El arte estandarizado como la nueva torre de Babel aglutina los patrimonios estrastoféricos. Las compras telefónicas y la fibra óptica amparan, en ocasiones, el anonimato y la cantidad invertida. Artnews descifra los doscientos coleccionistas de arte más poderosos del mundo.
El listado sigue un riguroso orden alfabético, casualmente no numérico. Empresas tecnológicas, mucha moda, belleza, banqueros, farmaceuticas y algún que otro heredero la integran. Aquí los 'más artísticos':
El califato de Catar no se deja amedrentar por la cifra. La princesa Sheikka Al-Mayassa bint Hamad bin Khalifa Al-Thani, hermana del Gran Califa, compró Los Jugadores de Cartas de Paul Cézanne por 200 millones de euros. El cuadro más caro del mundo. Hasta 2013... La Autoridad de los Museos de Catar, ¿le suena?, adquirió Nafae faa ipoipo de Gaugin por 300 millones. Récord conseguido. Se estima una inversión de 700 millones al año. ¿Cómo no girar la vista hacia Catar?
Francesca Thyssen-Bornemisza, hija del barón, representa una de las sagas familiares más poderosas del arte. Su tatarabuelo amasó una fortuna con el carbón y el acero. Derroche, duro trabajo y guerras (I y II GG.MM y la Guerra de los Balcanes) marcaron el transcurso de las obras de arte del patrimonio familiar. Francesca emparejada con la familia real austriaca aprendió desde niña como invertir y no caer en el intento.
MAC, Clinique, Bobbi Brown, La Mer... Gracias a su cara bonita Leonard Lauder creó Estéé Lauder. El presidente de las empresas que más facturan en belleza está fuertemente ligado con el arte: consiguió su trabajo soñado cuando fue nombrado presidente del Whitney Museum of American. Sus donaciones siempre son generosas. 131 millones al Whitney y 22 al Metropolitan de Nueva York. Seguro que lucían más guapos después del efecto cash.
El oligarca y dueño del Chelsea, Roman Abramovich, aparece en la lista de la mano de su joven (y también rica heredera del petroleo), la rusa Dasha Zhukova. Woody Allen y Stella McCartney acapararon los flashes en la inauguración de su Garage Museum en pleno centro moscovita.
Leonardo DiCaprio no solo se encarga de protagonizar las películas de Martin Scorsese y ligar con Gisele Bünchen, Bar Rafaeli o Toni Garrn. Suele ser asiduo a Basilea (Suiza) en junio. Le influye Art Basel y se nota en su colección. Empezó con Jean-Michel Basquiat al que siguieron picassos, murakamis y peytons. Eligió Chistie's para una de sus recaudaciones benéficas para su fundación ecológica.
La moda es el sector que más coleccionistas congrega. La Fondazione Prada alberga, en sus respectivos palazzos, en Milán y Venecia instalaciones de Louise Bourgeois o Dan Flavin. Miuccia Prada prosigue la conversión de su universo artístico. La última inclusión ha sido la cafetería creada por Wes anderson, ex profeso para el museo. El clan francés está representado por François-Henri Pinault con su Palazzo Grassi en Venecia y Hélène y Bernard Arnault con la archiconocida Louis Vuitton Fondation.
Ningún español conforma la lista pictórica por excelencia. Solo Madrid aparece como residencia de la venezolana Ella Fontanals-Cisneros. Su casa de Chamberí (Madrid) lo atestigua. Le pirria Art Basel Miami pero, la dueña de la embotelladora de Pepsi Venezuela, siempre busca nuevo talento en su Cuba natal.
Por supuesto, las grandes fortunas como Carlos Slim y Paul Allen (el otro dueño de Microsoft) están presenten. La familia Botín puede que encuentre hueco cuando nutran al edificio que diseña Renzo Piano para la Fundación Botín en Santander. Por el momento, ni rastro de Amancio Ortega o Rafael del Pino. Christie's o Sotheby's puede que esperen llamada o email en breve.