Hedi Slimane fue el precursor en elevar a la categoría de artista a los tatuadores. Corría el año 2011 y su etapa muerta (todo al negro) entre la dirección creativa de Dior Homme e Yves Saint Laurent le permitía experimentar. A través de su Rock Diary mostraba al mundo las nuevas corrientes. El new gotic estaba a punto de convertirse en mainstream. Desde entonces la ascensión ha sido fulminante. Los tatoo artists se han convertido definitivamente en los nuevos actores.
Kat Von D con dos realities americanos a sus espaldas seguidos por decenas de millones de espectadores lo sabe. Así, su entrada en la madrileña plaza de Callao fue jaleada al unísono por más de mil fans. La primera reacción espontánea fue saludar a la primera fila de chicas góticas convertidas en groupies por una noche.
Los selfies, gritos, jaleos y labios negros con maquillajes más propios de Halloween sucedían imparables. El photocall se vislumbraba intenso pero Kat Von D volvía a dar ejemplo de profesionalidad extrema y posaba siempre pendiente de los fotógrafos y las cámaras. Estuvo más pendiente de saludar a todas sus fans que incluso de posar en el video mapping facial para el que se había citado a los medios.
Poco minutos después enseñaba al que suscribe el tatuaje de su padre: “sin duda el que más cariño tengo”, declaraba. Una cara de ángel y raya a un lado cubre por completo su antebrazo. “Me gusta todo de España. La elección para presentar aquí mi maquillaje era clara”, afirmaba la artista. Pese a lo que se pueda suponer, Kat encuentra mil motivos por los que no tatuarse: “Tienes que estar muy seguro. Si no te apasiona la historia del tatuaje mejor no te lo hagas”, afirmaba tajante en exclusiva para EL ESPAÑOL.
Al otro lado de la moqueta negra las verdaderas actrices hacían su corrillo antes de la pose: Pilar Rubio atendía tarde a los medios con un embarazo latente. Marina San José nos transmitía las ganas de poder ver a sus padres en el concierto-cierre de su gira. Ana Belén y Víctor Manuel se rodearan de amigos este viernes en su último concierto en el Palacio de los Deportes de Madrid. Laura Pamplona, Marisa Jara y Natalia Rodríguez se dejaban querer. Raquel Meroño nos confesaba que este verano su marido Santi Carbones inaugurará la terraza playera más cool de Tarifa.
En el interior, los Cines Callao ardían en expectación. Najwa Nimri pinchaba jazz metal mientras mostraba a EL ESPAÑOL su escote tatuado. Prepara junto a su amigo Carlos Jean nuevo disco. Algo muy personal que mostraran en conciertos muy íntimos.
Primer video mapping facial del mundo
Para lo que habíamos sido convocados estaba a punto de suceder. Un video mapping con el holograma real de la cara de Kat Von D aparecía en directo. La artista giraba el rostro mientras lo último en video mapping se reflejaba en ella. Tatuajes tribales, rosas que florecían inmediatamente en sus pómulos y una noche estrellada con espadas láser eran proyectados en cuestión de segundos en su cabeza. Tal y como nos explicó Julio Obelleiro, dueño de Wildbytes, empresa responsable de la instalación corporal: “Es la primera vez en el mundo que se crea un video mapping facial. Hubo uno anterior en Japón pero, no fue en directo. Es un gran privilegio poder enseñar este trabajo en nuestro país”
La gama de productos de la tatuadora que venderá en exclusiva Sephora augura éxito de ventas. Kat Von D Beauty ha superado en ventas a marcas consolidadas en los Estados Unidos. Samuel Miranda, maquillador, explicaba la línea: “Es una colección muy intensa y de calidad. Los pinceles contienen más cerdas que ninguno para que la fijación sea rápida con una sola pasada. Hay bases especializadas en tapar tatuajes.”
Kat ha prohibido la utilización de ensayos en animales y de parafinas. La vegana “defensora de la naturaleza” quiere que todos los productos que la rodean sean un fiel reflejo de su estética. Sin duda, serán amables.