La Reina Doña Letizia ha presidido en la Escuela Nacional de Policía de Ávila, el acto de entrega de la Bandera de España. Un acto solemne en el que cabe destacar dos cosas de la monarca: su oratoria en el discurso y su look sobrío con un Felipe Varela que desde hace tres años cuelga de su armario.
"Este país os necesita y os aprecia. Sois garantes de las libertades públicas y de la seguridad ciudadana. Sois más de setenta mil hombres y mujeres movidos por vuestra entrega y dedicación profesional al servicio público, a todos los ciudadanos españoles", recalcó la Reina.
Ha querido recordar a los que perdieron la vida cumpliendo su deber, "especialmente a los que han sido víctimas de la violencia terrorista. La entrega de la enseña nacional simboliza, sobre todo, un reconocimiento al trabajo, a menudo silencioso, de ese cumplimiento impecable de vuestra labor", añadió.
La monarca lució un vestido blanco de Felipe Varela realizado en crepé de lana con motivos florales en gris y beis rematado en blonda; un modelo de manga larga con botonadura vista frontal y un fajín. Lo adquirió en 2012 para el premio Cervantes y desde entonces lo ha lucido hasta en cinco ocasiones. Se ha calzado unos salones de ante gris de Magrit.
Una vez más, ha renunciado a la tradicional mantilla y al color negro que sí usó en algunos actos de la Guardia Civil. La decisión de enterrarla ha sido suya propia. Fuentes oficiales señalan que no se rompe el protocolo. Lo que hubiera sorprendido es que la llevara, puesto que queda patente que este cambio en aras de la modernización de la Corona, ha calado. Lo que han resaltado todos los presentes ha sido el gran discurso que ha ofrecido. ¿A quién le importa la mantilla?