El pasado lunes Joaquín Martín, concejal del Partido Popular por la localidad de Pizarra, en Málaga se hizo más popular que en toda su corta trayectoria política. Y todo, gracias a que Rajoy, su líder y candidato del PP a la reelección el próximo 20 D, se hizo una foto con él y aprovechó para pedir el voto de la cultura hípster.



La pena es que Joaquín, más que hípster es madridista, adicto a romerías, amante de los toros y miembro de la Hermandad del Santo Entierro de su localidad, tal y como detalla Eduardo Suárez en su crónica de EL ESPAÑOL.

¿Tuvo un lapsus Rajoy? y confundió la cultura hípster con la moda de la barba poblada. “Dejarse crecer la barba y hacerse un corte de pelo “modernuqui” uno no es o deja de ser hípster. Viendo la cronología de Joaquín bien poco podemos asociarle a esta cultura o subcultura que muchos denominan”, aseguran desde Cultura Hípster a EL ESPAÑOL.

Es evidente que el candidato popular no conoce bien cómo es el estilo de vida de los que defienden esta cultura. “Son estilos de vida saludables, gustos musicales más bien definidos, pasión por la cultura (el querer conocer siempre más gente), estar a la última en lo que a tecnología se refiere, adelantarse a las modas…”, defienden desde Cultura Hípster.

“Lo que no se puede hacer es coger a un chico y porque lleve barba decir que es hípster, sobre todo porque yo conozco verdaderos hípsters que votan al PP y otros muchos que no. Es ofensivo que reduzca nuestra cultura a una barba”, asegura indignado un auténtico hípster.

También los hombres con barba están alertados, no se imaginaban jamás que algo que ellos hacen por comodidad, les convertiría en nicho electoral. Claro que teniendo en cuenta que cerca del 50% de los hombres españoles tienen barba, no es de extrañar que el candidato popular haya visto en ellos un filón de votos.

“Que la barba este de moda, no significa que todos los que la lleven sean hípster. Más bien, porque transmite masculinidad y a las chicas les gustan más los hombres con ella”, aclara Carlos Gómez, estilista. 

En los primeros años de la democracia, la barba era símbolo de los políticos de izquierda, sin embargo, en la actualidad no tiene ninguna connotación ideológica.

Chaves con barba canosa resulta un madurito interesante EFE

Además de Rajoy, hay otros políticos veteranos como Rubalcaba, Almunia, Chaves, Griñán, Arias Cañete que siempre han llevado barba. O Borja Sémper, Pablo Iglesias, Alberto Garzón, entre los dirigentes más jóvenes que la lucen sin ser hípster.

Borja Sémper es uno de los jóvenes políticos que apuestan por la barba PP

En unos meses quizás surjan encuestas que analicen cuántos hombres con barba han votado al PP o cuántos se la han afeitado, precisamente porque no quieren que se les asocie con el candidato popular. Si Pablo Iglesias no ha conseguido poner de moda la coleta entre el público masculino ¿conseguirá Rajoy poner la barba entre su electorado?

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