A Ana María Tejeiro, esposa de Diego Torres, es la que más está acusando la presión del proceso judicial por el caso Nóos, en el que esta imputada. Durante la primera sesión el pasado 11 de enero, se pudo apreciar su notable cambio físico desde que empezó el proceso. A sus 47 años, su rostro ha perdido frescura y ha ganado algo de peso en apenas un año.
Este martes en la segunda sesión del juicio que se celebra en el polígono de son Rossinyol ha acudido con su habitual abrigo tres cuartos negro de lana y su bolso marrón colgado al hombro. Más maquillada que la primera sesión, pero ha llamado la atención un gesto, y es que ha huido de su marido durante todo el paseíllo de entrada. Acostumbrados a verles juntos e incluso cogidos de la mano, Ana María ha preferido entrar junto a su abogado Manuel González Peeters y Diego por su lado solo. ¿Está pasando factura el juicio al matrimonio?
Fuentes cercanas a la pareja aseguran que ambos lo están pasando muy mal y que Ana María esta acusando la falta de trabajo y de vida social. Desde que fue imputada por el juez Castro en 2011 vive recluida en su casa de Barcelona. La esposa de Diego Torres ha pasado de ser una niña bien de Barcelona a sentarse en el banquillo del juicio más mediático del momento.
A pesar de que en su momento sacó 282.000 euros en metálico de las cuentas en Suiza, Ana María se quejó al juez de estar viviendo por debajo de la dignidad, al tener las cuentas embargadas y no encontrar trabajo. Algo difícil para ella, acostumbrada a vivir a todo tren.
La Audiencia Provincial de Baleares les embargó los bienes en septiembre de 2015 , para cubrir con ellos la fianza civil de 15,8 millones de euros que les impuso el juez Castro al matrimonio. El juez Castro autorizó a Diego Torres a manejar cerca de 300.000 euros para su subsistencia. Para "atender moderadamente las cotidianas necesidades familiares", señaló el juez Castro.
En la sesión de hoy, su abogado Manuel González Peeters, se ha remitido a los argumentos de las otras defensas y ha pedido que su representada sea solo juzgada por blanqueo de capitales, el único delito que le atribuye la Fiscalía. Peeters ha argumentado que Manos Limpias carece de legitimación para sostener la acusación por la «ingente cantidad de tipos penales» que le atribuye a Ana, para la que pide un total de 19 años de prisión.