los pies favoreciendo la postura.
La menstruación
Cuando una mujer tiene la menstruación el pH vaginal se altera, reduciendo su acidez y por este motivo puede favorecerse que las bacterias proliferen aumentando el riesgo de infecciones vaginales. Hay que tratar de mantener la zona limpia, pero sin pasarnos, ya que podemos eliminar la flora vaginal.
El embarazo
Si en general el cuidado de la vagina es fundamental para no sufrir problemas de infecciones u hongos entre otros, durante el embarazo es más importante aún, pues puede acarrear otros problemas como un parto prematuro o en casos más extremos incluso puede provocar la muerte del bebé.
La menopausia y la vagina sana
Durante la menopausia se reduce la segregación de mucosa debido a que ya no se segregan ciertas hormonas, por tanto, la zona de los genitales está menos protegida y es más fácil que se puedan producir infecciones de orina.
Al llegar la menopausia es recomendable que nos lavemos la zona genital dos veces al día empleando jabones especiales y tener, más que nunca, especial cuidado de limpiarnos siempre de delante hacia atrás.
La menopausia no quita tener todo el sexo que se desee, pero deberemos seguir utilizando preservativos, no como medios anticonceptivos, sino para evitar infecciones.
Las infecciones vaginales y su prevención
Una higiene adecuada y el mantenimiento del pH en los valores correspondientes puede prevenir que sufras infecciones vaginales.
Normalmente cuando tenemos infección vaginal sufrimos una serie de síntomas como picor o ardor al orinar, notaremos mal olor en el flujo vaginal y dolor durante el coito o incluso sangrado.
En este caso es necesario acudir al médico cuanto antes para asegurarnos de que se trata efectivamente de una infección y no de una de las enfermedades de transmisión sexual
ya que a veces pueden confundirse los síntomas y, por otro lado, en caso de que nos diagnostiquen la infección, para que nos sometamos al tratamiento adecuado.
Consejos generales para mantener una vagina saludable
- Lava bien las manos antes y después de ir al baño.
- Usa jabones especiales para la higiene íntima.
- Cambia la ropa interior a diario.
- Usa ropa interior de algodón y que cubra toda la zona, es decir, evita el uso de tangas si es posible o haz un uso de ellos reducido.
- Cambia las compresas o los tampones con frecuencia. No estés sin cambiarlos por más de cuatro horas seguidas.
- Utiliza preservativo en las relaciones sexuales.
- Si utilizas tampones utiliza el tamaño que sea acorde a la cantidad de flujo, lávate bien las manos antes de retirarlo o de ponerlo y no duermas con tampón, utiliza preferiblemente compresas de noche.
- Evita llevar ropa muy ajustada.
- Evita las duchas vaginales.
- Evita los baños con burbujas, elige la ducha para tu higiene general y sécate bien al salir.
- La zona perineal debe limpiarse de delante hacia atrás, para evitar que las bacterias de la zona anal pasen a la vagina y la uretra.