Para disponer de un buen estado de salud es preciso que nuestra tensión arterial se sitúe en unos niveles adecuados. Esto asegurará el adecuado suministro de sangre a los distintos órganos del cuerpo.
[Consejos para reducir la hipertensión de forma fácil y natural]
Resulta complicado definir lo que es la tensión arterial, pero puede considerarse como la fuerza que el flujo de la sangre ejerce sobre las paredes de las arterias cuando se remite desde el corazón. Con cierta regularidad es preciso hacer unos controles de estos valores para certificar que la función de distribución de la sangre, con nutrientes y oxígeno, se lleva a cabo de una forma adecuada.
En el caso de que los niveles no sean los correctos, siempre existe el riesgo de sufrir algún tipo de enfermedad de cierta gravedad que suele estar asociada al corazón y al cerebro.
Dos parámetros para medir la tensión
La presión arterial se mide por medio de dos parámetros. Por un lado se encuentra la tensión sistólica, que es la que se ocupa de medir el flujo sanguíneo cuando el corazón bombea hacia las arterias. Por su parte, la presión diastólica es la tensión que existe entra cada uno de los latidos del corazón.
En los mayores de edad, los niveles más aconsejables de tensión arterial sistólica varían en función de cada persona. Por lo general se colocan de media en torno a los 120 mm HG. En la diastólica deben rondar los 80 mm Hg.
Por lo tanto, cuando la tensión arterial sea inferior a los 90/60 mm Hg supondrá que tendremos la tensión baja, mientras que cuando sea superior a los 140/90 mm Hg el paciente sufrirá de hipertensión. En cualquier caso, la Fundación Española del Corazón establece que cuando los niveles de la tensión arterial ronda entre los 120/80 mm HG y los 139/89 mm Hg se pueden considerar como unos valores normales-alto, pero no obstante habría que estar muy pendiente de ella y vigilarla.
Cuándo se detecta al paciente hipertenso
Es muy complicado identificar a la persona hipertensa, sobre todo porque en la mayor parte de las ocasiones no presentan ningún tipo de síntoma. Incluso es posible que alcance unos niveles exagerados, pero no sea consciente de ello.
Cuando se llegue a unos niveles de presión arterial de 200/120, que están considerados muy altos, no será precisa la atención sanitaria urgente. Otra cosa bien distinta es cuando vaya acompañado por problemas cardiovasculares graves, como puede ser un ictus, infarto de miocardio o edema de pulmón. En ese caso habría que ponerse en manos de especialistas lo antes posible.
Aquellos que no presenten estos contratiempos de salud, sí que deberían pensar en solicitar cita con el facultativo para que estudien su situación y determinen cuál puede ser el tratamiento más adecuado.
Los valores más recomendados para cada edad
Los profesionales de la medicina manejan una serie de valores orientativos en lo que se refiere a la tensión arterial. No obstante, los niveles más correctos variarán según la edad y el género, además de sufrir una variación constante con el paso de los años. No se considera una ciencia exacta ya que depende en gran medida de las características de cada persona.
A continuación te mostramos los niveles normales de tensión arterial sistólica/diastólica:
- Mayores de 60 años: 140/90 mm Hg.
- Entre 20 y 60 años: 120/80 mm Hg.
- Entre 14 y 19 años: 117/77 mm Hg.
- Entre 6 y 13 años: 105/70 mm Hg.
- Entre 1 y 5 años: 95/65 mm Hg.
- Durante el primer año: 90/60 mm Hg.
Para que nuestra salud no se llegue a resentir en ningún instante es preciso controlar la hipertensión. En el caso de no conseguir estabilizar sus niveles siempre se corre el riesgo de que se acaben produciendo lesiones en el corazón, cerebro, riñones y ojos.
Estas patologías llegan a alcanzar unos niveles de gravedad muy diferentes, llegando incluso a provocar una invalidez o el fallecimiento. De ahí que sea recomendable permanecer muy atentos a los valores de tensión arterial a cualquier edad.
Consejos para conseguir una toma exacta de la presión arterial en casa
Hoy en día cualquier persona puede tomarse la presión arterial en su casa, sin necesidad de desplazarse al centro de salud. Para que estos controles resulten lo más fiables posibles es necesario que previamente se haya verificado la precisión del dispositivo. Acude con el aparato a tu médico para que lo supervise y observe el uso que le das.
En lo que se refiere a la medición, debe hacerse un par de veces al día. La primera será por la mañana, antes de ingerir cualquier alimento o medicación, mientras que la segunda se llevará a cabo por la tarde. Es preciso que para asegurarte de que las tomas sean precisas te hagas dos o tres mediciones. Sería aconsejable tomarse la presión arterial a la misma hora siempre.
Antes de medir la tensión deben evitarse los alimentos, pero también el tabaco, la cafeína y el alcohol durante los treinta minutos anteriores. Es preciso acudir al baño, ya que la vejiga llena puede incrementar la presión arterial.
Para hacer la medición es preciso que te sientes tranquilo, con una posición cómoda de las piernas. No pueden estar cruzadas y la espalda debe mantenerse apoyada en el respaldo. Procura estar lo más relajado posible, sin pensar en detalles que puedan preocuparte.
El brazo que se debe utilizar para hacer la toma debe ser siempre el mismo. El brazalete debe ponerse directo sobre la piel, nunca sobre la ropa.