La modela mejor pagada de los noventa publica biografía al borde del medio siglo. “El consumidor es el que tiene el poder de elegir. Su criterio, y su cartera, serán los culpables de encumbrar una vida saludable o no”, deja caer la modelo y actriz. Cindy descubre, a través de un capítulo entero de su autobiografía, como sus propias curvas obligaban a todo tipo de dietas.
Sus fotógrafos amigos fueron sus grandes aliados. Richard Avedon guió su carrera y le aconsejó qué tipo de belleza convenía más a la top. “Es curioso como mi cara, la zona de todo mi cuerpo que más inseguridad me creaba, se convirtió en reclamo”, esta declaración unida a la riada de nuevas jovencitas más esbeltas no amedrentaron a Cindy. No lo tuvo fácil en su infancia debido a sus orígenes humildes ennegrecidos por la muerte de su hermano pequeño, cuando ella contaba con apenas ocho años. Mediante su ambición y arranque consiguió salir adelante.
El único momento de verdadera flaqueza lo compuso su sonado divorcio de Richard Gere. Se casaron en Las Vegas en una pequeña ceremonia presenciada por un pequeño grupo de amigos. “Mientras me encontraba en un lavado de coches escuché en la radio como el DJ anunciaba mi boda. Era al día siguiente. Fue todo surrealista”, escribe Cindy Crawford en Becoming. Cuatro años después: “¿qué buscas una media naranja o un padre de familia?”, escucha esta y otras preguntas desde la chaise longe de su psicólogo. La pasión que puso la modelo en la relación, su idealización de la misma y los diecisiete años de diferencia abocaron al divorcio de la pareja ideal.
El éxito y el triunfo de su imagen por todo el mundo iban de la mano. En Noruega procedieron a retirar uno de sus anuncios debido al aumento en un 300% de los accidentes de tráfico en el mismo tramo y se convirtió en la primera top model seria portada de Playboy. Casada con Rande Gerber, el empresario de locales nocturnos más relevante de Estados Unidos. Tiene dos hijos, Presley Walker y Kaya Jordan, que a sus dieciséis y catorce años, juegan con la fotografía y el modelaje.
Karlie Kloss y Lena Dunham portan la sudadera con su nombre fabricada por Reformation.
No hay mejor autobombo. Agotó existencias en 2013 y vuelve con fuerza para la publicación de su libro. Otro éxito en la empresa Cindy Crawford.